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19 de abril de 2019

DIOS MIO, DIOS MIO

Os adjunto esta preciosa y profunda oración compartida que preparó Jose Antonio Barbudo, Director Espiritual de la Real, Gremial,Nacional y Marianista Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de la Luz, para celebrar el Via Crucis de la Cofradia, en la Iglesia de San Felipe Neri de Cádiz.

Feliz Semana Santa para tod@s

Un abrazo
Juan García Paredes

Eloi, Eloi, lama sabactani
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?
Oración común:
La experiencia de soledad, de angustia, de abandono que vivió Jesús en la cruz hoy muchos hermanos nuestros siguen viviéndola. Con Cristo gritan Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Y sin embargo no nos damos cuenta, pasamos de largo, no escuchamos. En este rato de oración- contemplación queremos hacernos solidarios con ellos y escucharles.
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   Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Grita un negro subsahariano que junto a otros, incluidos niños y mujeres, abarrotan una patera en medio del estrecho de Gibraltar, de noche, con marejada de fondo, a punto de naufragar.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para acoger, acompañar e integrarlos como el Papa Francisco nos dice.

n  Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío. Dios mío ¿por qué me has abandonado? Grita un niño en medio de un bombardeo después de haber visto morir a su mamá y a sus hermanos, en una ciudad destruida y desolada.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para protestar enérgicamente y defender que los conflictos se resuelvan por la vía del diálogo y de la misericordia.


n  Eloi,Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Grita una joven embarazada, rechazada por su pareja y abandonada por su familia, que se plantea abortar la nueva vida.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para que no condenemos y desde la compasión nos planteemos como acompañarla para afrontar con esperanza la grave situación en que se encuentra.

n  Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Grita un preso de larga duración, descartado por la familia y los amigos, despreciado por todos a causa de sus fechorías, encerrado en la soledad de su celda.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para que teniendo en cuenta que es un hijo de Dios lo miremos con ojos de misericordia y odiando el delito compadezcamos al delincuente.

n  Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Grita una mujer de mediana edad, madre de tres hijos, esclava de las labores domésticas, no querida por el padre de sus hijos y además maltratada.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para que estemos más atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, sepamos acompañar a estas personas y ayudarles a liberarse.
n  Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Grita un enfermo terminal, postrado en cama, totalmente inmóvil, consciente de que va perdiendo capacidades y por tanto cada vez dependiendo más de sus allegados.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para que busquemos tiempo para estar con él, echarle una mano, mostrarle ternura y cariño, y escucharle en sus inquietudes.

n  Eloi, Eloi, lama sabactani. Dios mío, Dios mío, ¿porque me has abandonado? Grita un “sin techo “en la soledad de un banco de una zona alejada del centro urbano, envuelto en cartones y bajo una lluvia torrencial.

n  Señor, que este grito no caiga en saco roto, que escuchemos y cambiemos nuestro corazón para que denunciemos esta injusticia a la par que nos acercamos a hablar con ellos y nos interesamos por su situación.