PALABRAS A VOLEO
El tema de nuestra conversación
se refiere a un lugar donde vivir
que bíblicamente tiene un amplio simbolismo.
Y no solo simbolismo, sino,
según las circunstancias
históricas, camino a una
amplia realidad.
Se trata de la…
TIENDA DE CAMPAÑA
Uno de los temas en que el papa
Francisco lleva insistiendo siempre que
tiene ocasión es el derecho de todo ser humano a tener lo que él llama las tres T Tierra Techo y Trabajo. Pero
el querido obispo de Roma nos va
a que perdonar que, por fidelidad
a Jesús, hablemos
ahora en vez de techo, de TIENDA…
TIENDA DE CAMPAÑA… por fidelidad, o
simpatía o sentimiento cariñoso a Jesús
de Nazaret y a muchos compañeros en muchas
páginas de la biblia.
Es
que nos podemos atrever a llamar al libro sagrado el libro de
las acampadas.
Acaso estén de acuerdo conmigo en que
una de las características de los
hombres y mujeres que, según cuenta el antiguo testamento, iban por el
mundo buscando pastos para sus ganados y a Dios en su vida, un signo era que andaban de un lado para otro por
aquellas tierras desérticas descansando por la noche resguardándose en cuevas, en chozas o bajo cobijos de pieles que les protegían ,como en tiempos actuales las lonas que protegen los sueños juveniles de los
scouts
Empezamos dando un repaso a los
patriarcas vagabundos. Nos imaginamos a
Abraham acarreando sus rebaños
con toda su tribu… a Moisés acampando
al pie del Sinaí. ¡Qué emocionante lugar de acampada!
Luego poco a poco los líderes de aquellas tribus fueron
conquistando tierras donde construir
viviendas con cimientos , poblados
donde sentirse seguros,
levantando murallas , trasformando sus
tribus vagabundas en lo que empezaron a llamar reinos ,
terminando su vida errante
aunque, avergonzados de tener ellos un palacio,
empezaron a pensar en templos para
el ser supremo-… A Dios al principio no le
habían construido templo sino
una gran carpa que montaban y desmontaban por los parajes que recorrían ya que, por consejo de Serrat y Machado, no hay caminos, se hace camino al andar…
Si se fijan en la biblia, eso del templo no le hacía a Dios mucha
gracia:
Hch 7:48 si bien el Altísimo no habita
en templos hechos de mano, como dice el profeta (libro de los Reyes): El cielo
es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice
el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo?
Para descansar hagamos una visita
virtual el templo de Salomón, comparándolo con los refugios de los antiguos patriarcas:
Podemos pensar que el
misterioso Dios de Abraham, Moisés y
compañía era un Dios caminante- Preferían los campos y los montes. Era bastante scout, peregrino.
Cuando
empezaron desde Salomón a
construir templos, se fue produciendo la extraña mezcla de construcciones reales,
de templos y palacios, organización de ejércitos, invasiones y
esclavitud de los pueblos…
Al cabo de los años aparecieron Juan Bautista y Jesús volviendo uno a refugiarse en los desiertos y
el otro yendo con sus amigos de pueblo en pueblo, aunque clamando los dos
contra los palacios y los poderes reales.
Jesús
con una gran desconfianza del templo… Echó a los que reforzaban sus riquezas y
sus negocios “sagrados”…
Recordemos a aquellos antiguos caminantes del
desierto, ahora encerrados entre muros
de piedra y después sigamos nuestro
camino con el hijo del hombre que no tenía una piedra done reclinar su cabeza ni una lámina para resguardarse de
la lluvia.
Para más detalles tal vez
recuerden que algunos de los más fieles seguidores de Jesús fue también trabajador en…
Escuchen
lo que también nos cuentan los
hechos de los apóstoles:
Cuando Pablo visitó Corinto por primera
vez, se quedó con Áquila y Priscila “por ser del mismo oficio”. (Hch 18:1-3.)
El apóstol Pablo era de Tarso (Cilicia), una zona famosa por su tela de pelo de cabra llamada “cilicio”, con la que se fabricaban tiendas de campaña. (Hch 21:39.)
El apóstol Pablo era de Tarso (Cilicia), una zona famosa por su tela de pelo de cabra llamada “cilicio”, con la que se fabricaban tiendas de campaña. (Hch 21:39.)
Pero vamos más al fondo, al prólogo del evangelio de Juan:
Kai o` logos sarx egueneto kai skeneusen en hemin
No se asusten por estas palabras en
griego bíblico que literalmente nos dicen:
y la palabra se hizo carne y acampó, (plantó su tienda) entre
nosotros.
Me gusta esa expresión simbólica de la
palabra de Dios que vive
acampando entre nosotros, no encerrado en sagrarios no custodias.
Me
hace pensar que la solidez de
nuestra fe no está en templos de piedra,
no está en las basílicas
que empezó regalando el emperador romano
a los que pensaba seguir al
vagabundo galileo. Esa fe no está asegurada en piedra.
Por
eso como nos repiten también los hechos de los apóstoles, a los primeros
seguidores antes de llamarlos
cristianos les llamaban simplemente
“los del camino”: esa secta de
aventureros que estaban empezando una
arriesgada nueva senda, menos segura que la de los templos de piedra, de las normas y leyes, de una vida cuadriculada y segura, la del que
no tenía una piedra donde poner la cabeza.
Seguro
que si revisamos la evolución
que ha tenido lo que llamamos religión
cristiana, nuestras iglesias, asociaciones, comunidades religiosas tendremos que reconocer que hemos preferido protegerlos con sólidos techos y
columnas, con derechos canónicos y
rígidos ceremoniales, que jugarnos el
pellejo en campamentos volantes que
caminen siempre mirando al horizonte con
menos seguridades.
Quienes formamos parte de cualquier
“tribu”, congregación, asociación
creyente será bueno parar un rato, mirar
un poco a la historia de nuestros comienzos y compararla con nuestros progresos.
¿Construimos para los sin techo o
reforzamos nuestros techos?