PALABRAS A VOLEO
Se preguntarán ustedes al leer el título de esta palabra voleada cómo no la habíamos comentado antes- Es una expresión que hoy aparece en el lenguaje común con muchísimas acepciones y matices en lenguajes científicos, populares, de trabajo y hasta religiosos con sentidos simbólicos o realistas. Sí sí, porque hoy nuestro comentario va sobre...
LAS REDES
Naturalmente esa palabra tiene su singular y su plural, aunque en el lenguaje ordinario con más frecuencias se utilizan “las redes”.
¿Quieren que demos un paseíto por su etimología?
Red: Sustantivo femenino. Este termino se define a un aparejo elaborado por lo general, con una serie de hilos, alambres o cuerdas trabado en figura de malla y que se emplea para cazar, pescar, capturar, sujetar o cercar algo. Tejido, tela o lienzo de labor. Prenda de malla para el cabello, comúnmente conocida como redecilla.
Esta explicación se queda corta, porque no son son sólo objetos. También es el conjunto de personas u organizaciones que se apoyan mutuamente con un fin común.
Pero vamos a empezar con uno de los aspectos más brutales de las redes- Aquí tienen ustedes al “retiario”. En las antiguas luchas de gladiadores el secutor iba armado con escudo y espada, el retiario con un tridente y una red con la que intentaba enredar al enemigo y clavarle el arma.
Hemos empezado por el final.
Llamamos red a todo aquello con puntos de unión, o nudos.
Esos puntos se unían con dos posibles objetivos: puede servir para enredar a una víctima (un pez, un ave, un gladiador, cualquier persona o animal incauto) o también puede servir para ayudar, sacar de cualquier peligro físico o de su ignorancia a gente que necesite algún tipo de salvación.
Las primeras redes era de cuerda y las manejaban manos humanas.
El problema es si somos nosotros quienes formamos
voluntariamente esa red y juntos nos sentimos colaboeadores útiles en esa red, o es algo que cae sobre nosotros, nos enreda y nos convierte en alimento de personas y organismos con “buen apetito.”
Familiarmente empleamos la expresión “enrédate”, pero no es lo mismo que usted se junte formando consciente mente red con otros o, cuando menos se lo espera, es usted pájaro o pez incauto cae en las redes de cualquier “empresa pesquera”.
Aquellos de ustedes que lean el evangelio, ya tendrán resonando en su memoria la voz del maestro nazareno, carpintero de profesión, que aconsejaba a los expertos hombre del lago: “Remen mar adentro y echen las redes”… “No tengas miedo tú serás pescador de hombres”
Pero si más bien son personas enredadas en la técnica de hoy, les sonarán mas bien los comentarios, las propuestas, la propaganda de esa nube de redes sociales que no ven más que en sus teléfonos móviles o celulares, en la pantalla de su ordenador.
Si entonces tienen un espíritu suficientemente crítico se sentirán como un pequeño nudo dentro de una red inmensa y llegarán a preguntarse si esa red está formada por personas inteligentes y solidarias o ustedes son simplemente nudos fuertemente e inconscientemente atados a otros, son peces que se agitan sin poder escaparse de esa red mundial.
Se pueden preguntar si les han pescado para sacarles de un océano de mentiras y falsos negocios que arruinaban sus vidas… o están enredados sin escape aparente en las garras de empresas multinacionales que les impiden pensar libremente y tomar decisiones mana a mano con otros compañeros que buscan justicia y libertad.
Hoy dominan nuestro mundo miles de redes de todo tipo. De personas que buscan una vida nueva o de infelices que se pasan con la nariz pegada a la pantalla de su móvil o de la televisión, tragando como agua engaños, publicidad y una vida de esclavos a merced de los retiarios que les enganchan y les chupan la sangre.
Necesitamos hombres y mujeres enredadas en la verdad, que sepan sacar a los incautos de las redes de ese mar y ayudarlos a vivir en unidad, en redes de libertad. No nos dejemos mal enreda.
Llamamos red a todo aquello con puntos de unión, o nudos.
Esos puntos se unían con dos posibles objetivos: puede servir para enredar a una víctima (un pez, un ave, un gladiador, cualquier persona o animal incauto) o también puede servir para ayudar, sacar de cualquier peligro físico o de su ignorancia a gente que necesite algún tipo de salvación.
Las primeras redes era de cuerda y las manejaban manos humanas.
Hoy las redes son de cables, clavijas, aparatos electrónicos, personas y organizaciones que se juntan para formar conjuntos humanos que se unen, se conectan (atan) para con su ayuda mutua, con la fuerza que se transmiten a través de cables y ondas, enviar sobre otros seres humanos informes, datos, comunicaciones que, todas juntas actúen sobre su inteligencia y emoción. Que ayuden a consolidar grupos con iniciativas de trabajo y progresen unidos… en red
El problema es si somos nosotros quienes formamos
voluntariamente esa red y juntos nos sentimos colaboeadores útiles en esa red, o es algo que cae sobre nosotros, nos enreda y nos convierte en alimento de personas y organismos con “buen apetito.”
Familiarmente empleamos la expresión “enrédate”, pero no es lo mismo que usted se junte formando consciente mente red con otros o, cuando menos se lo espera, es usted pájaro o pez incauto cae en las redes de cualquier “empresa pesquera”.
Aquellos de ustedes que lean el evangelio, ya tendrán resonando en su memoria la voz del maestro nazareno, carpintero de profesión, que aconsejaba a los expertos hombre del lago: “Remen mar adentro y echen las redes”… “No tengas miedo tú serás pescador de hombres”
Pero si más bien son personas enredadas en la técnica de hoy, les sonarán mas bien los comentarios, las propuestas, la propaganda de esa nube de redes sociales que no ven más que en sus teléfonos móviles o celulares, en la pantalla de su ordenador.
Si entonces tienen un espíritu suficientemente crítico se sentirán como un pequeño nudo dentro de una red inmensa y llegarán a preguntarse si esa red está formada por personas inteligentes y solidarias o ustedes son simplemente nudos fuertemente e inconscientemente atados a otros, son peces que se agitan sin poder escaparse de esa red mundial.
Se pueden preguntar si les han pescado para sacarles de un océano de mentiras y falsos negocios que arruinaban sus vidas… o están enredados sin escape aparente en las garras de empresas multinacionales que les impiden pensar libremente y tomar decisiones mana a mano con otros compañeros que buscan justicia y libertad.
Hoy dominan nuestro mundo miles de redes de todo tipo. De personas que buscan una vida nueva o de infelices que se pasan con la nariz pegada a la pantalla de su móvil o de la televisión, tragando como agua engaños, publicidad y una vida de esclavos a merced de los retiarios que les enganchan y les chupan la sangre.
Necesitamos hombres y mujeres enredadas en la verdad, que sepan sacar a los incautos de las redes de ese mar y ayudarlos a vivir en unidad, en redes de libertad. No nos dejemos mal enreda.