Quieres suscribirte al blog?

Colaborando con...

29 de noviembre de 2019

Los otros salmos


QUE ALEGRIA CUANDO ME DIJERON

Vamos a la casa del Señor,       
trozo de cielo encarnado,
vamos a compartir la dicha
de sentirnos hermanados,
escuchando su palabra,
metidos en su costado.

Pero la casa del Señor
no es la basílica, hermano,
no es el templo o el convento,
o la capilla del palacio,
no es la mezquita, la sinagoga,
tampoco es el río sagrado.


La casa del Señor no es de piedras,
que está en el corazón humano,
en las comunidades vivas,
quizá en los pobres del barrio;
está en la gente que sufre,
está en el hospital cercano,
está también en la cárcel
y en la residencia de ancianos,
en los niños de la calle
y en campos de refugiados,
está en la gente sencilla
y en los pueblos marginados.

Está en el corro de niños,
o el grupo de voluntarios,
en las organizaciones pacíficas
y en movimientos solidarios.

La casa del Señor se construye
en desiertos y descampados,
con hambre y sed de justicia
y con amor entregado,
con sillares de esperanza
y ladrillos liberados.

La paz con todos vosotros,
constructores voluntarios
de las casas del Señor
en los ambientes humanos.

Los otros salmos