EL PAPA FRANCISCO NO QUIERE HACER DE MONARCA ABSOLUTO
(Teresa
Forcades)
La monja benedictina Teresa
Forcades, actualmente exclaustrada, considera que los cambios que necesita la
Iglesia están tardando más de lo esperado porque el papa Francisco "no
quiere imponer ni hacer de monarca absoluto".
Forcades, que acaba de
publicar su nuevo libro, "Los retos del Papa Francisco" (Ed. Akal),
asegura que "la fuerza de renovación de la Iglesia católica está en los
movimientos de base", y, según ella, "no es que el Papa apoye a las
bases, sino que éstas le respaldan a él".
En la presentación del libro
en Barcelona, la monja, que también es doctora en Teología y en Medicina, ha
explicado a Efe que, pese a la voluntad de cambio expresada por el papa
Francisco, el pontífice "no quiere imponer ni hacer de monarca
absoluto".
"Hay que hacer trabajo de
base, que es el que luego no se puede tumbar", afirma la monja, para quien
"las dificultades para el cambio existen debido al derecho canónico".
Pese a ello, aplaude que el
Papa "no haya dado un puñetazo sobre la mesa".
"Oficialmente, la Iglesia
católica no es una organización jerárquica", aclara Forcades, ya que el
Pontífice es el 'primum inter pares', es decir, el primero entre iguales, en
este caso, los obispos católicos.
Forcades celebra el hecho de
que en los cinco años del papado de Francisco haya "disminuido el
miedo" dentro de la Iglesia para hablar y expresar opiniones críticas,
pero, aun así, hay quien no lo hace por temor a perder el puesto de trabajo,
subraya.
"Yo no puedo ser
profesora en la Facultad de Teología por las cosas que digo, aunque por suerte
mi supervivencia no depende de ello: si lo hiciera, tampoco hablaría",
confiesa la religiosa, que actualmente no tiene ninguna responsabilidad
pastoral ni docente.
Según la monja, el Papa
"no impone, pero no frena" los cambios, e igualmente está haciendo
una labor de "descentralización" para impulsar iniciativas
regionales, como la Conferencia Episcopal de Brasil.
En su nuevo libro, Teresa
Forcades expone argumentos y propuestas para actualizar la Iglesia, como la
aceptación del matrimonio homosexual y del sacerdocio femenino.
"La experiencia
homosexual no sólo tendría que tolerarse, sino considerarse una bendición de
Dios, porque la doctrina católica no especifica que la sacramentalidad del
matrimonio se encuentre ni en la complementariedad entre hombre y mujer ni en
la capacidad de engendrar hijos", defiende Forcades.
"Hay que ser coherente
con la propia doctrina", según la benedictina, que ha recordado que
"en la Iglesia católica, Dios no tiene género".
Respecto al sacerdocio
femenino, la monja insiste en que "no hay ninguna objeción teológica"
que lo prohíba, y recuerda que "en la tradición hay muchas cosas que hacen
incoherente esta exclusión, como la ordenación de abadesas".
Forcades estudió en Estados
Unidos la especialización en Medicina Interna y un máster en Teología
Protestante, y durante esa estancia asistió a la primera misa anglicana
oficiada por una mujer: "Yo ya era feminista, pero no pude evitar mirar a
los fieles hombres para ver su reacción".
La monja incluye en el libro
un capítulo donde habla sobre las sacerdotisas católicas actuales, ordenadas en
el año 2000 en las llamadas "siete ordenaciones del Danubio":
"Dos obispos ordenaron a siete mujeres, tras lo cual se añadió una
disposición en el derecho canónico especificando que sólo se podía ordenar a
varones".
Por su discurso en favor del
aborto, Forcades estuvo a punto de ser amonestada, aunque al final consiguió
frenar el proceso: "Nunca me han silenciado ni he recibido ninguna
sanción", recuerda.
Forcades entró al monasterio
Sant Benet de Montserrat en 1997 y residió allí hasta que, en 2015, obtuvo un
permiso de exclaustración para presentarse a las elecciones catalanas, que
termina el próximo uno de septiembre, tras tres años.
Actualmente, Forcades, que
regresará al monasterio, vive en Berlín, donde ha elaborado su investigación de
postdoctorado por la Universidad Humboldt. EFE