PALABRAS A VOLEO
Esta vez iluminados por las luces navideñas queremos ayudar a una reflexión más o menos luminosa aunque un tanto… de doble cara. Reúnan un poco de leña porque vamos a meditar sobre una palabra y sus engañosos derivados. Se trata de la
LUMBRE
La palabra lumbre viene del latín lumen. El cambio de -men (lumen) a -mbre (lumbre), es muy común... De lumen nos llegan las palabras vislumbrar, formada de vix ("apenas", en latín) y luminare (alumbrar), y luminoso formada con el sufijo -oso que indica abundancia.
Lo curioso es que esta palabra, aunque se refiere a la luz, en nuestro idioma se limita a la que se enciende con fuego no a las muchas fuentes luminosas eléctricas que hoy existen, y tendremos que hablar de ellas.
Pero como escribimos esto en Navidades no tenemos más remedio que sacar de esa hoguera una sugerente palabra, la más bella que anuncia el dar a luz: alumbrar, alumbramiento.
Cuando consiguió la humanidad un cierto grado de comprensión llego al descubrimiento del fuego, aunque mucho antes ya las mujeres, por instinto, estaban alumbrando a la humanidad.
Esa fiesta luminosa al fin del año tiene su origen en las fiestas saturnales de los romanos.
Se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.
No sabemos el día en que María dio a luz a Jesús, pero los cristianos recogieron y cristianizaron las fiestas mitológicas de aquel tiempo, sintiendo a Jesús como la verdadera luz del mundo.
Aquí se nos aparece un chocante intercambio entre lo que llamamos religioso y lo que entendemos como pagano.
Lo malo es que entre lo que llamamos fiesta de la luz n las saturnales romanas y la espiritual fiesta del nacimiento de Jesús luz del mundo y se nos ha metido otra palabra derivada de la lumbre pero que no da luz, es algo que no alumbra sino que nos ciega, que ¡deslumbra!.
Aquí queríamos llegar para ponernos en guardia
¿Ya han averiguado el nombre de esa luz cegadora? Me imagino que sí, porque son ustedes observadores y críticos. Miren:
Navidad con-sumo gusto y gasto
Ya ven: entre la luz alegre, religiosa y campesina de las saturnales romanas y la luz alegre, campesina, espiritual del Jesús que alumbró María, ha surgido la la luz que deslumbra y no deja ver la realidad del mundo mientras nos ciegan los que nos despojan de la vida de amor auténtica alegría…
¿Qué buscamos, que nos alumbren, que nos deslumbren?
¿Nos acercamos a la LUMBRE ¿a cuál?
Miren, escuchen, pregúntense: