El pulmón del planeta arde: ¿qué está pasando en el Amazonas?
Escrito por Elena Díaz, 23 de agosto de 2019 a las 12:30
El número de
incendios en el Amazonas de Brasil ha aumentado un 83% este año en comparación
con 2018, lo que supone un total de 72.843 focos.
El pulmón del planeta está ahogándose en
fuego y así lleva 18 angustiosos días,
a pesar de que el mundo haya sido partícipe de esta terrible noticia hace
apenas dos días. ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué es tan alarmante que se incendie el
Amazonas?
Los
incendios que tienen lugar en áreas tropicales en América Latina o Asia
ecuatorial suelen presentar su máxima intensidad durante los meses de agosto,
septiembre y octubre, según la actividad global de incendios que realiza el
Earth Obserbatory de la NASA. No
obstante, resulta realmente curioso el aumento del 83% del número de incendios
forestales en Brasil en comparación con el año pasado.
Más
concretamente, el país latinoamericano
registró un total de 72.843 incendios este año, tal y como ha informado el
centro de investigación espacial de Brasil (INPE). De hecho, el otro día São
Paulo anocheció dos horas antes de lo habitual debido al humo de la Amazonía
quemándose. La contaminación provocada
por el humo y el fuego está viajando a otros países como Bolivia y Perú a
través de la atmósfera. Parte de la Amazonía de Bolivia también está
sufriendo incendios, aunque el 52% de los focos se concentren en Brasil.
La
deforestación, principal culpable
¿A
qué se debe este alarmante aumento? A la par que han crecido el número de focos
de fuego, también se han incrementado el número de tierras para el cultivo. Por tanto, aunque el cambio climático y el
calentamiento global del planeta es un fenómeno que está afectando al Amazonas,
no es una de las principales causas de esta emergencia climática.
El
Gobierno de Brasil presidido por Jair Bolsonaro atribuye estos incendios a una
fuerte sequía que sufre la Amazonía en esta época, e incluso ha llegado a
argumentar que las ONG medioambientales están detrás de la provocación de esta
catástrofe. No obstante, multitud de organizaciones sociales aseguran que los
incendios son provocados deliberadamente por la mano del ser humano.
Principalmente, se debe a la
deforestación para transformar áreas naturales como el Amazonas en áreas
agrícolas o ganaderas para su extracción, minería o agricultura intensiva. La producción de soja para la ganadería se ha
convertido en la causa principal de deforestación en América del Sur a costa de
la pérdida de biodiversidad de la mayor región del planeta. Se trata de un
problema de salud pública mundial.
Pérdida de la
principal biodiversidad mundial
Pero,
¿qué sucederá si perdemos el Amazonas? ¿Cuál es su importancia que nos
concierne a todas y todos? Es el
principal ecosistema del mundo para mitigar los efectos del calentamiento
global que está afectando a todas las regiones del planeta. La Amazonía,
compartida por nueve países, produce el
20% del oxígeno al mundo; alberga 30.000 tipos de plantas; 1.500 especies
de aves; 500 de mamíferos; 550 de reptiles; 2.500 de peces, y 2,5 millones de
insectos.
¿Cómo
se traduce esto? El 10% de la biodiversidad y el 20% de agua dulce mundial
están en el Amazonas, y ahora está en llamas. Además, es hogar de miles de comunidades indígenas que preservan su conservación
ante la falta de prácticas medioambientales para su protección.
Las
consecuencias son alarmante y afectan a nivel mundial. Por una parte, se perderá una gran parte de la biodiversidad de la
Tierra y una de las principales funciones: proporcionar nubes a la atmósfera
para generar lluvia y que no haya sequías. Las plantas y los árboles son
los principales productores de oxígeno, por lo que la quema indiscriminada
generará graves consecuencias para la salud global.
El
fuego es una de las grandes amenazas y cada verano asistimos a nuevos desastres
medioambientales y, con el objetivo de combatirlo, la tecnología puede ser una gran aliada.
En
este sentido surge el proyecto ‘Drones Antiincendios’ para tomar mejores
decisiones en los primeros momentos, lo que puede contribuir a que un fuego
incipiente no evolucione hacia un gran incendio.
El
pulmón del planeta está ardiendo y es urgente una respuesta global. De hecho,
no han faltado las voces que han echado en falta una contundente respuesta
internacional, similar a la lograda por el incendio de Notre Dame el pasado 15
de abril.