Las comunidades cristianas populares
homenajean al teólogo Castillo
Ponencias, talleres y otras experiencias compartidas, como
el simbólico Círculo de Silencio o el 'Cantar por la Utopía y la Esperanza',
bajo el lema Comunidades cristianas, comunidades humanas
Pepe Castillo reflexionó sobre que en la Iglesia católica
hemos marginado o apartado al Evangelio, porque nos estorbaba
También nos acompañó el teólogo aragonés José Maria Vigil,
naturalizado nicaragüense y afincado en Panamá
26.11.2019 | Antonio Moreno de la Fuente
Unas 170 personas de
las diversas nacionalidades españolas: Cataluña, Castilla-León. Madrid,
Castilla-La Mancha, Valencia y, sobre todo, de Andalucía, nos reunimos el
pasado fin de semana, del 22 al 24 de noviembre, en la Costa malagueña, con el
fin de compartir experiencias y reflexionar sobre nuestra vida humana y
cristiana, en esta época de crisis,
confusión y cambios acelerados. El lema de la convivencia fue: Comunidades
cristianas, comunidades humanas. Motivo añadido del encuentro fue también el
homenajear a nuestro teólogo andaluz Pepe
Castillo, por sus 90 años cumplidos y por los nuevos caminos que nos ha
abierto de vida humana y cristiana en su largo magisterio, no exento de
dificultades y contratiempos.
Aparte de la grata
convivencia que se da siempre entre personas amigas y conocidas, resumo, a bote
pronto, en estos tres puntos las jornadas
del Encuentro: Las charlas y el diálogo con los ponentes invitados, la
comunicación de experiencias de los talleres y los actos simbólicos
compartidos.
1. El ponente
principal fue lógicamente nuestro homenajeado Pepe Castillo, que habló y
dialogó con las personas presentes sobre el tema “Cómo rescatar lo genuino de Jesús frente a la losa de la religión”,
resumiéndonos las ideas principales de su último libro: El Evangelio marginado
(3ª ed. Bilbao, Desclée, 2019). Con su claridad vozarrona nos dijo que, con
frecuencia, en la Iglesia católica hemos marginado o apartado al Evangelio,
porque nos estorbaba. Tanto la Iglesia jerárquica como la mayoría de los
cristianos somos más fieles a la práctica de la Religión que a la observancia
del Evangelio. Y ¿cuál es lo genuino de la vida de Jesús que nos narran los
Evangelios? Según lo expuesto, la religiosidad de Jesús no estuvo vinculada al
Templo, ni a los ritos, sacrificios o personas sagradas. Es más, Jesús vivió y
habló de tal manera que pronto entró en conflicto con los representantes
oficiales de “lo religioso y lo sagrado” de su tiempo y que, por eso, lo
entregaron a Pilatos, que lo crucificó. Lo genuino, por tanto, del Evangelio no
es tener fe en Jesús y expresarla en actos de culto, sino en seguirle, tratando
de vivir como él vivió, comprendiendo, queriendo y haciendo felices a los que
nos rodean. Exposición que suscitó un vivo diálogo con Pepe Castillo.
La religiosidad de
Jesús no estuvo vinculada al Templo, ni a los ritos,
sacrificios o personas
sagradas
El arquitecto urbanista Fernando Prats,
partió en su exposición de que la gran aceleración robótica y del conocimiento
que estamos experimentando, nos acerca a los límites del crecimiento y el
tiempo se nos acaba para poder revertir los efectos catastróficos del cambio
climático etc.. El reto, según él, es cuidar de la vida del planeta, de la vida
social y personal. La contradicción hoy no es ya entre capital productivo y
trabajo, sino entre Vida y capital. Todo se termina, si acabamos con la Vida
del planeta Tierra. En este nuevo horizonte, el reto es compatibilizar la vida
del planeta y de los seres vivos con una práctica de justicia social, que borre
las enormes desigualdades.
El teólogo aragonés
José Maria Vigil, naturalizado nicaragüense y afincado en Panamá, en su charla
sobre: Nuevos caminos de comunión con la Comunidad Humana, volvió a
sorprendernos (después de que lo hiciera ya en 2013, en Granada) con su relato
global y prospectivo de las nuevas tendencias humano-teológicas en el “tiempo
axial” en que nos encontramos. Hay que
volver a lo humano, nos dijo, porque la visión, el relato religioso y las
religiones están en crisis. Es cierto que ellas prestaron a la humanidad,
durante milenios, el gran servicio de expresar la dimensión más profunda de su
existencia, pero elaboraron su patrimonio simbólico (teologías, liturgia,
dogmas, ritos, mitos...) en el contexto del doble plano de: Dios arriba, al que
los humanos de este mundo debemos orar y pedir lo que no podemos conseguir por
nosotros mismos. La Teología de la Liberación trató ya de despertarnos de este
sueño y, tras ella, vinieron otras visiones humano-teológicas: la
eco-feminista, pues junto al grito del pobre oprimido, se alzaba la voz de la
mujer doblemente oprimida y de toda la tierra esquilmada; la del pluralismo
religioso, ya que todas las religiones (y no solo el cristianismo) son caminos
hacia la divinidad; el paradigma post-religional... ¿Qué nos queda si
desaparecen las religiones, también la cristiana y la Iglesia tal como hoy la
conocemos? Jose M.ª Vigil enfatizó que lo post-religional no significa el fin
de la religión, sino su transformación en nuevo proceso de la evolución humana
en que nos encontramos. Es la aparición de una nueva configuración de lo que
siempre llamamos interioridad profunda del ser humano, de la autoconciencia, de
la espiritualidad. Caminamos a una nueva espiritualidad, hacia un nuevo
compromiso histórico con la Tierra, con el cosmos, con la naturaleza y con la
Vida en su más amplio sentido. Ese es el camino que se les abre a las
Comunidades cristianas, el ser ser comunidades profundamente humanas.
2. La comunicación de
experiencias se desarrolló en 4 talleres presentados por mujeres y desde su
propia perspectiva: Mujer y empleo;
Mujer y cuidados; Mujer y ecología; Mujer y emigración. Se puso de
manifiesto, en primer lugar, que es preciso romper el techo de cristal o la
losa que impide a la mujer, especialmente a la emigrante, acceder a un empleo
digno, no opresivo y humillante, a que perciba una remuneración igual al
hombre, por trabajo igual. Se insistió también mucho en que la función de los
cuidados no deben cargarse exclusivamente en la mujer, sino que deben ser
compartidos por ambos sexos y en el hogar por la pareja. La igualdad de
derechos debe ser reconocida del mismo modo para el hombre que para la mujer,
debiendo tener ella las mismas oportunidades de acceder a los puestos
directivos en la empresa, como a profesiones ejercidas hasta ahora por hombres,
como el ejército, pilotos de aviación etc. Y ambos, hombres y mujeres,
particularmente las nativas y emigrantes, deben poder optar por la actividad de
cuidados: dar el pecho a los hijos durante los meses necesarios, cuidar de
ellos y de sus mayores o de personas ancianas etc. Eso sí, dicha actividad
deberá estar debidamente remunerada, ya mediante un contrato laboral o una
renta básica universal, pues la actividad de cuidados no es denigrante en si,
lo será si supone una esclavitud para la mujer o no está debidamente
remunerada. También fue ampliamente admitida la propuesta de que la pareja, o
el hombre en general, debe dar oportunidades a la mujer para que ella decida
libremente, en cualquier circunstancia. Finalmenete, las participantes en el
taller Mujer y ecología expusieron el proyecto de economía social y solidaria
denominado ADISMAR, que está ubicado en Marchena (Sevilla) y dirigido a
personas con discapacidad psíquica e intelectual, que fue recibido con
admiración y cariño y ampliamente comentado.
3. La Simbología, las
Canciones y la Celebración fue muy variada. Desde la entrega de regalos a José
María, recordando anécdotas de su vida, como el Círculo de Silencio tenido en la Playa, en memoria de todas las
personas emigrantes fallecidas en la fosa, que no mar, Mediterráneo, hasta
los símbolos de los talleres, como las manos con que se realizan los cuidados,
las losas que impiden obtener un trabajo digno o el puesto de dirección
empresarial a las mujeres, los productos ecológicos fabricados en Adismar, etc.
La noche del sábado
fue emocionalmente cantada porque volvimos a reunirnos para “Cantar por la Utopía y la Esperanza”,
acompañados por el dinamizador grupo “L@s Cantamañan@s” un ramillete de
canciones que nos hicieron vibrar, saltar, denunciar, reir y ser felices…
Todo se selló el
domingo 24 con la Celebración agradecida
de la mesa común, la comida compartida, el vasito de vino de la Vida y la
Alegría, y el abrazo de despedida y de la Paz, que nos dimos hasta el próximo
encuentro.