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27 de septiembre de 2019

Palabras a Voleo "Partir"

PALABRAS A VOLEO
  
Hoy les vamos a proponer una palabra que son dos… o es una sola que parece contradictoria;    por lo menos  se puede entender  de   manera que nos desconcierta. 

Es  uno de esos vocablos  que en distintos  contextos tiene significados   chocantes. 

Depende de cómo y cuándo se emplea. Vamos a tratar de la palabra
           
 PARTIR

La  primera reacción de cualquiera  de ustedes  podría ser: “pues a nosotros  esta palabra   nos parece bien clara  y con un solo significado según dice la etimología:

Partir=  Hacer divisiones en un todo, de tal modo de lo separamos en…  pues eso, en   partes.
El   problema es que      esta expresión    muchas veces nos desconcierta según el contexto en que se usa.  Se trata de un verbo que se puede emplear    como transitivo, intransitivo, reflexivo…  Podemos partir  cualquier  objeto, o podemos partir de  viaje cada uno de nosotros.  . Podemos también añadir   prefijos o  sufijos  a esa raíz y  cambiar su  sentido: impartir, repartir, compartir, partidarios, parcial, imparcial…y hay algo muy fuerte que a todos  los seres vivos nos ha tocado al principio: parto.


Repasen todas estas palabras y comprobaran que todas ellas tienen algo en común.  Fíjense, cuando  hay algo que se rompe,  suave o bruscamente, agradable o angustiosamente, libre o  forzadamente-   siempre que pronunciamos la palabra suena  como un pequeño chasquido:
¡Part!

La acepción   más simple,   el partir,  la que se repite más, depende  de cuál es el objeto  que sufre o goza la acción.  No es lo mismo partirse una pierna que partir un  pastel,   y  también,  como verbo intransitivo,  no es igual  partir  huyendo en un momento en que la vida se hace insostenible, que partir  animado por una gran ilusión y bello sueño a realizar.  Siempre   el chasquido.

Lo común en todo esto es  la realidad de que algo que parecía uno  se convierte en dos o más realidades. La división  que produce el partir.

En los momentos en que los sabios, Lemaitre y otros científicos,  empezaron a distinguir “la gran partición”  conocida con big  bang. La explosión que nadie escuchó (porque no había nadie) en la que según parece  todo lo que existía,  como un solo ser concentrado en un punto infinitamente  pequeño,  empezó a  convertirse en   una infinidad  de  realidades  expandiéndose en el espacio, a multiplicarse  en el tiempo  y  hoy sigue su…  ¿podemos decir su partición y repartición?… Tendríamos que decir su fisión   y  ya saben lo que nos viene a la mente con esta palabra



Que tuvo como efecto:


Esto lo dejaron  así, partido y destrozado; lo partieron  seres  humanos  y se  quedaron  tan frescos.
Todos nosotros podemos  hacer una lista de  cómo en  la vida de la humanidad  tantas  realidades, civilizaciones, cultivos,  seres vivos,  se parten… unas para crear otras nuevas , otras para hacer desaparecer  lo creado  anteriormente…
Como las manos y la inteligencia de los seres  humanos  no pueden estarse quietas así es la  historia grande o pequeña  del  mundo.: partir, destrozar unas veces  y   unir, componer otras.



Les puede extrañar , como  les extrañará  que en las  sociedades humanas  los seres  se juntan  también  en “partidos”… partidos donde se juega  la organización o desorganización de la sociedad y el hambre de los pobres.

Hasta  la celebración y diversión  se  convierten también en partidos  que empiezan  siendo un juego alegre  al fin tienen demasiado poco de juego  cundo lo que se” juega”  es  el  dinero de la gente  por  millones.

Pero esta reflexión  sobre  partir y destruir  muestra  el  reverso del tapiz.

¿Qué  me dirán ustedes   si les explico  que para multiplicar  los bienes de la  tierra no tenemos más remedio que dividir,  que partir?

Como eso nos cuesta demasiado trabajo  los llamados cristianos   hemos  deformado los símbolos favoritos  de  nuestras celebraciones.

Los  seguidores  de  aquel  a  quien destrozaron  su cuerpo  en un patíbulo    no fueron capaces de  continuar el gesto en el que, poco antes del  suplicio,   tomó algo tan sencillo como  un trozo de pan…  ese mismo pan  que en ocasiones  había repartido  entre la multitud  sentada en la  hierba -  En aquella noche tensa,  emotiva  él  tomó en sus manos el pan, lo partió, lo repartió: “tomad.  Comed que esto es mi cuerpo  que se entrega  por vosotros… que soy yo quien  se parte  como   pan…  Bebed  el vino,  mi  sangre se derrama por  vosotros y   el mundo  entero,   para  que se una  y  que desaparezcan  los odios, divisiones,  enfrentamientos.

Eso  empezó  haciendo  los primeros  seguidores del  que  vino a partir y  partirse  para unir y reunir.

Era  demasiado.  ¿Qué  está  sucediendo hoy?

  Aquella  unión, comunión  que brotaba de  partir pan, y  compartir vida  se va convirtiendo hoy  en  llevar  a los niños 



















disfrazados de príncipes a hacer la primera  comunión. ( Para muchos  con una basta)  sin   ayudarles a pensar  qué  podrían partir   en su vida  para  que fuera una verdadera  comunión  toda  ella. 

La gran traición  en que se convierte  es  en hacer la propia y exclusiva comunión sin nada que partir,  sin nada que compartir  con los demás… solo con vidas cerradas  sobre sí, separadas, egoístas,  unos lejos de los otros

Para  no tener que partir  nada de  lo propio  mejor vivir separados

Seguir  haciendo ceremonias  pero evitando  partir.    Ni el sacerdote es capaz de simbolizar el gesto de partir el pan  aunque  falsamente lo diga,  porque, demasiadas veces, tampoco la llamada misa se comparte,  la dice  el sacerdote sólo y los demás cristianos solamente la oyen,(y lo que les entra por un oído les sale por el otro)


ES triste  si   allí no se parte, no se comparte nada
  
  Y  AL FINAL,… PODEMOS PARTIR EN PAZ