PALABRAS A VOLEO
Hubo un tiempo en que la tierra era un lugar de belleza salvaje, con bosques y montañas, desiertos y territorios con variadas plantas, que esperaban alguien para recogerlas y llevárselas a la boca. Entre los seres vivos semovientes algunos que se atrevieron a bajar de los árboles empezaron a apropiarse de terrenos, plantas, a domesticar animales o a luchar contra ellos para comer su carne, abrigarse con su piel, beber su leche. Esos seres se fueron juntando en hordas, tribus, poblados que fueron creciendo por el mundo.
Aunque todavía no eran muchos ya se decidieron a marcar con piedras, mojones, los ´límites de sus territorios… Esas piedras y mojones o barreras que iban construyendo variaban de tamaño; lo hacían a veces pacíficamente o , más generalmente por las malas. Contruyeron bardas que llamaban murallas. Pusieron vigilanres y guardianes para eso, para guardar la tierra y hasta sin muros ni murallas, buscaron modos de fijar lo que hoy llamamos:
FRONTERAS
Las dichas fronteras abarcaban todos sus territorios, porque dentro de ellas seguían levantándose aún más barreras. Entre los que vivían allá dentro crecieron poco a poco bardas de adobe o de madera, barreras de piedra o de espino… Por todas partes del mundo donde ese llamado ser humano se fue estableciendo, fueron creciendo límites y fronteras.