PALABRAS
A VOLEO
Vamos a meditar esta vez sobre una palabra que se nos viene encima con frecuencia, pero
que cuando nos ponemos a reflexionar
sobre ella no le encontramos mucho
sentido. En contra de esa palabra se
atrincheran personas que se autodenominan
republicanos, aunque hay muchas otras
personas que no dudan en mostrarse
fuertes defensores de tal expresión y de su significado y según parece la tienen como base de su religión, aunque…
ya veremos. Habrá muchos de ustedes adivinado que nos proponemos reflexionar sobre la palabra
ya veremos. Habrá muchos de ustedes adivinado que nos proponemos reflexionar sobre la palabra
REY
Mejor no empecemos por el eco
religioso que nos provoca esta
palabra. Hubo un tiempo en que esta expresión fue reflejo de quien tenía el poder sobre los ciudadanos de
cualquier país. Rey, príncipe, sátrapa, arjos, o arkonte, (en griego, que no
podía faltar) cacique, mandamás se llegó a decir en lenguaje
familiar. En la mayor parte de las
regiones del mundo se aceptaba como
normal que cualquier pueblo necesitaba
una persona que impusiera su poder sobre los demás y que ese era el
único modo lógico de que ese país se gobernase, o fuera gobernado
Del latín rey, regir, dirigir, ya fuera un grupo de
personas o una nave, el rey marcaba el
camino, la senda, la lex, la justicia… Era imposible imaginar otro modo de que los habitantes pudieran
fijar sus leyes y pudieran vivir con cierta paz.
Pasaron muchos años en la mayor parte de los lugares donde
no se concebía otros modo se organización.
Lo contrario a aquella manera de vivir en común era la simple an-arquía, sin
mando.
El
mando, el poder: el que en cualquier
sociedad intentaba mandar se
buscó varios apoyos: 1.- la fuerza
personal (yo mando porque soy el más
fuerte físicamente, tengo soldados y armamento);
2.- yo mando porque soy
más rico (tengo más riquezas y gente que me
ayuda con la suya y de eso se beneficia).
3.- Yo soy sabio, inteligente,
sé lo que hay que hacer.
4.- Y lo sumo: yo represento a dios y ese dios quiere
que todos me obedezcan.
Échenle un poco de imaginación al
asunto y piensen en la mezcla que se
montó en la humanidad entre la fuerza
física, la astucia, la riqueza… y todo ello
aderezado con unas gotas de lo
que llamaban dios cada uno a su
manera.
Estábamos hablando así en las épocas
antiguas antes de que poco a poco empezó
a despuntar la palabra cracia-cratos, poder - y junto a ella le demos,
pueblo. Pero esa democracia
comenzó a pasar a los reyes por la cárcel o la guillotina, que no les dejaba bien respirar… Pero con democracia o sin democracia se
siguieron mezclando el dinero, la fuerza armada, la astucia o sabiduría… el mismo Dio… ¿dónde dejaban a Dios en este
barullo? Ahí apareció el problema, que
sigue sin resolver. Esta palabra de 4 letras, ya sea el YHVH judío. Dios,
GOD o como se diga en cualquier idioma o
cultura incluso aunque se empleen las mismas letras no tienen nada que ver unas
con otras.
y justamente aquí estuvo el problema que
le cayó a Jesús. El seguía hablando de REINO y de DIOS pero ninguna de esas dos
palabras significaba lo mismo de lo que en su tierra llamaban Dios; él lo empezó a
llamar cono tono cariñoso ABBA, papá nuestro
y lo más difícil: eso de REY o
REINADO, porque empezó a hablar de servir y no ser servido…,
de ámense unos a otros como yo…, de ser todos uno como tú abba y yo somos uno …
lo que desmoronaba completamente aquella
idea de rey que en los siglos anteriores había predominado.
Pero nosotros, los cultos demócratas y republicanos de ese siglo XXI, no pasamos por el aro. Nos agarramos como lapas a la monarquía, o
similares con otros nombres.
Ya
rápidamente en el siglo IV
empezamos a recibir agradecidos de
los emperadores basílicas (basileus
en griego es rey) y antes que nadie cambiase de opinión empezamos a
ponerle coronas y mantos reales a nuestro papito celestial y a su Hijo Jesús…
Los
que reflexionan sobre ese “Ser supremo” nos van diciendo que
el lenguaje que usaba el campesino Jesús
era lógico en su tiempo, pero que él lo empezaba a cambiar hasta cuando lo
dejaron. Nos están diciendo que si 20 siglos después de Pilatos le preguntasen
a Jesús si de verdad era rey, les daría l respuesta que dio al gobernador; una respuesta que hablaba más de verdad que
de dominio. Eso aparece en los últimos procesos de la
conciencia humana donde ya no se creen ni
eso que llaman democracia muchos poderosos, para salirse con la suya.
Tuvo que ser una mujer Sallie Mcfague que se subiera a un taburete para quitarles la corona al Abba celestial y
a su hijo, el que vino para servir. Sally
nos propone ser: mejor que súbditos de ese rey celestial, cuerpo de Dios
Nos dice la autora: Es esta representación la
que, tan minuciosamente como nos sea posible, estudiaremos en estas páginas (EL
MUNDO COMO CUERPO DE DIOS). La cuestión es cómo remitologizar la proclamación
cristiana « ¡Cristo ha resucitado!», la promesa de la permanente presencia
salvífica de Dios, en nuestro tiempo y en nuestro entorno.
Consideraremos primero la mitología monárquica
tradicional utilizada para reflejar la relación entre Dios y el mundo. La
representación clásica, de gran fuerza imaginativa, utiliza metáforas regias y
triunfalistas y describe a Dios como rey, señor y patriarca que gobierna el
mundo y a los seres humanos, habitualmente con benevolencia. ¿Es esta
concepción de la presencia de Dios en el mundo y para el mundo, y, por tanto, de
nuestra presencia en el mundo y para el mundo, la más apropiada y útil para una
era holística y nuclear? Yo creo que no, y más
adelante propondré que consideremos el mundo como cuerpo de Dios. ¿En qué medida es esta metáfora un contexto adecuado para interpretar la visión desestabilizadora, no jerárquica e inclusiva, de la realización plena de toda la creación? ¿Cuál sería nuestra forma de sentir y de actuar si percibiéramos el mundo como cuerpo de Dios? ((Pueden buscar en internet este artículo ((Tomado de Modelos de Dios. Teología para una era ecológica y nuclear Sal Terrae, Santander 1994, 109-153. Original de 1987. ))
adelante propondré que consideremos el mundo como cuerpo de Dios. ¿En qué medida es esta metáfora un contexto adecuado para interpretar la visión desestabilizadora, no jerárquica e inclusiva, de la realización plena de toda la creación? ¿Cuál sería nuestra forma de sentir y de actuar si percibiéramos el mundo como cuerpo de Dios? ((Pueden buscar en internet este artículo ((Tomado de Modelos de Dios. Teología para una era ecológica y nuclear Sal Terrae, Santander 1994, 109-153. Original de 1987. ))
Los
seguidores de Jesús nos conformamos fácilmente y no pensamos que unas metáforas son eso, metáforas, y se pueden cambiar
actualmente con otras imágenes y
simbolismo de Dios.
Los
seguidores de Jesús no nos quedemos
cerrados en simbolismos antiguos
y pensemos en metáforas actuales que
reflejan mejor nuestra situación en el mundo y con lo que llamamos
Dios.