La
Luna no es de queso
El siglo pasado cuando la vida era más
tranquila, se unía a ello la magia y el misterio por la vida, o en la vida. Las
noches de Luna eran para enamorados. Los adolescentes se distraían
en las famosas lunadas, comiendo sándwiches tomando refrescos y
bailando en los jardines o patios
traseros. Las embarazadas se alistaban previo a los cambios de Luna
pues era seguro que nacería el bebé.
En esa época los agricultores veían el calendario para tomar en cuenta los
cambios de Luna para la siembra y la cosecha.
Pero, la magia empezó a cambiar. Ya teníamos antecedentes de los viajes interespaciales, vimos las fotos
de Laika la perra rusa que viajó en una
misión espacial, pero que un hombre pudiera llegar a la Luna, parecía realmente
imposible.
Así que desde que se anunció que sería
transmitido por televisión el descenso del hombre en la Luna la emoción invadió a millones de personas. Yo incluida.
Esa madrugada del 20 de julio de 1969, me levanté para ver un hecho
histórico. La misión espacial
norteamericana Apolo 11 se cumplió “al colocar a los primeros hombres en la
Luna: el comandante Neil Armstrong y el piloto del módulo Edwin F. Aldrin. La
misión, la cuarta de la serie de vuelos tripulados Apolo, inicia la exploración
humana de la Luna. Los astronautas recorren el terreno por más de dos horas
recogiendo 22 kilogramos de muestras de suelo y rocas lunares e instalando
instrumental científico para detección de sismos, partículas solares y un
reflector láser. Plantan, además, una bandera norteamericana y una placa que
dice:
“Aquí llegaron a la Luna hombres del
planeta Tierra. Julio 1969 D.C. Venimos en paz en nombre de toda la humanidad”.
Desde entonces hace ya cincuenta años, a
la fecha innumerables viajes se han realizado y no sólo a la Luna sino a Marte,
incluso se venden pasajes para conocer de cerca el espacio estelar.
Mucho dinero invertido, tiempo y
conocimiento. Una maravilla de capacidad humana. Aquí en la Tierra ha habido grandes avances desde entonces la
tecnología ha revolucionado la vida del ser humano. Y este mismo ha realizado
cambios en su forma de vida, de conducta y de pensamiento.
Sin embargo estos cambios y avances no han
logrado erradicar enfermedades históricas, más bien por el contrario ahora
estamos enfrentando nuevas enfermedades producto muchas de ellas de nuestro
propio descuido en la alimentación.
Las personas no hemos podido controlar la
sobrepoblación y más que ello la conducta de una buena cantidad de la misma,
que en estos tiempos se presenta como una fuerte forma de agresión: la tala
inmoderada de árboles, el daño a los ríos y lagos, el uso del plástico que los
ahoga, el humo de los vehículos que llega a cubrir ciudades completas, y ante
todo el descuido de los niños, las agresiones contra las mujeres, la corrupción
de los gobiernos que toman el dinero que deberían invertir en hospitales,
escuelas y mejores sistemas de vida .
A propósito, ¿Alguien sabe dónde está la
piedra lunar que fue entregada al Congreso de la República por el Gobierno de
los Estados Unidos de América?