A nuestro equipo le gusta sorprenderles, y ahora,
empezando el año queremos sorprenderles de modo especial. Acaban de ver la trastada que le ha hecho a
nuestro amigo Mino, Maximino Cerezo, robándole de beña pintura de “La cena ecológica”
robándole la pequeña ecología del
bosque brasileño(amazónico)…. esos arbolitos… y hasta uno cortado… ¿Quién se ha atrevido a hacerlo?
Una tal Ana Isabel, que ha osado colocar los
personajes de Mino perdidos, o encontrados entre los astros, galaxias,
satélites del cosmos. En esa
Cena en el Universo
Para que no se extrañen Ni enojen déjenme decirles
que esa jugadita fue hecha con el permiso, naturalmente del dibujante Mino que
nos dijo:
Querido Martín, por lo que veo habéis entrado en el
2030 con ánimos y coraje de renovación de TODOS SOMOS UNO. Lo que me da mucha alegría. He visto el montaje de
Ana. Bien. Lo que he pintado y dibujado, ya sabes que no me pertenece. Lo
importante es que se salve lo que tú y el equipo que hace la página quieren
transmitir.
Con un aplauso a nuestro amigo, queremos también
ofrecerles una pequeña explicación que se puede referir a TODOS. Los modernos científicos cuánticos nos dicen
que ese TODOS que somos uno no se
refiere solamente a la todidad (¡Huy qué palabra!) de los seres humanos. Sino
a todos los seres creados que siendo
tierra, piedras, hierbas, flores, arboles animales, seres mono
celulares, atómicos, partículas subatómicas, estrellas o galaxias… toda la creación
es una unidad… la que según nos contó el jesuita Lemaitre brotó del Big Bang y
se va desarrollando en un universo cada vez más grande.
Los que
escribimos estos documentos no somos especialistas pero a la sombra de los científicos queremos
jugar con nuestras pequeñas
reflexiones y levantar o bajar los ojos
a ese cielo con el cual los seguidores de distintas religiones o creencias
han bailado entre las nubes y nos
siguen haciendo bailar con sus músicas, pensamientos, sospechas
equivocaciones, y sentarnos en el
espacio a seguir compartiendo el pan y el vino… igual que algunos lo
hacemos en nuestros templitos
mirándonos a los ojos y
deseándonos la paz, también bajo las estrellas, del Padre que
está en los cielos. Amén (¿en qué
cielos?)