PALABRAS A VOLEO
En todos los idiomas y culturas, cuando no se conoce el vocabulario hay algunas palabras que sirven de escapatoria, Cuando hay algo que no sabemos cómo se llama, tenemos que buscar una palabra para nombrarlo. En los países de Centroamérica se suelen emplear expresiones como: ese chunche, ese volado, ese traste, o simplemente: eso de ahí (y lo señalamos con el dedo).
Según el idioma español se utiliza la palabra “objeto” o más popularmente la palabra
.
COSA
Cosa es la palabra más universal que sirve para todo. En su etimología esa expresión viene del latín causa: el principio, obtiene de algo que se realiza. Cosa es algo causado. En el catecismo aprendíamos que Dios es el creador de “todas las cosas”. Hoy la ciencia nos habla del “big bang” de la gran explosión de la que salió y se fue diferenciando todo lo creado, como empezó a explicar el jesuita P. Lemaitre, sin contradecir a la creación, pero vista desde otro punto.
Pero nos estamos yendo fuera del tema. Volvamos nuestra reflexión sobre las”cosas”
Mi recuerdo personal de los años escolares es que, cuando alguien intentaba explicar algo diciendo: “eso es una cosa que…”, el maestro lo cortaba : “cosa es no decir nada, diga usted una planta, una máquina, una… lo que sea”. Pero todos nosotros a veces nos tenemos que defender de nuestra ignorancia o mala memoria hablando de: esa cosa de ahí, ese chunche, ese volado… o en general de “las cosas”.
Eso nos sucede también cuando los seres humanos nos cargamos de objetos, que después no sabemos que hacer con ellos. (Esto no es un comercio, es propiedad privada)
Los ciudadanos de este país comentan actualmente, cuando algún personaje político se ha rodeado de casas, fincas, vehículos lujosos…, producto de sus malos manejos, ¿para que tendría tantas cosas si no puede viajar en dos carros a la vez, si no puede vivir en dos palacios distintos… Cuando se muera no va a poder llevarse tantas cosas a la tumba… Cosas… cosas…
Las cosas no pueden reemplazar a las cualidades personales, a los valores. Muchos de nosotros podemos acumular objetos y no preocuparnos del bien que podemos hacer , de las virtudes que deberíamos vivir, de los conocimientos, de las acciones que merecen la pena.realizar en servicio social.
De algunos religiosos se dice que tienen “el mal de piedra” porque su obsesión es construir templos, capillas, edificios… Algunas de esos edificios tuvieron su utilidad y otros quedaron vacíos o medio vacíos porque no tenían gente que acudiera a ellos. Mientras tanto sigue gente durmiendo por las calles, emigrantes sin hogar…
Uno de los peligros de la religión es confundir la vida con las cosas, el tener con el ser.
En los templos o conventos se acumulan imágenes, cuadros, objetos más o menos litúrgicos y más o menos lujosos y costosos….¡ Ah! y más o menos útiles o inútiles; pero falta la preocupación por otros medios de formación, lecturas que ayuden a la formación de los laicos, al conocimiento de, Jesús de la historia de la comunidad y de los problemas sociales y la acción por la paz y la justicia de los prójimos.
El famoso triángulo que guía nuestras reflexiones se puede también representar con tres verbos:
Tener
Saber - Hacer
Quién predicó el mensaje de una nueva espiritualidad, Jesús, se preocupó de enseñar sabiduría y de entregar su vida, aunque no tuviera una piedra donde reclinar la cabeza.
El error de muchos grupos, asociaciones que quieren profesar una cierta religión es que olvidan el espíritu de quien les fundó, les dominan cosas, olvidándose del saber, de la conciencia que inspire su vida y de las acciones que les dirijan para servir en la sociedad. Terminan esclavos de propiedades, de edificios y objetos… acaban esclavos de LAS COSAS.