PALABRAS A
VOLEO
Cuando se siembra a voleo, ya lo cuenta la parábola, unas semillas caen en el camino a gusto de los pájaros , otras… Pero el hecho es que las palabras no se pueden sembrar con cuentagotas.
En los temas de portada de nuestro blog TODOS SOMOS UNO comenzamos hablando hace tiempo de LO QUE VA DE AYER A HOY relacionando las palabras de aquellos tiempos con las mismas tal como hoy se emplean.
En un momento cambiamos el vocabulario y empezamos a meditar sobre las expresiones COM que ayudan PARA QUE OTRO MUNDO SEA POSIBLE.
Pues ahora miren las manos del sembrador de palabras “a voleo”. Desde hoy cada primer tema, una vez abierto el portón, será sobre algunas expresiones que se lanzan desde los labios, los lapiceros, los micrófonos, la teclas de computadora… y caen a través de imprentas, altavoces o pantallas en oídos, cabezas, corazones, espíritus… donde producen reacciones o acciones muy diferentes. Pues de eso queremos hablar esta vez, de lo que llamamos
PALABRAS
(Tengamos también en cuenta que los temas del blog, que antes publicábamos en torno a los días jueves (salvo error) ahora, como los publicamos “a voleo”, algunos días después de los temas principales, iremos añadiendo algunos otros que nos parezcan de actualidad en días sucesivos. Tal vez eso facilite al blog más variedad e interés. Si creen que merece la pena no dejen de suscribirse)
Dicho lo cual empujamos el portón que se abre lentamente y nos encontramos con las
PALABRAS
¿Cuál sería la primera que sonó en el universo?
Después de los primeros rugidos, aullidos, ladridos… ¿en qué momento un ser vivo “dijo” algo que se pudo interpretar por alguien que lo escuchó?
No había entonces grabadoras. Las primeras grabaciones de palabras fueron en tablillas de arcilla de las que se han conservado bibliotecas.
Poco a poco fue aumentando la facilidad de lanzar palabras “a voleo” Pero junto con la palabra nació una especie venenosa: la mentira.
En el principio fue la palabra, empieza el evangelio de Juan. Pero inmediatamente, después de la palabra nació la palabra falsa, la mentira.
Desde entonces cuando los seres humanos nos enfrentamos con las palabras no tenemos más remedio que rebuscar por detrás de ellas lo que hay de mentira y de verdad.
Nos cuesta mucho trabajo. Ante las palabras que escuchamos nuestra reacción espontánea es creérnoslo. Es muy difícil estar escuchando palabras y al mismo tiempo poner por medio la criba de la desconfianza. ¿será eso verdad?
Además entre la verdad y la mentira de la palabra hay otra realidad: el símbolo, la metáfora.
Permitan que reproduzca el cuento que publicamos en otro folleto anterior (“tener religión o tener fe”) que se mete por medio de la verdad y la mentira delas palabras.
El cuento de la verdad y la mentira:
La mentira era muy atractiva, se vestía con lujoso s trajes, collares, pendientes…
La verdad andaba desnuda por la vida y todos la rechazaban, la insultaban, la echaban fuera de sus ciudades.
Cuando la mentira encontró a la verdad triste, tirada al borde del camino, sintió piedad por ella (hay mentiras piadosas) y le dijo: “Si quieres , pobre verdad, te doy un consejo para que no te rechacen. Tienes que arreglarte un poco mejor, ponerte elegante, no andar así por el mundo… Te voy a ayudar”.
La mentira buscó alguno de sus vestidos bonitos, sombreros, pendientes, collares y fue vistiendo a la verdad.
La verdad se miró al espejo y sonrió. Así estoy mejor.
Dio las gracias a la mentira y se dirigió a la ciudad con esperanza de que la aceptarían…
Pero cuando se alejaba escucho la voz de la mentira:
- “ ¡Eh verdad! Un último consejo. Cuando te pregunten quién eres no les digas que eres la verdad”
- “Entonces qué les digo?”
- Diles que eres… la fábula.
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¿Entienden?: La fábula, la parábola, el cuento, la poesía, la metáfora, el símbolo… no son mentira. Son la verdad bellamente adornada.
Así presentaba la verdad Jesús. Así se presenta muchas veces la verdad en la biblia. Algunos dicen: ”la biblia no dice la verdad” . Les respondemos: “sí dice la verdad pero vestida de fábula, de leyenda, de poesía, cuento…”
Desgraciadamente muchas personas que ignoran esto se atan a la palabras bíblicas al pie de la letra, sin analizar lo que significan. Cuando se escribieron eran narraciones míticas hoy podemos entender el sentido simbólico de esas palabras.
Hay que saber descubrir cómo , tras esos vestidos y adornos , está la verdad desnuda que buscamos.
Pero hay predicadores, locutores, conferenciantes, periodistas que sueltan muchas palabras “a voleo” sin contrastarlas con la realidad. Confunden a la gente. Piensen ustedes que el que más grita no tiene más razón, sólo tiene más pulmones o un amplificador y altavoces o antenas de más calidad.
Tiene más razón el que ayuda a encontrar la verdad reflexionando con la comunidad sobre la palabra, vestida del ropaje de esta vida, de la realidad.
Según avanza la técnica, la electrónica… la palabra corre más peligro de hundirse en las técnicas publicitarias y en el poder del dinero.
Parece con demasiada frecuencia que la fuerza de la palabra depende de los cheques de quien la maneja. Entre el que emite la palabra y quien la recibe está los canales de comunicación. De eso la gente, el pueblo… no es consciente.
Quienes acaparan la palabra, la deforman, no la embellecen sino que la disfrazan
Son dueños de empresas multinacionales, de potentes emisoras, de agencias informativas (o desinformativas).
El problema es que eso lo sabemos todos pero en la práctica nos lo tragamos todos.
La palabra necesita liberación, necesita conciencia crítica, en los casos concretos de lo que hoy sucede en el mundo y en nuestras vidas, para no creerse todas las palabras..
Podíamos erminar la reflexión por donde empezamos: con el evangelio de Juan:
Al principio era la palabra…¿ ¿Y al final. Nuestras últimas palabras serán fieles a la Palabra que existía al principio?…
La palabra estaba en Dios
La palabra era Dios
La palabra era Dios