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14 de febrero de 2020

Juntos contra la trata


COMUNICADO CONJUNTO DE LOS CÍRCULOS DE SILENCIO DE LAS DOS ORILLAS
12 de febrero de 2020

“JUNTOS CONTRA LA TRATA”

El pasado sábado 8 de febrero, con motivo de la festividad de Santa Josefina Bakhita la Iglesia celebraba la JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN CONTRA LA TRATA DE PERSONAS.

Josefina Bakhita fue una religiosa sudanesa que durante 12 años sufrió en primera persona los horrores de la trata y la esclavitud.

Hoy queremos dedicar nuestros CÍRCULOS DE SILENCIO a reflexionar y denunciar la TRATA DE PERSONAS en todas sus formas y, de manera especial, en esta FRONTERA SUR donde, en ocasiones, somos testigos de tantas víctimas que transitan por caminos y situaciones de sufrimiento y esclavitud, sometidas a los traficantes de turno, hasta llegar a nuestra tierra y nuestras costas y o no se hace todo lo posible por detectarlas o no siempre son protegidas y defendidas como se merecen.

De acuerdo con el Protocolo de Naciones Unidas contra la TRATA DE PERSONAS, ésta se define como: “la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción:  al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación”. 

Los fines de explotación suelen ser: la explotación sexual, los trabajos forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.


La TRATA DE PERSONAS es un delito grave, es la expresión cruel y moderna de la esclavitud, una de las peores violaciones posibles de los derechos humanos y una grave amenaza para la dignidad y la integridad física de las víctimas. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños caen en manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Casi todos los países del mundo se ven afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino para las víctimas.

La UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) estima en 2,5 millones el número de personas VÍCTIMAS DE LA TRATA en el mundo. Sin embargo, se calcula que por cada víctima de la TRATA DE PERSONAS identificada existen 20 más sin identificar. El 75% de las víctimas de trata son mujeres y niñas.

La trata puede parecernos una realidad invisible, pero está presente en nuestra vida cotidiana. Detrás de algunas de las personas que piden una limosna en el supermercado de nuestro barrio puede haber una víctima de la mendicidad y de la trata; detrás del mundo oculto y ocultado de la prostitución hay mujeres que son explotadas. Detrás de la ropa que llevamos, o la fruta o verdura que comemos, puede estar el sufrimiento de personas que, víctimas de la cultura del descarte, son explotadas y obligadas a trabajos forzosos por interés económico; personas cosificadas, consideradas como mercancía, como instrumento de enriquecimiento.

Hoy, hacemos silencio para dar voz a los millones de personas que sufren los horrores de las formas modernas de trata y esclavitud.

Denunciamos la complicidad con la que la sociedad tolera y mantiene todo tipo de trata: explotación sexual, laboral, tráfico de órganos, mendicidad, matrimonios forzados, comisión de actos delictivos… o cualquier otra forma de explotación.

Esta complicidad se traduce en desconocimiento, indiferencia, falta de denuncia, consumo de prostitución y de productos elaborados mediante la explotación laboral.

Como dice el Papa Francisco: “Existe quien, aun conociendo el problema, prefiere no hablar porque se encuentra en el final de la cadena de consumo, ya que, si bien los traficantes son un eslabón en la cadena de la trata, otro lo es la demanda que genera el mercado. Para acabar con la trata es necesario terminar con la demanda.” 

Denunciamos las políticas migratorias que no ofrecen vías legales y seguras a las personas que quieren salir de sus países de origen, obligándolas a poner en peligro sus vidas y haciéndolas más vulnerables de caer en redes de traficantes y tratantes.
 Reclamamos a los Gobiernos y Administraciones Públicas:
  • Políticas que acaben con la pobreza extrema, la violencia, la corrupción, el crimen organizado y la trata y tráfico de seres humanos.
  • Rutas migratorias seguras y legales, que garanticen la defensa de la dignidad humana, su integridad física y sus derechos fundamentales.
  • Facilitar el desarrollo humano integral, con una educación de calidad desde la infancia y creando oportunidades de formación y empleo en los países de origen.
 Pedimos a las Entidades Eclesiales:
  • Secundar la llamada del Papa Francisco a acoger, proteger, promover e integrar a migrantes, refugiados y víctimas de trata de personas.
  • Implicación en la sensibilización, difusión y puesta en marcha de los 20 puntos de acción propuestos por la Santa Sede para los Pactos Globales sobre Migrantes, Refugiados y Víctimas de Trata 2018 de Naciones Unidas.
 Pedimos al conjunto de la ciudadanía:
  • Implicación activa y efectiva para luchar contra todo tipo de esclavitud, cuestionándonos nuestra forma de relacionarnos con los migrantes y refugiados y nuestros hábitos de consumo.
  • Coraje y honestidad para optar por un posicionamiento claro en contra de la TRATA DE PERSONAS.
  • Preguntarnos sobre nuestro modelo de crecimiento económico que prioriza el dinero antes que a las personas.
No caigamos en la indiferencia, escuchemos el grito de tantas personas privadas de dignidad y de libertad y trabajemos por un mundo donde, por fin, se rompan todas las cadenas de esclavitud.

¡JUNTOS CONTRA LA TRATA!

Amigos, comienza nuestro TIEMPO DE SILENCIO.

CIRCULOS DE SILENCIO DE LAS DOS ORILLAS.