MOVIMIENTO MIGRATORIO GLOBAL (II Parte)
Fernando Bermúdez
Comités Oscar Romero, España
(Continuación) >>>ver parte I
SICSAL, Colombia, agosto 2018
Hacia el relanzamiento
de la opción preferencial
por las víctimas
de la pobreza estructural
El muro de Estados Unidos
Lo que ocurre en Europa con los migrantes y refugiados de Oriente Medio y de África, ocurre también con los migrantes latinoamericanos, sobre todo mexicanos y centroamericanos, que tratan de llegar a Estados Unidos. Al llegar a la frontera se encuentran con el muro de la vergüenza, que va del océano Pacífico al océano Atlántico con más de 3.000 kilómetros. El muro, comenzó a construirse en 1994 en el gobierno de Bill Clinton, pero está siendo reforzado por Donald Trump. En la caminata hacia la frontera o en la espera de poder pasar al otro lado del muro, algunos migrantes son capturados por las mafias de trata de personas o asesinados por narcotraficantes.
Algunos de los que lograron cruzar el muro perdieron la vida por disparos de las patrullas fronterizas y guardias estadounidenses. Otros perecen en la travesía de los desiertos. La política racista, xenofóbica y criminal de la administración Trump está golpeando duro a los migrantes. Es cruel la separación de más de 2.000 niños y niñas de sus padres, encerrados como si fueran animales.
En Guatemala ya se está notando los efectos de la política migratoria de Estados Unidos, pues casi el 70% de la población subsiste gracias a las remesas que envían los migrantes en este país. En septiembre de 2017 impartí una conferencia a 90 estudiantes de magisterio en Chiantla, Huehuetenango, venidos de las aldeas de este municipio. Pedí que levantaran la mano aquellos que tenían algún familiar en Estados Unidos. Casi todos alzaron la mano. En Estados Unidos hay alrededor de 3 millones y medio de guatemaltecos.
Lamentablemente, Europa y Estados Unidos consideran a los migrantes como un deshecho humano, gente sobrante. De ahí la política de castigo y expulsión (Zygmunt Bauman). Esta realidad del cierre de fronteras en los países ricos del norte es un indicador de que vivimos una profunda crisis de humanidad, crisis de civilización, crisis ética y espiritual. Es la mayor crisis que estamos viviendo hoy en la humanidad.
3. Causas estructurales de la migración
En Colombia, a pesar de la firma de la Paz entre el Gobierno y las FARC en noviembre de 2016, la violencia continúa con el asesinato de líderes comunitarios y políticos de la oposición, realidad que obliga a muchos a salir del país. Más de 400 líderes sociales han sido asesinados desde la firma de la paz de los cuales 90 eran miembros de las FARC En este país el 97 % de los asesinatos quedan en la impunidad.
Las migraciones crecen día a día en todo el mundo debido a los altos niveles de abusos a los derechos humanos. La exclusión, la fragilidad de las democracias y la falta de oportunidades para un trabajo digno obligan a la población a desplazarse a lugares más seguros.
De ahí que las causas estructurales de los fenómenos migratorios y de refugiados radican esencialmente en la pobreza, el hambre, las guerras y el cambio climático, que están provocando severas y prolongadas sequías en extensas zonas del planeta, sobre todo en África.
La brecha entre el mundo rico y el mundo empobrecido se va agudizando cada vez más. Es una consecuencia del sistema capitalista neoliberal. Hay un considerable crecimiento de las desigualdades entre el Norte global y el Sur global, entre Norteamérica y América Latina, entre Europa y África. En África subsahariana 224 millones de personas pasan hambre, un 12% más que hace un año (FAO).
Esta es la realidad: un Norte que con el 15% de la población global controla el 85% de la riqueza del planeta y es cada vez más opulento y consumista; y un Sur que con el 85% de la población sólo tiene acceso al 15% de la riqueza y es cada vez más empobrecido. Sin embargo, el Sur es quien posee la mayor parte de los bienes naturales del planeta (petróleo, gas, agua, oro, plata, uranio, coltán, maderas finas, pesca…), pero explotados y usurpados por las compañías multinacionales del Norte, cuyos gobiernos cierran las puertas a los migrantes del Sur que ellos mismos están empobreciendo. Y para colmo, aplican en estos países políticas despiadadas de ajustes estructurales que enriquecen a las oligarquías nacionales y empobrecen aún más a los pobres
A ello se suma la explosión demográfica en los países del sur. De los nueve países del mundo que concentrarán la mitad del crecimiento poblacional de aquí a 2050, seis son africanos (Nigeria, República Democrática del Congo, Etiopía, Tanzania, Uganda y Angola). Hoy hay 1.256 millones de africanos; en 2050 se espera que sean el doble. Es decir, el continente acapara casi la mitad del crecimiento de la población mundial (El País, 5.8.2018).
A todo esto se suma la tragedia que están generando las guerras. En Oriente Medio existe un caos desde la invasión de Estados Unidos a Afganistán e Irak. Después, la guerra de Siria y la represión israelí contra los palestinos están generando un clima bélico de incalculables consecuencias. Estados Unidos, Europa, Rusia y China venden armamento bélico a los países en conflicto, que alimentan las guerras y fuerzan a millones de personas a salir de sus países (Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Somalia, Sudán, República Centroafricana, Nigeria, Camerún, Costa de Marfil, Kenia, Guinea Konacri…). Millones de personas huyen porque las armas de los países ricos del Norte bombardearon sus casas y mataron a multitud de personas. Asimismo, las grandes movilizaciones de desplazados y refugiados en la región de los Grandes Lagos, en África, obedece a los conflictos armados alimentados por las armas que envían los países de Occidente.
Otras causas es la proliferación de mafias de trata de seres humanos a consecuencia del cierre de fronteras en el Norte.
A esto se suma el miedo en Estados Unidos y en Europa a quien es diferente por su condición social (aporofobia, miedo y rechazo a los pobres), nacionalidad (xenofobia, rechazo a los extranjeros), lengua, color de la piel, cultura, religión (islamofobia). Confunden islám con terrorismo.
Otra causa es el auge de la extrema derecha en Estados Unidos y en Europa. El nuevo gobierno de ultra-derecha italiano, ha prohibido acoger en sus puertos a buques con refugiados e inmigrantes. En España, tras la entrada en el poder del partido socialista, se ha abierto una pequeña esperanza. Acogió al Aquarius, en el puerto de Valencia, con 162 refugiados y al buque alemán Lifeline con 64 refugiados en el puerto de Barcelona. Todas estas personas, incluidos muchos niños y niñas, hubieran muerto ahogadas en el Mediterráneo si no hubieran sido rescatadas por estos buques humanitarios. Gestos como el del Aquarius son bellos, pero no son la solución. Ésta radica en la eliminación de las causas estructurales que generan los desplazamientos forzosos.
No obstante, es una modesta luz de esperanza las crecientes movilizaciones de solidaridad existentes en todas las regiones del planeta y, en concreto, la acción de Salvamento Marítimo, sobre todo en Grecia, Italia, España y Alemania. Buques de rescate marítimo de ONGs humanitarias, cuya misión es salvar a los náufragos: Proactiva Open Arms (española), Aquarius (italiana), Lifeline (alemana).
4. Retos
¿Qué retos nos plantea a los cristianos la realidad de los movimientos migratorios? Doy algunas pistas que pueden ser punto de arranque para un diálogo abierto.
*Esta realidad está exigiendo a gritos un cambio global profundo a nivel social, económico, cultural y ambiental, como señala el papa Francisco en la Evangelii Gaudium y en la Laudato Si. *Analizar y abordar las causas estructurales para detener el flujo migratorio: que las corporaciones del Norte dejen de saquear los recursos del Sur. Para ello es necesario fortalecer la resistencia frente a la presencia de las multinacionales (minería, hidroeléctricas, agricultura…), exigiendo que respeten el artículo 169 de la OIT. Hacemos memoria de Berta Cáceres, mártir hondureña y de Víctor Gálvez, mártir guatemalteco, quienes dieron la vida en defensa del territorio, símbolos de tantos hombres y mujeres que a diario están siendo asesinados a lo largo y ancho de América Latina.
*Fortalecer, inspirados en la espiritualidad de Óscar Romero, la denuncia profética del sistema global de libre mercado que agudiza cada vez más la brecha entre países enriquecidos y países empobrecidos.
*Denunciar con vehemencia las políticas de Estados Unidos y de la Unión Europea hacia los migrantes y refugiados. Toda denuncia debe ir acompañada de propuestas de carácter humanista, ético, social y político.
*Denunciar el racismo, la xenofobia, la aporofobia y la “violencia institucionalizada” (Medellín), que es causa de pérdida de valores, de espiral de violencia y de desplazamientos forzosos.
*Exigir a los gobiernos del Sur que abandonen la compra de armas, a fin de acabar con las guerras, la represión y la erradicación de las violaciones a los derechos humanos. Es la boca de los hambrientos y no la de los cañones la que hay que alimentar.
*Exigir a los países del Norte un riguroso cumplimiento del Tratado de Comercio de Armas (firmado en Naciones Unidas el año 2013).
*Fomentar, en todos los niveles sociales (iglesias, organizaciones sociales, culturales, de derechos humanos, grupos políticos, ONGs…) la cultura de paz y el diálogo como medio de resolución de conflictos y buscar espacios de encuentro y diálogo intercultural e interreligioso.
*Elaborar y difundir material pedagógico sobre el tema migratorios, desde una cultura de paz.
*Demandar a los países del Norte que aporten al desarrollo integral de los países del Sur, en industria, educación, creación de puestos de trabajo..., respondiendo a las necesidades reales de los pueblos y respetando siempre su identidad cultural y sus procesos políticos.
*Respecto a la política de la Unión Europea con África y Oriente Medio, la solución no consiste en dar dinero a los gobiernos del norte de África para que retengan a los migrantes, porque el dinero se lo quedan las élites y es una máquina de corrupción. La solución está en diseñar un programa a medio y largo plazo con la sociedad civil de los países de origen para invertir en proyectos de desarrollo socio-económico y de derechos humanos (Javier de Lucas).
*Impulsar políticas de desarrollo sostenible e integral, que devuelva la dignidad a las personas y al medio ambiente. Es tarea de todos, sobre todo de los países ricos, afrontar las exigencias del cambio climático conscientes de que el planeta es Casa de todos (Laudato Si). *Implementar en el sur, sobre todo en África, programas de educación sexual, a fin de que haya un control de natalidad.
*Que se abran vías de acceso legal y seguro para los refugiados en el Mediterráneo, que les permitan ejercer su derecho al asilo de manera digna y sin tener que arriesgar sus vidas en el camino, tal como lo demanda Cáritas Internationalis, Amnistía Internacional y diversas ONGs. Y garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en los países de origen. Exigir en la Unión Europea que se respete y se implemente el Acuerdo Schengen.
*Que se ponga en marcha una operación permanente de ayuda y salvamento con el objetivo de impedir la pérdida de vidas y que se combatan activamente las organizaciones criminales de trata de personas.
*Conformación de una política migratoria y de asilo común a nivel internacional y un pacto mundial para los refugiados (Se discutirá en la ONU, Septiembre 2018). Y exigir que se respete la Convención de Ginebra sobre Migración.
*Que la realidad migratoria sea apropiada con mayor intensidad y profundidad por la reflexión teológica y que los sacerdotes la aborden en su trabajo la pastoral. Jesús se identifica con el migrante y refugiado. “¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos?” (Mt 25,38). “Si estoy con el inmigrante, estoy con Cristo. Si estoy lejos del inmigrante, estoy lejos de Cristo” señala el obispo Álvaro Ramazzini. Cáritas Internationalis señala, asimismo, que “la acogida a los refugiados es una exigencia ética inherente al sistema democrático, que se suma a la obligatoriedad derivada como firmantes de los pactos y convenios internacionales de protección de las personas forzadas a abandonar sus países de origen”. La migración y el refugio son hoy un lugar teológico, un lugar donde Dios se nos revela.
*Sensibilizar a las comunidades cristianas de los países del norte, para que no permitan que Cristo sea crucificado en las fronteras, porque rechazar a un refugiado o inmigrante es rechazar a Cristo y exponerlo a la muerte. “Es intolerable que un muerto rico sea importante y mil muertos pobres no importen a nadie” (Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger).
*Colocar en el centro de la vida social a la persona, no a los intereses económicos o políticos. Jesús colocó al ser humano en el centro, por encima de leyes, normas, ritos e intereses económicos. Los derechos humanos son derechos divinos. Tristemente, el sistema dominante ha creado dos clases de personas: personas con derechos y personas sin derecho a tener derechos. Y esto va radicalmente contra la esencia del mensaje de Jesús.
*Desarrollar la conciencia de ciudadanía universal, internacionalista, más allá de los nacionalismos egoístas y fundamentalistas, enraizando una redefinición del bien común y del interés general planetario (Francisco Jarauta).
*Fortalecer los movimientos sociales que luchan por revertir la globalización neoliberal por la globalización de la justicia, la solidaridad y el cuidado de la Madre Tierra. *Implementar el desarrollo del pensamiento crítico que haga suyo un nuevo proyecto utópico. La utopía es una apremiante necesidad, es motor de cambio, por eso el sistema neoliberal busca matar la utopía.
*Abrazar, proteger, promover e integrar a los migrantes, refugiados y víctimas de la trata de personas (Papa Francisco).
*En definitiva: urge una revolución de la conciencia de la ciudadanía tanto en el Norte como en el Sur. Una revolución ética y espiritual como base y esencia de toda revolución socio-política.
Para ello, seis palabras claves para el trabajo:
Información, alternativa y que se ajuste a la verdad
Formación, social y política desde la fe cristiana
Organización, trabajo en redes, articulados con otras organizaciones
Movilización, a través de la denuncia buscar un nuevo orden social
Transformación, cambio personal y cambio estructural
.
Celebración, se celebra la vida y la lucha por un mundo más humano.
Finalmente, quiero señalar, que entre los muchos hombres y mujeres destacados en la Iglesia en la defensa de los migrantes y refugiados, sobresalen el papa Francisco, Alejandro Solalinde (México), Raúl Vera (México), Santiago Agrelo arzobispo de Tánger (Marruecos), Álvaro Ramazzini (Guatemala), Pedro Casaldáliga (Brasil), el P. Ángel (fundador de Mensajero de la Paz), entre otros. A nivel civil hay muchísimas personas, como la activista Helena Meleno, y prestigiosas organizaciones solidarias con los migrantes, refugiados y desplazados, que sería interminable mencionarlas. Son una luz de esperanza en el camino hacia ese otro mundo de justicia y fraternidad que soñamos.
Fuentes consultadas:
Amnistía Internacional
ACNUR
VII Jornadas de Formación “Migraciones y solidaridad”, Comités Oscar Romero. España, celebradas en Murcia.
Caritas Internationalis
Pax Christi Internacional
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* Fernando Bermúdez López fue misionero en Guatemala y México. Desarrolló trabajos de formación teológica y de defensa y promoción de los Derechos Humanos. Actualmente es miembro de los Comités Oscar Romero de España, del Consejo de Justicia y Paz en Murcia, de MOCEOP, de Amnistía Internacional, Comunidades Cristianas de Base, de la Asociación de teólogos y teólogas Juan XXIII y de la Asociación Amigos de Guatemala.
Ha vivido experiencias con refugiados:
1976. Encuentro con los refugiados palestinos en Anatot, al norte de Jerusalén.
1981-1989. Trabajo con refugiados guatemaltecos en Tehuantepec, Chiapas y Yucatán. Encuentro con los refugiados salvadoreños en Belice.
1992. Encuentro con las Comunidades de Población en Resistencia, CPR, en la Sierra de los Cuchumatanes y en la selva del Petén, Guatemala.
1994. Visita a El Paso (Texas), junto a la frontera mexicana. El Paso es una ciudad del oeste de Texas, situada junto a las aguas del Río Grande, cerca de Ciudad Juárez (México).
2000-2008. Diócesis de San Marcos. Encuentro con migrantes centroamericanos en la Casa del Migrante de Tecún Umán y con los que cruzan el río Suchiate para agarrar el tren, “la Bestia”, en Tapachula.
2009. Convivencia en los campos de refugiados saharauis en Tinduf, desierto de Argelia.
2014. Casa de Acogida San Antonio, Ceuta, cerca de las vallas, en la frontera con Marruecos.
2016. Campo de refugiados sirios, palestinos, iraquíes y afganos en Katsikas, Ioanina, Grecia.
2017. Encuentro con los migrantes y refugiados procedentes de Libia en la isla de Lampedusa.