PALABRAS A VOLEO
Hoy nos
vamos a enfrentar con una palabra que a muchos les hace tambalear su fe, pero
no es para tanto.
Al contrario, bien
entendida deberá fortalecer y
aclarar lo que llamamos fe y
espiritualidad.
¿Qué extraña palabra es
esa? Pues se trata del
Mito
¿Cómo? ¿ Mito?... Mitología… los cuentos de dioses y
diosas de las religiones que llamamos
falsas:
Júpiter, Venus,
Horus, Isis, Mitra ….
Los mitos de esas religiones no son puras fantasías; tienen su parte de reflejo en los sentimientos y en los sueños humanos, en los deseos y ansias de la humanidad. Pero ¿los mitos son mentira?… ¡no! Son eso: mitos.
No son reportajes periodísticos. Cuando en un periódico leemos una noticia y
nosotros nos damos cuenta de que no fue eso lo que sucedió, porque estuvimos presentes en aquel suceso,
naturalmente nos indignamos y acusamos
con razón a los periodistas de que
mienten.
costumbres.
Esto
que estoy ahora escribiendo no se lo digo,
naturalmente, a los sabios expertos en Biblia o en literaturas antiguas.
Lo estoy escribiendo pensando en las
personas que aprendieron el catecismo de pequeños y ahí terminaron sus
conocimientos de historia o de sagrada escritura. Lo malo es que con ese
reducido caudal de conocimientos, luego se hicieron catequistas o maestros y
deformaron la mente de los niños
con enseñanzas atrasadas que no
fueron capaces de criticar y
modernizar. No distinguían lo que era historia de los
llamados “mitos”. Así fracasamos con la ignorancia religiosa de padres y
maestros; y así tropezamos con la falta de conciencia de muchos llamados
cristianos. Incluso conozco personas, científicos destacados en física u otras ramas de la cultura, pero que
sus conocimientos de historia, de
biblia, son totalmente
infantiles.
Hay
personas con estudios de bachillerato o
de universidad que todavía se creen, por ejemplo, que la historia de Adán y Eva,
la serpiente y Dios paseándose por el
paraíso es una verdad de fe. No
se dan cuenta de que es una leyenda simbólica
que, naturalmente, los
antropólogos, los historiadores lo entienden
como narraciones míticas de un
tiempo en que se veía de otro modo la creación del ser
humano. Los expertos en la biblia hablan de algo que todo cristiano debería
saber: de los “géneros literarios”, es decir que en la biblia no todo es reportaje
histórico. Hay muchas leyendas, poesías,
cuentos, símbolos… que “no hay que
creérselos al pie de la letra” porque no
están escritos para eso, sino como
ejemplos, fabulas, mitos, ¡mitos! Sirven para que entendamos mejor lo que hay detrás
de esas narraciones, las que sirven para
entender mejor la naturaleza de los seres humanos y de los
pueblos.
Me avergüenzo
de que en pleno siglo XXI tenga que dar todas estas explicaciones y que mucha
gente que asiste a misa y lee la biblia
se asuste ante las narraciones míticas.
Piensan que les hace perder la fe. No. Les harán perder la ignorancia de cuando tenían
7 años, pero ¡por favor! Si con esto pierden la fe es que nunca la han tenido
de verdad.
En
demasiados grupos cristianos es muy débil
la formación religiosa de las personas. Acaso el fallo está en algunos sacerdotes que lógicamente tuvieron que
aprender esto en el seminario pero, o no se lo explicaron bien (¿) o no
fueron capaces de enseñar eso a los
feligreses, especialmente a los catequistas y educadores de sus comunidades,
que siguen ignorantes.
Para
completar estas reflexiones les puedo hacer notar un detalle del lenguaje de la
Sagrada Escritura. ¿En qué tierras se
escribieron esos libros? No en Europa ni en Estados unidos… sino en las zonas de la llamada Asia menor.
Se
escribieron en legua hebrea el antiguo testamento y en griego el nuevo
testamento. Fue en torno
a, Palestina, Siria, Persia, países ´árabes…
Donde la afición por leyendas y narraciones
imaginativas siempre ha sido muy grande.
Jesús
de Nazaret creció y se educó en aquellos países y nosotros,
los creyentes occidentales, intentamos
cambiar su imagen y deformarla según
la cultura en Europa y los países “occidentales”, donde se piensa de modo muy
distinto a los orientales.
La mayor parte de películas sobre Jesús o
sobre la Biblia son de inspiración norteamericana y muchas con un simplismo occidental que nada tiene que ver con la manera de ser de la gente en aquellas
tierras. Esas tierras de Jesús, que los
peregrinos visitan unas semanitas y con
eso creen que ya se lo saben todo sobre el evangelio
No
nos damos cuenta, como dice un experto en esta cultura y estos lenguajes, que Jesús era un oriental, que hablaba
el lenguaje arameo (distinto del hebreo) y que muchas de sus expresiones no se pueden
traducir a nuestras lenguas occidentales.
Que la parábola, la leyenda, el mito
era un modo de hablar que supera a las expresiones del lenguaje
español, inglés, etc….
Este
es un tema que pide flexión de los creyentes.
Lo primero que nos hace falta es un poco de humildad para abrir mucho los ojos y los oídos y
respetar los mitos del lenguaje de aquellos tiempos; no
decir que son historias falsas,
no leerlo todo con ojos de lector
americano o europeo. Y aceptar sencillamente
que nos cuenten la historia del amor de Dios con el lenguaje de la tierra de
los patriarcas y los profetas que no
solo hablaban otro idioma, sino que tenían otros pensamientos, soñaban con
otras imágenes a las que nosotros no
llegamos. Para empezar sintamos que la
palabra del Maestro está por encima de nuestras palabras y entendimiento.
En
resumen, volvamos a Jesús,
intentemos conocer como era de verdad,
metámonos en su vida y que él oriente la
nuestra. Habrá palabras y frases de Jesús que no lleguemos a entender del todo, pero el amor y la unión de la humanidad nos ayudarán
a mantenernos en la luz de su mensaje.