PALABRAS A VOLEO
Salió un sembrador a
sembrar sus palabras.
Unas calleron en
el camino de asfalto pasaron los carros y las aplastaron.
Otras se fueron
volando volando al…
CIELO
¿Al cielo? Habrá
que investigar el significado y
la etimología de la palabra cielo. Tal vez nos sorpendamos
Pues Parece ser que cielo tiene su origen en el griego kilon, que signifíca
cóncavo, hueco, vacío. Supongo que a nadie le extrañará pero si
preguntamos a la academia de la lengua, observen
sus respuestas:
1. m. Esfera
aparente azul y diáfana que rodea la Tierra.
2. m. atmósfera (capa
que rodea la Tierra).
3. m. En la
tradición cristiana, morada en que los ángeles, los santos y los
bienaventurados gozan de la presencia de Dios
4. m. En la
tradición cristiana, gloria o bienaventuranza.
5. m. Dios o su
providencia. En plural. Con el mismo significado que en
sing. ¡Valedme, cielos!
6. m. Parte
superior que cubre algunas cosas. El cielo de la cama, de la habitación
7. m. U. como
apelativo cariñoso para dirigirse o aludir a una persona. Mi cielo. Cielo mío.
Cielito lindo
8. . Persona o cosa consideradas cariñosamente
con embeleso. Esta niña es un cielo.
… No nos
detenemos en otras frases o modismos que también se refieren al cielo, pero en
cambio creo importante volver esta
palabra del revés y darnos cuenta que hoy
va adquiriendo significados distintos o imágenes diferentes.
Resulta que hoy
por culpa de los astrónomos y los
expertos en biblia esa palabra empieza a
significar algo distinto. Lo dice una
canción litúrgica con una frase tajante: “Hoy no se puede estar mirando al
cielo” ¿cómo? ¿Qué no se puede estar…?
Bueno, sí se puede, pero descubriremos modos
distintos de mirar:
Los astrónomos,
desde que Galileo se jugó el pellejo
diciendo que la tierra no era el centro del cielo, luego los sucesivos inventores de telescopios, hasta
el Hubble moderno fueron ampliados
los límites y dimensiones del susodicho
cielo.
Desde hace 7.000
años existe una bella creencia originada en la tradición de las =igiones
monoteístas como el islamismo, judaísmo y cristianismo.
Esa creencia afirma que Dios realmente creó siete cielos en
total, dispuestos alrededor de nuestro
mundo físico formando círculos concéntricos de manera ascendente, tal como si
cada uno fuera una de las capas de la misma cebolla.
Es así como nuestro mundo
está cercado por puertas que conducen a
los reinos superiores y las cuales son custodiadas por legiones de ángeles
quienes tienen por misión garantizar que, en condiciones normales, sólo los
seres de luz puedan ingresar al plano que conocemos y en donde se desarrolla
nuestra vida.
Si quieren conocer más de
esos 7 cielos busquen en LA
DIVINA COMEDIA DE Dante.
Así era hasta que
los astrónomos y sus telescopios, nos dicen con voz humilde que siete no,
sino siete mil millones y millones… de
algo que cada vez se descubren más grande y en expansión.
Según estudios
publicados en 2016, se estima que existen al menos 2 billones de galaxias (dos
millones de millones) en el universo observable, esto es, diez veces más de lo
que se creía anteriormente…
Aquí tienen un
trocito del mapa en 3 D más moderno hasta
la fecha, de lo que actualmente
nos da vergüenza llamar cielo y lo llamamos universo.
Jesús y todas las personas con inquietud frente a
esta vida y sus desconciertos, sabían mirar al cielo buscando algo que les superaba
en la tierra. “Padre nuestro que estás en el cielo, <abun debasHmaya,> les dijo en arameo y los escritores sagrados hablaron de subir al
cielo llevados por un carro de
fuego o acompañados de ángeles.
¿Y hoy? Los creyentes cada uno en nuestro idioma
seguimos diciendo Padre que estás en el cielo,
sólo que para nosotros el cielo no es solo la foto que hemos puesto
antes. También el cielo es esto:
Y esto:
Y todo esto:
Por eso aquel que
predicaba a la gente sobre el reino de los cielos ahora lo puede seguir
haciendo mejor y
nosotros con ÉL ¿o no?
¿Entendemos qué
es el reino de los cielos y nos quedamos sólo en las nubes?
Debido a los avances de la ciencia, de la astronomía, o la
conciencia sobre lo que entendemos por cielo como lugar
donde se decía que estaba Dios…
podemos
hacer una reflexión más a fondo y
sin retorcer mucho nuestros pensamientos
reconocer que sí que claro que Dios , o el ser misterioso que se dice con otros nombres, ese ser que
hasta en los catecismos más elementales se reconocía como el que estaba en
todas partes, menos en el patio de mi casa, “porque mi casa no tiene patio” como decían
Pepito y Jaimito.
Lo importante es
que a estas alturas de nuestra conciencia no nos quedemos mirando al
cielo, ese frecuentemente cubierto de nubes; pero sí que tengamos presente el cielo
universo que abarca desde las galaxias
inabarcables hasta las subpartícula atómicas
indivisibles que - supongo saben- ya no son los átomos sino los quarks, por hoy lo más pequeño de la
creación
A mí no me
importa decir padre nuestro que estás en
el cielo, aunque no necesite, como hacían Jesús y los profetas , levantar los ojos a las alturas porque siento que yo estoy en el cielo y que el cielo
está en mí; que la realidad de la
creación abarca materia y espíritu, cuerpos
y conciencia, lo subatómico y la vía láctea con
las demás galaxias. Todo es cielo.
Y en medio de todo esto se nos presenta lo que llamamos muerte.
Al celebrarla, al
platicar sobre ella fácilmente nos surge en la conversación
la palabra cielo.
“Tu papá se ha
ido al cielo”, decimos a los niños
cuando no lo ven platicando con
ellos. En dibujos, pinturas, vidrieras
aparece todo el conjunto de simbolismos celestiales, angelicales…
Sin embargo hay otras maneras de describir este
paso misterioso a lo que llamamos “la otra vida” teniendo de fondo paisajes entre nubes y rayos de sol.
Meditemos
este poema de Mary Elizabeth Frye (1932)
No
llores ahí de pie ante mi tumba
No
estoy durmiendo en ella.
Ahora
soy los mil vientos que silban en la tarde
Soy
los destellos que resplandecen en la nieve
Soy
la luz del sol que madura las semillas
Soy
la lluvia que cae suavemente en el otoño.
Cuando
te despiertas en la paz de la mañana
Soy
el rápido movimiento de los pájaros
Que
levantan el vuelo y forman círculos en el cielo
Soy
las silenciosas estrellas que brillan en la noche.
No
llores ahí de pie ante mi tumba
No
estoy en ella. Estoy en todas partes. Estoy viva…
El poema tuvo un gran impacto en el momento de su
publicación y desde entonces ha tenido mucho eco en la conciencia colectiva, y
no sin razón.
En
muchas de las “palabras a voleo que aquí publicamos nos daremos cuenta de cómo expresiones que en
un momento tuvieron un sentido, al irse modificando la conciencia de la humanidad tal palabra
no ha perdido fuerza pero ha cambiado de significado.
Desde la adoración al sol o la luna de los hombres
primitivos, pasando por las observaciones de los distintos astrónomos y la evolución de la conciencia de creyentes y
teólogos hoy con las mismas o distintas palabras seguimos
hablando del CIELO
Como
broche de luz celestial escuchemos (traducido) veamos y meditemos el poema Do not stand at my grave and weep que canta
Katherine Jenkins,