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15 de mayo de 2019

Esa cosita palabras a voleo

Esta vez  vamos  a reflexionar  en  un romance  sobre  el  desnivel entre lo que hoy celebran los cristianos y  cómo lo celebraban  hace  20, 19, 18 siglos   con   el lema:

Esa cosita redonda…

I…

Esa cosita  redonda
Encerrada en un armario
la  que  comemos a veces
y otras veces adoramos.







Protegida entre cristales
en un círculo sagrado
rodeado de oro y plata
al que "custodia" llamamos,
aunque nadie está  seguro
de saber qué  custodiamos.

Si es cuidar  que  no se escape
del  templo a los barrios bajos
o para guárdalo entero
y que   no  lo compartamos
aunque  dicen que al principio
“partir el pan”  lo llamaron…


II…
Cuentan las  antiguas crónicas
Que  aquel pan, que aquí está preso.
Fue al principio de  esta historia
Pan de verdad grande y tierno.


Sobre una mesa común
Un humilde carpintero
Lo partió con sus amigos:
“Tomen, coman,  que es mi cuerpo”
No lo guardó en la custodia
Ni en el sagrario de un templo.
Después de haberlo  comido




Salió con ellos a un huerto
donde cayó  custodiado
por los guardianes del templo
que lo clavaron en cruz
con cuatro clavos de hierro.

Así fue aquella custodia
De  aquel pan que fue  su cuerpo.
Pan partido y repartido
Pan de todos, pan sangriento.
Aunque al encontrarlo vivo
Y sintiéndolo entre ellos.

Sus amigos en la mesa
Continuaron su recuerdo
Siguieron partiendo el pan
En mesas del mundo entero.

Y  preguntamos: ¿por qué
Hoy nos queda ese  recuerdo
Que no parece ni pan
De tan redondo y pequeño?
Y preguntamos también
¿Por qué  hoy no nos atrevemos
A partirlo y repartirlo
Y sentirlo como  nuestro?
¿Y por qué tantos lo adoran
Custodiado en ese encierro?
Y ¿por qué  llaman altar
Lo que fue mesa de encuentro?


Lo encierran en las custodia
Que lo tienen prisionero
Sin partirlo con sus manos
Y ofrecerlo al mundo entero
Sin  custodia, sin sagrario
Pan de verdad. Grande y tierno
pan partido y repartido
De Jesús el nazareno