Telesur
La
impostura, el engaño de occidente tiene su expresión más palpable
en Oriente Medio. Allí, en medio de guerras, invasiones, agresiones
militares, económicas, bloqueos, operaciones de falsa bandera, entre
otras acciones se genera la mayor farsa en política exterior que
conozca el mundo. Sobre todo cuando se trata de Siria y Palestina.
Efectivamente,
en un marco de inestabilidad con millones de migrantes – sean estos
legales o ilegales – y refugiados que gozan de un estatuto especial
- enmarcado en la Convención Sobre el Estatuto de los refugiados -
la situación en Oriente Medio también suma a aquellos seres humanos
que entran en la definición de desplazados internos y donde es
fundamental no confundir migrantes con refugiados, pues esto puede
acarrear serias consecuencias para las personas que entran en la
categoría de refugiados.
Para
la ACNUR “Mezclar los dos términos desvía la atención de las
salvaguardas legales específicas que los refugiados requieren. Puede
perjudicar el apoyo público hacia los refugiados y la institución
del asilo en un momento en que más refugiados que nunca necesitan
dicha protección”. La hipocresía también pasa por no dar a los
términos su justa definición.
A
esos millones de refugiados y desplazados internos producto de las
guerras, hay que sumar muertos, heridos y destrucción de la
infraestructura industrial, económica, sanitaria, educacional, vial
de los países agredidos. En el caso de Siria la agresión contra
este país levantino ha implicado en siete años de ataques la muerte
de 500 mil personas, diez millones de desplazados, cinco millones de
refugiados. Es en ese escenario, donde la violación del derecho
internacional, la mudez, sordera y ceguera de los organismos que la
humanidad se ha dotado, para llevar adelante procesos de un supuesto
entendimiento en sus relaciones, expresa con mayor certeza la
hipocresía de Washington y sus aliados contra aquellos países que
han visto desangrar sus sociedades a manos de esas “democracias
occidentales” y sus aliados y organizaciones terroristas
funcionales.
En
esta realidad, es fundamental que países como la República Islámica
de Irán siga siendo un referente solidario en su firme decisión de
apoyar a los pueblos de Siria e Irak, sin ceder en aspectos
esenciales de la nación persa como son los de soberanía y dignidad,
que a estas alturas de la historia, van más allá de las fronteras
internas, sino también en apoyo a pueblos hermanos que de otra forma
se verían sometidos a la política de dominio y hegemonía que
practica occidental y sus aliados, la ocupación, el expolio y el
sometimiento. Soberanía y dignidad que se expresa en toda su
dimensión en la firma del Plan Integral de Acción Conjunta con el
G5+1 y que muestra a un irán en toda su dimensión enfrentando a
Estados Unidos, que pretende definir lo que puede o no puede hacer
Irán.
Esta
decisión de Irán se ha sostenido a pesar de la enorme campaña
política, militar, diplomática, económica y comunicacional que ha
pretendió aplastar pretendía aplastar a la nación persa desde el
triunfo de su revolución el año 1979 y que se extiende hasta el día
de hoy bajo la excusa de echar abajo el denominado plan integral de
Acción Conjunta firmado con el G5+1 y que encuentra en Washington su
más férreo crítico. Teherán y su liderazgo, religioso, político
y militar ha mostrado, que la mejor manera de alcanzar objetivos de
defensa ante agresiones y acciones de movimientos terroristas que
desestabilizan Oriente Medio, es a través de la acción firme y sin
marcha atrás.
Irán,
en esta lucha del renacer del despertar Islámico, no ha negado el
papel fundamental que ha tomado en materia de defensa de los
gobiernos de Irak, de Siria y también de los movimientos de
resistencia en Yemen y Bahréin contra la agresión saudí y eso ha
significado elevar el prestigio persa en el concierto internacional.
Todas ellas tareas, que siguen teniendo como Eje lo que el fallecido
Iman Jomeini definió desde el mismo año 1979: Palestina como Eje de
las preocupaciones Internacionales y por el derecho a su
autodeterminación, que lo ha llevado a enfrentarse contra la entidad
sionista.
El
Gobierno de Teherán ha declarado, que algunas potencias pretenden
incitar las divergencias en la región, con el objeto de sacar
provecho y contribuir al logro de sus intereses económicos y en ese
plano de crisis es imprescindible la colaboración de todos para
establecer la paz y la seguridad permanente. En esa idea, Irán y
Rusia se han comprometido en la lucha contra el terrorismo salafista,
que amparado por la Casa al Saud y su doctrina política religiosa –
Wahabismo - ha desatado el terror en Oriente Medio. Ese compromiso,
concretado en la Coordinación Militar entre Moscú-Teherán- Damasco
y Bagdad, ha cambiado la correlación de fuerzas en Oriente Medio y
tendrá claras repercusiones políticas y militares, no sólo en esa
región del mundo, sino también en el Magreb y Asia Central, que han
sufrido por largos años las embestidas militares de un occidente,
que ambiciona las riquezas gasíferas y petrolíferas de los países
que conforman dichas regiones.
La
presencia de Rusia e Irán en el apoyo a los gobiernos de Siria e
Irak tiene un marco de importancia en múltiples aspectos; económico,
político, militar, geoestratégico. Cuestión, que no sólo es parte
de los mapas de análisis de Estados Unidos y Europa, sino también y
con toda lógica de Moscú y Teherán. Por ello, no sorprende la
firme decisión de estos gobiernos, de no permitir que las acciones
de Daesh, Ahrar al Sham, Fath al Sham, Hayat Tahrir Al-Sham y otros
grupos de raíz takfirí sigan destruyendo países vecinos o dentro
de su área de influencia, pues también implican la posibilidad de
tenerlos en sus fronteras en poco tiempo, en acciones
desestabilizadoras catalizadas precisamente por Washington y sus
aliados.
Mirar
para el lado mientras el sionismo asesina
La
hipocresía a la que hago referencia se ha vivido con mayor ímpetu
en las últimas semanas en la Franja de Gaza y las manifestaciones
del pueblo palestino por su derecho al retorno a la tierra de la cual
fueron expulsados cuando se creó la entidad sionista en mayo del año
1948. Esas muestra de recuerdo y reivindicaciones a derechos
usurpados, iniciadas el Día de la Tierra Palestina – el pasado 30
de marzo – se extenderán hasta el 14 de mayo en una muestra de
valor y decisión, donde la dignidad representa el eje central de los
esfuerzos de la sociedad palestina, respecto a que sus derechos no
sigan siendo violados y su presente invisibilizado.
Hasta
ahora, las fuerzas de ocupación israelí han asesinado a 45 personas
– gran parte de ellos jóvenes y niños en la Franja de Gaza –
pero también en ciudades como Al Quds, Ramallah, entre otras y
causado heridas a siete mil palestinos. Estos asesinatos, que han
causado la repulsa mundial no inmutan a las autoridades sionistas,
que incluso han aumentado las órdenes de seguir usando munición
real para tratar de sofocar estas manifestaciones pacíficas, dentro
de territorio palestino, sin que en modo alguno representen una
amenaza militar al ocupante, que ha decidido que el pueblo palestino
es sujeto de tiro al blanco en forma criminal, alevosa.
Es
así que un Ex General de Brigada israelí, Zvika Fogel, en
declaraciones efectuadas a la Corporación de Radiodifusión israelí
– cadena Kan – sostuvo que los francotiradores y soldados del
régimen de Tel Aviv deben y están autorizados para abrir fuego real
contra cualquier persona que consideren como una amenaza, incluso si
se trata de menores de edad o niños, porque en ese caso "merecen
ser castigados con la muerte". Esa es la cara del sionismo. Una
prueba que podría ser presentada claramente ante un Tribunal Penal
internacional como agravantes de crímenes de lesa humanidad, si los
organismos internacionales no fueran parte también de esta gran
hipocresía cuando se trata de ocultar los crímenes del régimen
israelí. A pesar de los llamados de las autoridades palestinas para
que la ONU abra una “investigación transparente e independiente’
sobre la violencia israelí contra la población palestina en la
Franja de Gaza, el organismo internacional, sometido a las presiones
de Washington, el lobby sionista y sus aliados europeos –
principalmente Francia y Gran Bretaña ha guardado rigurosos y
vergonzoso silencio.
Se
han enviado cartas al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al
Secretario General de este organismo, Antonio Guterres, a la Asamblea
General de la ONU con el objetivo de solicitar esta investigación y
que se lleve a cabo. Incluso consultas con la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, radicada en Ginebra, Suiza, que
permitiría llevar a Israel ante la Corte Penal internacional. Sin
embargo nada sucede, no existe condena contra Israel, no existe
bloqueo, sanción, embargo, prohibición para que sus líderes
políticos y militares salgan del país. No existen sesiones
especiales del Consejo de Seguridad para pedir que se aplique la
Carta de las Naciones Unidas en su Capítulo VII. El mundo prefiere
seguir mirando para el lado, en forma cobarde y miserable.
Siria,
Irak, Yemen, Bahréin, palestina son campo de prueba de todas las
conductas abyectas y crimínales de una triada criminal como es la
conformada por el imperialismo estadounidense, el sionismo y el
wahabismo expresados por el régimen israelí Y LA CASA AL SAUD. Son
ellos los principales responsables de las políticas que han llevado
a Oriente Medio a un estado de destrucción, de saqueo de riquezas
naturales, opresión, intentos de dominio, que sólo han sido
detenidos gracias al valor de sus pueblos, empeñados en defender no
sólo su territorio, sino que levantarse como referentes en la lucha
contra esta triada del mal.
En
esa labor, la República Islámica de Irán el Eje de la Resistencia
y todos aquellos que creen en la autodeterminación de los pueblos
han entregado cuotas de sudor y sangre que los dignifica y ennoblece
ante el mundo. Ellos no han mirado al lado cuando se trata de ayudar
a hermanos en peligro y combatir esa hipocresía que se ha impuesto
en las relaciones internacionales donde el poder, los intentos
hegemónicos de occidente, los delirios mitológicos de la entidad
sionista, los alardes de poder del wahabismo, pretenden convertirse
en amos y señores de una región y sus pueblos, que no está
dispuesta a transar a la hora de defender su independencia y los
derechos de su población. No hay lugar para la falsedad, la
impostura cuando se trata de luchar.
Hoy,
más que nunca es necesario recordar – en este volver a pasar por
el corazón que es el significado de este término – tener presente
aquella segunda carta del Líder Iraní Sayyed Ali Jamenei emitida en
noviembre del año 2015 y dirigida a los jóvenes occidentales. Una
segunda carta, que complementa la misiva dada a conocer a inicios del
2015 y que cuestiona las políticas de doble rasero del Occidente
ante los retos más importantes del mundo, en especial, el
terrorismo, revelando también el rol desestabilizador de EE.UU.
En
ella, Jamenei expresa que los ataques militares contra el mundo
islámico, que han dejado un sinnúmero de víctimas, es otro ejemplo
de la lógica contradictoria y la doble moral de Occidente,
concretada en las agresiones, principalmente contra países de
Oriente Medio. En palestina y en Siria los muertos a manos del
sionismo no sólo suma a musulmanes sino también a cristianos que
ante todo defienden con su sangre la tierra a la cual pertenecen.
Me
refiero en específico a esta hipocresía a la cual hago referencia
en este artículo. El sufrimiento que ha experimentado el mundo
islámico durante estos años, por el doble rasero de los atacantes,
no son menos que los daños materiales, afirma Jamenei, quien convoca
a los jóvenes – en virtud de su reserva moral y su capacidad de
cambiar el mundo – para construir un futuro mejor y más seguro con
relación a las tragedias y actos terroristas que hemos vivido (2).
Esto, pues cambiar la manera que occidente se comporta con el mundo
permite pensar en sociedades distintas para el conjunto de los seres
humanos. Por ello, estos jóvenes tienen una enorme responsabilidad.
No cambiar para beneficiar a unos pocos, sino en provecho del
conjunto del planeta.
“Los
mil quinientos millones de musulmanes del mundo sienten lo mismo y
odian a los autores de tales tragedias. Pero la cuestión es que si
los actuales sufrimientos no nos ayudan para construir un futuro
mejor y más seguro, entonces se convertirán solamente en recuerdos
amargos e infructuosos. Tengo fe de que solamente ustedes, los
jóvenes, al tomar lecciones de las adversidades de hoy, serán
capaces de encontrar nuevas medidas para definir el futuro, y
obstaculizar los desvíos que han creado la situación actual en el
Occidente”.
1. El
Alto Comisionado de las Naciones Unidas Para los Refugiados – ACNUR
– ha llamado a usar bien la terminología respecto al tema
migrantes y refugiados Los refugiados son personas que huyen de
conflictos armados o persecución. Con frecuencia, su situación es
tan peligrosa e intolerable que deben cruzar fronteras
internacionales para buscar seguridad en los países cercanos. Son
reconocidos como tal, precisamente porque es muy peligroso para ellos
volver su país y necesitan asilo en algún otro lugar. Para estas
personas, la denegación del asilo tiene potencialmente consecuencias
mortales.
El
derecho internacional define y protege a los refugiados. La
Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su
Protocolo de 1967, así como otros instrumentos legales, tales como
la Convención de la OUA por la que se regulan los aspectos
específicos de problemas de los refugiados en África de 1969, o la
Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984, continúan
siendo la piedra angular de la moderna protección de los refugiados.
2. Parte
de la segunda carta del Iman Jamenei dirigida a los jóvenes
occidentales “Las invasiones de los últimos años al mundo del
Islam, que ha dejado numerosas víctimas, es otro ejemplo de la
lógica contradictoria de Occidente. Los países invadidos, además
de sufrir grandes pérdidas de vidas humanas, ven destruidas sus
infraestructuras económicas e industriales, se paraliza su
crecimiento o, en algunos casos, se retrasa su desarrollo durante
décadas. Sin embargo, de forma insolente, se les pide que no se
consideren oprimidos. ¿Cómo se puede transformar en ruinas a un
país, demoler sus ciudades y pueblos y después decirles a sus
ciudadanos que, por favor, no se consideren oprimidos? …El
sufrimiento del mundo del Islam, en los últimos años de doble
rasero e hipocresía de los invasores, no es menor que los daños
materiales.
¡Queridos
jóvenes! Tengo la esperanza de que ustedes, hoy o en el futuro,
cambien esa forma de pensar inducida por la hipocresía, un
pensamiento cuya estrategia es ocultar objetivos a largo plazo y
adornar propósitos maliciosos… Mientras el criterio de doble
rasero prevalezca en la política de Occidente, el terrorismo, de
acuerdo con sus poderosos patrocinadores, se divida en buenos y
malos, y los gobiernos prioricen sus intereses por encima de los
valores humanos y morales, no se debe buscar la raíz de la violencia
en otro lugar…”
Pablo Jofre
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