Hoy les vamos a proponer una palabra que son
dos… o es una sola que parece contradictoria;
por lo menos se puede
entender de manera que nos desconcierta.
Es uno
de esos vocablos que en distintos contextos tiene significados chocantes.
Depende de cómo y cuándo se emplea. Vamos a tratar de la palabra
PARTIR
La primera reacción de cualquiera de ustedes
podría ser: “pues a nosotros esta
palabra nos parece bien clara y con un solo significado según dice la
etimología:
Partir= Hacer divisiones en un todo, de tal modo de
lo separamos en… pues eso, en partes.
El problema es que esta expresión muchas veces nos desconcierta según el
contexto en que se usa. Se trata de un
verbo que se puede emplear como
transitivo, intransitivo, reflexivo…
Podemos partir cualquier objeto, o podemos partir de viaje cada uno de nosotros. . Podemos también añadir prefijos o
sufijos a esa raíz y cambiar su
sentido: impartir, repartir, compartir, partidarios, parcial,
imparcial…y hay algo muy fuerte que a todos
los seres vivos nos ha tocado al principio: parto.
Repasen
todas estas palabras y comprobaran que todas ellas tienen algo en común. Fíjense, cuando hay algo que se rompe, suave o bruscamente, agradable o
angustiosamente, libre o
forzadamente- siempre que
pronunciamos la palabra suena como un
pequeño chasquido:
¡Part!
La
acepción más simple, el partir,
la que se repite más, depende de
cuál es el objeto que sufre o goza la
acción. No es lo mismo partirse una
pierna que partir un pastel, y
también, como verbo intransitivo, no es igual
partir huyendo en un momento en
que la vida se hace insostenible, que partir
animado por una gran ilusión y bello sueño a realizar. Siempre
el chasquido.
Lo
común en todo esto es la realidad de que
algo que parecía uno se convierte en dos
o más realidades. La división que
produce el partir.
En
los momentos en que los sabios, Lemaitre y otros científicos, empezaron a distinguir “la gran
partición” conocida con big bang. La explosión que nadie escuchó (porque
no había nadie) en la que según parece
todo lo que existía, como un solo
ser concentrado en un punto infinitamente
pequeño, empezó a convertirse en una infinidad de
realidades expandiéndose en el
espacio, a multiplicarse en el
tiempo y
hoy sigue su… ¿podemos decir su
partición y repartición?… Tendríamos que decir su fisión y ya
saben lo que nos viene a la mente con esta palabra
Que
tuvo como efecto:
Esto
lo dejaron así, partido y destrozado; lo
partieron seres humanos
y se quedaron tan frescos.
Todos
nosotros podemos hacer una lista de cómo en
la vida de la humanidad tantas realidades, civilizaciones, cultivos, seres vivos,
se parten… unas para crear otras nuevas , otras para hacer desaparecer lo creado
anteriormente…
Como
las manos y la inteligencia de los seres
humanos no pueden estarse quietas
así es la historia grande o pequeña del
mundo.: partir, destrozar unas veces
y unir, componer otras.
Les
puede extrañar , como les extrañará que en las
sociedades humanas los seres se juntan
también en “partidos”… partidos
donde se juega la organización o
desorganización de la sociedad y el hambre de los pobres.
Hasta la celebración y diversión se
convierten también en partidos
que empiezan siendo un juego
alegre al fin tienen demasiado poco de
juego cundo lo que se” juega” es
el dinero de la gente por
millones.
Pero
esta reflexión sobre partir y destruir muestra
el reverso del tapiz.
¿Qué me dirán ustedes si les explico que para multiplicar los bienes de la tierra no tenemos más remedio que
dividir, que partir?
Como
eso nos cuesta demasiado trabajo los
llamados cristianos hemos deformado los símbolos favoritos de
nuestras celebraciones.
Los seguidores
de aquel a
quien destrozaron su cuerpo en un patíbulo no fueron capaces de continuar el gesto en el que, poco antes
del suplicio, tomó algo tan sencillo como un trozo de pan… ese mismo pan
que en ocasiones había
repartido entre la multitud sentada en la
hierba - En aquella noche
tensa, emotiva él
tomó en sus manos el pan, lo partió, lo repartió: “tomad. Comed que esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros… que soy yo quien se parte
como pan… Bebed
el vino, mi sangre se derrama por vosotros y
el mundo entero, para
que se una y que desaparezcan los odios, divisiones, enfrentamientos.
Eso empezó
haciendo los primeros seguidores del que
vino a partir y partirse para unir y reunir.
Era demasiado.
¿Qué está sucediendo hoy?
Aquella
unión, comunión que brotaba
de partir pan, y compartir vida se va convirtiendo hoy en
llevar a los niños
disfrazados de
príncipes a hacer la primera comunión.
( Para muchos con una basta) sin
ayudarles a pensar qué podrían partir en su vida
para que fuera una verdadera comunión
toda ella.
La
gran traición en que se convierte es en
hacer la propia y exclusiva comunión sin nada que partir, sin nada que compartir con los demás… solo con vidas cerradas sobre sí, separadas, egoístas, unos lejos de los otros
Para no tener que partir nada de
lo propio mejor vivir separados
Seguir haciendo ceremonias pero evitando
partir. Ni el sacerdote es
capaz de simbolizar el gesto de partir el pan
aunque falsamente lo diga, porque, demasiadas veces, tampoco la llamada
misa se comparte, la dice el sacerdote sólo y los demás cristianos
solamente la oyen,(y lo que les entra por un oído les sale por el otro)
ES
triste si allí no se parte, no se comparte nada
Y AL
FINAL,… PODEMOS PARTIR EN PAZ