Quieres suscribirte al blog?

Colaborando con...

23 de noviembre de 2018

A VOLEO.. RITO


PALABRAS A VOLEO


En estas palabras que revolotean  como pájaros cada semana  ahora vamos a enfrentarnos  con  algo  que, como casi siempre,  hace contraste entre la vida que llamamos espiritual y el trabajo nuestro de cada día.   
Se trata de la palabra  





RITO
La palabra rito viene del latín ritus, el cual se refería a las ceremonias religiosas. La idea del rito es que se tiene que realizar en cierto orden.  Seguramente que les suena mejor si tratamos de lo que”siempre se hace así”,  especialmente en celebraciones religiosas.
La diferencia está  en que el rito   sólo se hace, como ceremonia,  como signo,  como gesto  que
aparte de celebrarlo no tiene mayor eficacia.

En cambio, cuando realizamos  un trabajo  concreto:  el mecánico que arregla un carro, el  piloto  que conduce el  automóvil,  el escritor que teclea en la computadora… 

lo importante no  son los gestos rituales  que hace sino la eficacia, las consecuencias prácticas  que tiene esa acción. 




Aunque no sólo se trate de ritos religiosos (bendiciones,  ceremonias de misas o sacramentos o
de cualquier otra  religión),  sino también   en  ritos civiles:
izar la bandera, juramentación de un cargo político, desfile militar o estudiantil.  

Ante esos ritos una persona  crítica de tales ceremonias  puede  preguntar:”

¿Y eso para qué sirve?”.








Hacer la comida, poner una inyección,  construir una casa… 

No hace falta dar muchas explicaciones sobre  su utilidad.





Pero un rito o ceremonia cualquiera se presta a muchas preguntas sobre sus consecuencias. 


Las personas  comprometidas  con trabajos de transformación  concreta: 
Los obreros, campesinos, técnicos de cualquier profesión… tienen ante los ojos  el objetivo para el cual desarrollan su trabajo.

Pero al mismo tiempo en la sociedad actual  se presentan  organizaciones, sociedades en las que parece predominar actividades ceremoniales, rituales… y ¿ para qué sirven?. Seguramente que alguien me dirá:” esos ritos suelen tener un valor educativo, (o deseducativo).  Estan muy relacionados con la toma del poder,  con el manejo de las masas”. Pensemos cómo personalidades políticas  asisten a ceremonias religiosas  aunque todos  saben  que  quien va a  esa  misa  no  tiene ningún
interés por la religión.  Pero allí está y hasta si le conviene comulga, aunque el día anterior había firmado unas sentencias de muerte.

Eso  es lo triste del rito religioso,  que  más que un acto de espiritualidad  es una ceremonia, muchas veces hipócrita,  porque a la autoridad le  hace mejorar su relación  con el público o con la jerarquía de alguna  iglesia.
Jugando con las palanras diríamos  que para muchos el rito  es, más bien, un “rato”, un espacio de tiempo que se aguanta  porque atrae publicidad de  la  gente o de  las autoridades religiosas. Hay qie ir a la ceremonia un rato  para quedar bien.

(vuelvo a insistir, cuando hablo  de autoridades religiosas,  que también puede tratarse de ritos  civiles,  políticos,culturales…) homenajes  a personalidades que nos traen sin cuidado,   entrega de diplomas o de símboles que nos importan muy poco,  pero que  conviene ir para relacionarse  con cualquer poresidente o asociación  si nos interesa   estrechar amistad o conseguir privilegios. 





A veces ese rito está unido con  una comida o “desayuno de trabajo”  que nos viene bien,  sobretodo  si tiene poco trabajo pero  es copioso e deayuno.




Aquí nos aparece Jesús   al que acusaban de comilón y bebedor, tal vez porque  solía pasar hambre los días  ordinarios y no se perdía  un banquete con cualquier  fariseo o publicano;  aunque  con  la pobre gente se encargaba él personalmente de multiplicar los panes y los peces, y todavía sobraban doce canastos.  Claro que, como entonces no había  refrigeradoras,  enseguida los comensales  hacía desaparecer las sobras   en un rato, sin rito ninguno.



Pero es que de pronto la palabra rito  empieza a desaparecer  y aparece por detrás pa lalabra fiesta.

El rito, necesita un ritual  que explica como  hay que celebrar  las ceremonias .  Pero la fiesta no necesita un ceremonial  (un reglamento de lo que siempre hay que hacer así), porque la fiesta es espontánea  y ya sabe cada uno lo que tiene que hacer y lo que le apetece.


Muchas veces  lo que empezó  como  fiesta espontánea se va convirtiendo en rito. Aquella cena de pascua, que empezó con la “última” el jueves santo en Jerusalén y luego  las demás cenas  cuando  se   enteraron  los discípulos  de que el Maestro había rsucitado… ¡Ay!

 Poco a poco  aquellas  comidas, fiestas donde se partía el pan y se comprtía la amistad  se fueron convirtiendo en  ritos que hoy  se llaman misas. En ellas se canta “la misa es una fiesta muy alegre”  aunque los niños (y los grndes) se aburren en ellas si no pueden corretear por el templo a su gusto.  Pero hoy  las misas siguen siendo solemnes ceremonias, que  ojalá el  cura  hable cortito y  se pueda salir a casa pronto.
Algunos intentan  conseguir que el rito se convierta en  fiesta, pero pocos lo consiguen  porque la gente es pasiva; se empeña en cumplir el rito monótono y que los dejen en paz.
Tal vez la diferencia entre  entre relgión y fe sea que lo religioso es más bien rito ceremonioso y la fe pida mejor fiesta  dode  el pueblo  se exprese a  gusto, extienda sus


manos,  comparta el pan y el vino, hable, ría o llore,  y salga de la fiesta a seguirse queriendo  y  encontrando  a los demás  para compartir con ellos la vida.
Menos rito y más fiesta.
Eso nos lo canta  Juan Manuel Serrat. Lo pueden escuchar :