PALABRAS A VOLEO
Esta vez en nuestras reflexiones sobre esas palabras sembradas a voleo, ha caído en nuestro terreno una palabra que se presta a reflexión y discusión
Ss trata de la palabra
Ss trata de la palabra
Laico
Como hemos dicho otras veces, , cuando se tratan temas de lo que llamamos religión corremos el peligro de deformar lo que se emplea en lenguaje familiar y dar un extraño sentido a lo que decimos. Vamos al origen de la palabra, Nos lo explican en Wikipedia:
En la Iglesia católica y en otras denominaciones cristianas, un lego o laico (del latín laĭcus, y este del griego λαϊκός, en letras latinas: laikós, ‘popular’ –de la raíz λαός laós, ‘pueblo’), también llamado seglar ), es aquel fiel que no es miembro del clero; es decir, aquel creyente que no es un clérigo. El conjunto de los laicos de la Iglesia se conoce como laicado.
En toda esta ensalada de nombres vamos a quedarnos para empezar con laos ( en letras griegas λαός ) o sea pueblo.
Pues si resulta que un laico, es una persona del pueblo, una persona cualquiera aunque sea sacerdote, obispo o papa también es del pueblo y no hay porqué deformarlo.
Es que aquí surge el contraste con el que no es laico sino clero.
Y clero…fíjense cómo nos han deformado el lenguaje: desde griego antiguo κληρος , kleros , que es a su vez κλάω , kla , " ruptura , destruir , romper ." Desde el primer significado de "lo que toca a la suerte ", que llegó a llamar así la parcela de tierra que se transmite hereditariamente (de ahí la importancia de la herencia). Eso que por suerte te ha tocado.
Total: fíjense, lo primero er la propiedad del pueblo, de “la gente corriente” llegó un momento en que se rompió esa propiedad popular y se convirtió en un privilegio.
Pues la hemos hecho buena.
El laico Jesús de Nazaret, tekton= artesano por más señas, que no tenía como herencia ni una piedra donde reclinar l cabeza, es el que le dice a un un muchacho de familia rica:, ¿ quieres llegar al final… véndelo todo, dalo a los pobres, ven y sígueme…
Además Les deja a sus amigos de herencia esa vida de búsqueda caminante.
Pero con el tiempo llega la ruptura y esos vagabundos se van convirtiendo en clero. ¿No les parece que aquí se ha roto algo?
Todo se siguió complicando.
Lo laico se convirtió en laicismo,- contra el clero- y de ahí nació el clericalismo- marginando a los laicos.
Laicismo ya sonó como una reacción opuesta al clero al que en vez de seguidor pobre de Jesús Nazareno se le empezó a ver como un grupo de gente con privilegios.
Unos privilegios eran de nombres: se les llamaba reverendo padre, excelentísimo y reverendísimo señor, eminencia, Otros eran los vestidos: amplios y largos, y de riqueza. Personas con más medios económicos empezaron a facilitar al clero viviendas, templos y objetos que para ser litúrgicos debían ser de oro, plata y joyas.
Hasta se marcó la diferencia entre los cantantes populares, laicos con su mester de juglaría y los más cultos cuyo oficio era el mester de clerecía, y eran los que sabían más.
Las parábolas de Jesús hubieran sido historias de juglar…
Pero como la ciencia se fue mezclando, o chocando con la religión, llegó un momento en que los laicos, a pesar de su laicidad, fueron aumentando su cultura. También sucedió al revés: que les clérigos, a pesar de su clerecía fueron asomando su ignorancia y cerrando su cerebro.. En ese tiempo llamado renacimiento, renació la ciencia, mientras la teología se les encogió a muchos clérigos y se les volvió frases hechas, memorismos, tópicos.
En las órdenes religiosas, los clérigos dominaron el poder y los llamados hermanos legos (=laicos) se quedaron hasta sin poder presidir la eucaristía, reservada para los reverendos padres.
Hoy los laicos, periodistas o universitarios, se hacen un lío para distinguir entre los distintos grados de lo clerical, sus títulos, jerarquías y hábitos. Seguro que muchos de ustedes laico-seglares-legos no se aclaran en esta confusión.
¿Jesús de Nazaret, el simple laico de aldea¿ se aclararía o no?
Las túnicas, las coronas, los símbolos que le cuelgan hoy al pobre Nazareno, pienso que él mismo no los entendería mucho: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, decidme por favor si vos sos laico o seglar.
Y en lo alto de los cielos lo mismo los ángeles cantarían con acompañamiento musical de acordeón: “Vos sos el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo, el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido”
Ciudad del Vaticano (Martes, 26-04-2116, Gaudium Press) Hoy ha sido dada a conocer la Carta "Laicos en la vida pública, Iglesia y mundo", que el Papa Francisco envió al presidente de la Pontificia Comisión de América Latina (CAL), Cardenal Marc Ouellet, sobre el compromiso de los laicos en la vida pública. Es un documento firmado en la Solemnidad de San José, 19 de marzo, que retoma las reflexiones que el Santo Padre hizo el 4 de marzo pasado en la plenaria de la CAL.
El Pontífice recuerda en el documento que los pastores de la Iglesia se identifican en su misión de "mirar, proteger, acompañar, sostener y servir" a las ovejas. "Un padre no se entiende a sí mismo sin sus hijos". Recalca el Papa que un día los pastores fueron meros laicos: "todos ingresamos a la Iglesia como laicos".
Es preciso considerar con madurez al laicado, evitando el "clericalismo". "El clericalismo lleva a la funcionalización del laicado; tratándolo como ‘mandaderos', coarta las distintas iniciativas, esfuerzos y hasta me animo a decir, osadías necesarios para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los ámbitos del quehacer social y especialmente político", expresa el Papa. Un ejemplo del campo donde se debe expresar y favorecer la iniciativa del laico es en la esfera pública.
Alentar al laico en la vida pública.
"¿Qué significa para nosotros pastores que los laicos estén trabajando en la vida pública? Significa buscar la manera de poder alentar, acompañar y estimular todo los intentos, esfuerzos que ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones especialmente para los más pobres, especialmente con los más pobres".
En ese sentido es preciso evitar la "tentación de pensar que el laico comprometido es aquel que trabaja en las obras de la Iglesia y/o en las cosas de la parroquia o de la diócesis y poco hemos reflexionado como acompañar a un bautizado en su vida pública y cotidiana; cómo él, en su quehacer cotidiano, con las responsabilidades que tiene se compromete como cristiano en la vida pública". Por el contrario, "tenemos que estar al lado de nuestra gente, acompañándolos en sus búsquedas y estimulando esta imaginación capaz de responder a la problemática actual".
Dios sigue actuando, incluso en los ambientes difíciles de las grandes urbes. Es necesario ayudar a redescubrir esta presencia de Dios, "desde una mirada contemplativa, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas... Él vive entre los ciudadanos promoviendo la caridad, la fraternidad, el deseo del bien, de verdad, de justicia. Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada. Dios no se oculta a aquellos que lo buscan con un corazón sincero. (EG 71)"
El Papa también dirige su pensamiento a la Piedad Popular, importante manifestación de la realidad del laico. Ella "refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente".
El Pontífice afirma también que la fe del pueblo bien orientada "manifiesta una genuina presencia" del Espíritu Santo, y pide confiar en la memoria y el "olfato" del pueblo, ciertos de que allí actúa el Espíritu, que "no es ‘propiedad' de la jerarquía eclesial".
El Papa concluye su mensaje, pidiendo la preservación de dos "memorias", la del Jesucristo y su mensaje, y la de los antepasados, a quienes se debe la fe, que es "un regalo que nos ha llegado en muchos casos de las manos de nuestras madres, de nuestras abuelas. Ellas han sido, la memoria viva de Jesucristo en el seno de nuestros hogares. Fue en el silencio de la vida familiar, donde la mayoría de nosotros aprendió a rezar, a amar, a vivir la fe".
Laicos y clérigos ¿qué podremos hacer para que todos los seres humanos seamos el laós: Pueblo de Dios?
En la Iglesia católica y en otras denominaciones cristianas, un lego o laico (del latín laĭcus, y este del griego λαϊκός, en letras latinas: laikós, ‘popular’ –de la raíz λαός laós, ‘pueblo’), también llamado seglar ), es aquel fiel que no es miembro del clero; es decir, aquel creyente que no es un clérigo. El conjunto de los laicos de la Iglesia se conoce como laicado.
En toda esta ensalada de nombres vamos a quedarnos para empezar con laos ( en letras griegas λαός ) o sea pueblo.
Pues si resulta que un laico, es una persona del pueblo, una persona cualquiera aunque sea sacerdote, obispo o papa también es del pueblo y no hay porqué deformarlo.
Es que aquí surge el contraste con el que no es laico sino clero.
Y clero…fíjense cómo nos han deformado el lenguaje: desde griego antiguo κληρος , kleros , que es a su vez κλάω , kla , " ruptura , destruir , romper ." Desde el primer significado de "lo que toca a la suerte ", que llegó a llamar así la parcela de tierra que se transmite hereditariamente (de ahí la importancia de la herencia). Eso que por suerte te ha tocado.
Total: fíjense, lo primero er la propiedad del pueblo, de “la gente corriente” llegó un momento en que se rompió esa propiedad popular y se convirtió en un privilegio.
Pues la hemos hecho buena.
El laico Jesús de Nazaret, tekton= artesano por más señas, que no tenía como herencia ni una piedra donde reclinar l cabeza, es el que le dice a un un muchacho de familia rica:, ¿ quieres llegar al final… véndelo todo, dalo a los pobres, ven y sígueme…
Además Les deja a sus amigos de herencia esa vida de búsqueda caminante.
Pero con el tiempo llega la ruptura y esos vagabundos se van convirtiendo en clero. ¿No les parece que aquí se ha roto algo?
Todo se siguió complicando.
Lo laico se convirtió en laicismo,- contra el clero- y de ahí nació el clericalismo- marginando a los laicos.
Laicismo ya sonó como una reacción opuesta al clero al que en vez de seguidor pobre de Jesús Nazareno se le empezó a ver como un grupo de gente con privilegios.
Unos privilegios eran de nombres: se les llamaba reverendo padre, excelentísimo y reverendísimo señor, eminencia, Otros eran los vestidos: amplios y largos, y de riqueza. Personas con más medios económicos empezaron a facilitar al clero viviendas, templos y objetos que para ser litúrgicos debían ser de oro, plata y joyas.
Hasta se marcó la diferencia entre los cantantes populares, laicos con su mester de juglaría y los más cultos cuyo oficio era el mester de clerecía, y eran los que sabían más.
Las parábolas de Jesús hubieran sido historias de juglar…
Pero como la ciencia se fue mezclando, o chocando con la religión, llegó un momento en que los laicos, a pesar de su laicidad, fueron aumentando su cultura. También sucedió al revés: que les clérigos, a pesar de su clerecía fueron asomando su ignorancia y cerrando su cerebro.. En ese tiempo llamado renacimiento, renació la ciencia, mientras la teología se les encogió a muchos clérigos y se les volvió frases hechas, memorismos, tópicos.
En las órdenes religiosas, los clérigos dominaron el poder y los llamados hermanos legos (=laicos) se quedaron hasta sin poder presidir la eucaristía, reservada para los reverendos padres.
Hoy los laicos, periodistas o universitarios, se hacen un lío para distinguir entre los distintos grados de lo clerical, sus títulos, jerarquías y hábitos. Seguro que muchos de ustedes laico-seglares-legos no se aclaran en esta confusión.
¿Jesús de Nazaret, el simple laico de aldea¿ se aclararía o no?
Las túnicas, las coronas, los símbolos que le cuelgan hoy al pobre Nazareno, pienso que él mismo no los entendería mucho: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, decidme por favor si vos sos laico o seglar.
Y en lo alto de los cielos lo mismo los ángeles cantarían con acompañamiento musical de acordeón: “Vos sos el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo, el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido”
Pero en los alrededores del Vaticano tal vez se escucharía otra música más solemne, con acordes de Haendel que cantase al: Jesús sumo y eterno sacerdote.: ¡Aleluya, porque el Señor Dios Omnipotente reina, aleluya! El reino de este mundo se ha convertido en el reino del Señor y su Cristo, Él reinará por siempre jamás ¡Aleluya! Rey de Reyes, Señor de Señores, reinará por los siglos de los siglos, ¡Aleluya!.(Cantata de el mesías)
a
Con los acordes de este aleluya de Haendel fundidos con el acordeón de Carlos Mejía, pensemos: ¿qué ha sucedido para que este vida humilde de los primeros seguidores se haya convertido en el clericalismo que el papa critica entristecido
a
Ciudad del Vaticano (Martes, 26-04-2116, Gaudium Press) Hoy ha sido dada a conocer la Carta "Laicos en la vida pública, Iglesia y mundo", que el Papa Francisco envió al presidente de la Pontificia Comisión de América Latina (CAL), Cardenal Marc Ouellet, sobre el compromiso de los laicos en la vida pública. Es un documento firmado en la Solemnidad de San José, 19 de marzo, que retoma las reflexiones que el Santo Padre hizo el 4 de marzo pasado en la plenaria de la CAL.
El Pontífice recuerda en el documento que los pastores de la Iglesia se identifican en su misión de "mirar, proteger, acompañar, sostener y servir" a las ovejas. "Un padre no se entiende a sí mismo sin sus hijos". Recalca el Papa que un día los pastores fueron meros laicos: "todos ingresamos a la Iglesia como laicos".
Es preciso considerar con madurez al laicado, evitando el "clericalismo". "El clericalismo lleva a la funcionalización del laicado; tratándolo como ‘mandaderos', coarta las distintas iniciativas, esfuerzos y hasta me animo a decir, osadías necesarios para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los ámbitos del quehacer social y especialmente político", expresa el Papa. Un ejemplo del campo donde se debe expresar y favorecer la iniciativa del laico es en la esfera pública.
Alentar al laico en la vida pública.
"¿Qué significa para nosotros pastores que los laicos estén trabajando en la vida pública? Significa buscar la manera de poder alentar, acompañar y estimular todo los intentos, esfuerzos que ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones especialmente para los más pobres, especialmente con los más pobres".
En ese sentido es preciso evitar la "tentación de pensar que el laico comprometido es aquel que trabaja en las obras de la Iglesia y/o en las cosas de la parroquia o de la diócesis y poco hemos reflexionado como acompañar a un bautizado en su vida pública y cotidiana; cómo él, en su quehacer cotidiano, con las responsabilidades que tiene se compromete como cristiano en la vida pública". Por el contrario, "tenemos que estar al lado de nuestra gente, acompañándolos en sus búsquedas y estimulando esta imaginación capaz de responder a la problemática actual".
Dios sigue actuando, incluso en los ambientes difíciles de las grandes urbes. Es necesario ayudar a redescubrir esta presencia de Dios, "desde una mirada contemplativa, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas... Él vive entre los ciudadanos promoviendo la caridad, la fraternidad, el deseo del bien, de verdad, de justicia. Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada. Dios no se oculta a aquellos que lo buscan con un corazón sincero. (EG 71)"
El Papa también dirige su pensamiento a la Piedad Popular, importante manifestación de la realidad del laico. Ella "refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente".
El Pontífice afirma también que la fe del pueblo bien orientada "manifiesta una genuina presencia" del Espíritu Santo, y pide confiar en la memoria y el "olfato" del pueblo, ciertos de que allí actúa el Espíritu, que "no es ‘propiedad' de la jerarquía eclesial".
El Papa concluye su mensaje, pidiendo la preservación de dos "memorias", la del Jesucristo y su mensaje, y la de los antepasados, a quienes se debe la fe, que es "un regalo que nos ha llegado en muchos casos de las manos de nuestras madres, de nuestras abuelas. Ellas han sido, la memoria viva de Jesucristo en el seno de nuestros hogares. Fue en el silencio de la vida familiar, donde la mayoría de nosotros aprendió a rezar, a amar, a vivir la fe".
Laicos y clérigos ¿qué podremos hacer para que todos los seres humanos seamos el laós: Pueblo de Dios?