PALABRAS
A VOLEO
Hoy lanzamos a al vuelo, para que
aterrice una palabra
de las más utilizadas y de las que
a mucha gente le gustaría utilizar en
provecho propio.
Tanto les gustaría que muchos
han inventado circunstancias
donde se la puedan aplicar a sí mismos.
Existen muchas, tal vez demasiadas
personas que hacen lo posible por
que les llamen así .
La palabra que hoy echamos a voleo es
PRESIDENTE
El origen
etimológico del término presidente se encuentra en el latín pues es fruto de la
suma del prefijo prae-, que significa “delante”, y del verbo sedere, que es
sinónimo de “estar sentado”. Es decir, presidente literalmente podría
traducirse como “el que está sentado al frente”.
Tal vez sonrían irónicamente con eso de estar
sentado, aunque ciertamente los “pres”
de
todo el mundo prefieren
estar sentados y solo se suelen
levantar para defender su asiento,
silla, trono, banco…
Sí: tal vez el
banco en el sentido económico de la
palabra es la manera más segura de
defender la propia sede.
Por cierto que a muchos ya
les habrá venido a la cabeza la Santa Sede como símbolo de quien preside la asamblea llamada Iglesia… A algunos les molestará que el campesino de Nazaret, el
que empezó teniendo un banco… de carpintero, no para sentarse, sino para
trabajar la madera, en el momento solemne de aquella cena pascual, se levantó
de su asiento en la mesa y se puso a lavar los pies a sus seguidores,
con extrañeza de muchos de ellos.
Tanto
les extrañó que poco a poco
muchos fueron cambiando la palabra
presidente por superior que no es
precisamente mucho mejor, sino más peligrosa.
Sentirse
padre superior, o madre superiora ¡huy, cuántos problemas puede traer!.
Tuvieron que olvidarse de otra
expresión que también se le escapó al
maestro en su enseñanza. “El que quiera
ser el primero que sea el servidor…
Ah, servidor; eso está mejor, sobre todo si se le da la vuelta otra vez al
latín. Pues en latín servir se dice ministrare y ya saben lo que hemos hecho con la palabra
ministro.
Los ministros, en vez de humildes servidores del pueblo,
a las órdenes del pre-sidente (del sentado al frente) ya tienen seguro el puesto, tano los ministros del gobierno como los
ministros de la santa madre iglesia (eso de Santa madre, es un modo de escaparse
de lo que es realmente Iglesia =
asamblea.
La asamblea no es madre, es encuentro reunión, grupo de amigos que se sirven unos a otros y sirven a la
sociedad. Cuando la asamblea no
sirve es sencillamente una secta. Conozco
personas muy católicas que cuando les quitan de ministros de una
parroquia se van a otra.
Aquí
el contexto nos pide la presencia de la
mamá de los hermanos Zebedeo (evangelio
de Mateo, cap. 20)
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus
hijos, postrándose ante El y pidiéndole algo. Y Él le dijo: ¿Qué deseas? Ella
le dijo: Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a tu
derecha y el otro a tu izquierda. Pero respondiendo Jesús, dijo: No sabéis lo
que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? Ellos le dijeron: Podemos…
Cuántos
de los seguidores de ese Jesús han
presumido de poder tragar el mal trago
que habían
de pasar con él con tal de
conseguir un buen puesto, sobre todo desde que Constantino el emperador
consiguió cambiar la iglesia de servidores del pueblo humilde por
iglesia de presidentes, ministros, superiores, santas sedes.
La asamblea no necesita pre-sidentes, ¿o sí?
¿ Presidentes que se sienten delante un ratito y luego se levantan para que otro ocupe su puesto o
presidentes que se atornillan en la sede
y no hay manera de que se levanten
para dejar a otro el sitio?.
Por
eso cuando llega un papa que no se queda sentado, que rechaza
pre-sidencias para ir poco a poco
intentando lavar los pies a los humildes y no mirar a la gente desde arriba, resulta bastante
molesto a los que buscan un buen sillón,
una buena sede donde no haga
falta moverse mucho ni dejar pronto
sitio a otro.
Por
eso la asamblea – iglesia, comunidad de
pequeñas comunidades en la práctica es poco aceptada.
Se prefieren asambleas
multitudinarias en grandes templos, en
estadios o salones inmensos más
que las pequeñas comunidades de base
donde se dialoga, se ora se medita y se comprometen todos a convertir en realidad la palabra meditada.
Por
eso el pan partido en pequeños grupos
de comidas comunitarias se ha
convertido en adoraciones al santísimo
en custodias de oro y perlas donde el
pan no se parte, se adora pero no compromete.
Por
eso también los pre-sidentes, se sientan en sedes apartadas de la comunidad con
ornamentos, capas, signos
solemnes que les ayudan a estar sentados más cómodos que corriendo a buscar a los pobres de la
periferia.
Todo
esto sucede en grupos religiosos o en grupos
sociales donde los líderes se convierten en presidentes que intentan ser permanentes y a ver quién los levanta de sus sedes. Casi
todos emplean la expresión demo cracia (gobierno del pueblo) aunque en realidad
lo que domine sea la fuerza del dinero
(plutocracia) de las clases sociales selectas
(aristocracia) o la simple dictadura a la que no importa griego ni
latín.
En
estos momentos de la historia la
humanidad busca a tientas una sociedad
fraternal donde los seres humanos se entiendan y organicen en caminos de hermandad pero para eso aún nos falta mucha
conciencia. Lo que tenía que ser normal
se considera utopía, algo lejano
aparentemente imposible. A quien
lo propone le puede costar las burlas o la
vida como le costó a Jesús y a muchos otros. Por eso la
propuesta de aquel galileo se ha
convertido en religión, en
adoración, en templos y basílicas, o socialmente en palacios y centros de gobierno donde
en ninguno puede faltar…
LA
SEDE PARA EL
PRESIDENTE