PARA LEER BIEN Y BONITO EN PÚBLICO
Uno de los modos de ayudar al prójimo es leer en público, ya sea en la radio o en la misa o en alguna reunión. Leer bien no es leer deprisa sino conseguir que la gente se entere ¡y se interese! por lo que se está leyendo.
Los locutores profesionales hacen prácticas y estudios detallados para su profesión.
Pero a veces en reuniones y hasta en la misa hay quienes se ofrecen a hacer las lecturas y, sin haberlo preparado buscan la página que van a leer y ¡hala! Leen lo que sea y como sea… Entonces dicen cosas como esta: en vez de “carta a los tesalonicenses” leen carta a los teeeesi…telisi…celonenses. En vez de “ Jesús entró en Cafarnaúm” dicen que entró en caefernuón… y cosas parecidas. Y la gente que escucha no se entera de nada.
Un lector respetuoso de lo que lee y del público, debe prepararse bien.
Aquí tienen cinco pistas para cumplir bien su misión de lectores:
1.- Antes de empezar leer en silencio varias veces el texto: sólo moviendo los labios y si hay alguna palabra que no se entiende preguntar qué significa o mirar al diccionario. No se puede leer bien lo que no se comprende.
2.- En la lectura intervienen 4 partes de la persona: los ojos, el cerebro, el corazón y la boca: los ojos ven, el cerebro piensa, el corazón siente y la boca pronuncia lo que se ha visto, pensado, sentido. Si uno pronuncia sin entender lo que lee ni sentirlo en su corazón puede decir tonterías y no se da cuenta. Ejemplo: Si el lector dice “a Jesús le dieron latigazos” lo dirá con sentimiento distinto que si dice; “aquella mujer ungió con perfume los pies de Jesús”.
Una frase la dirá con un tono más triste, otra con tono más emocionado.
3.- Cuando se lee llevar los ojos por delante de la boca. Ejemplo: si digo lectura de la carta a los romanos cuando digo carta ya estoy viendo romanos,: siempre la vista ve y va un poco por delante para saber lo que tiene que decir.
4.- Respirar, respirar, y hacer pausas, no querer leer todo de corrido. Así se pronuncia mejor, se tiene mejor voz y la gente entiende mejor.
5.- Importantísimo: pronunciar todas la letras las consonantes, la vocales… y sobre todo la última sílaba de cada palabra. Hay gente que por ejemplo si lee:”” los apóstoles preocupados preguntaron a Jesús”” se le escucha decir; los apost… perocupa.. pregunta…. A jes… (lo que indico en puntos suspensivos es que lo dicen en un todo bajito que no se entiende casi). Mejor decir los apóstoLES preocupaDOS preguntaRON a JesÚS.
El peligro que tenemos es comernos la última sílaba de cada palabra y no se entiende bien la frase (cuando escuchen leer a la gente verán como lo que menos se oye son las últimas sílabas). Verán cómo los locutores profesionales pronuncian todas las sílabas muy clarito- y lo dicen con sentimiento, no parece que leen sino que dicen lo que piensan y sienten de corazón En eso se nota a un buen lector que lee de corazón y la gente lo entiende y lo sienten.
Un gran apostolado es ser lector, o ministro de la palabra como se dice. Pero para eso hay que prepararse.