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2 de marzo de 2020

Evangelio


Mateo 4:1-11

Jesús es tentado

4 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de
haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces[a] tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan[b]. Pero Él respondiendo, dijo: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo*: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

«A sus Ángeles te encomendará», y:
«En las manos te llevarán, no sea que tu pie tropiece en piedra».

Jesús le dijo: También está escrito: «No tentarás[c] al Señor tu Dios». Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras. 10 Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: «Al Señor tu Dios adorarás, y solo a Él servirás[d]». 11 El diablo entonces le dejó*; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Comentario

FIELES A JESÚS EN MEDIO DE LAS TENTACIONES

En la primera tentación Jesús se resiste a utilizar a Dios para << convertir >> las piedras en pan. Lo primero que necesita una persona es comer, pero << no solo de pan vive el hombre >>. El anhelo del ser humano no se apaga solo alimentando su cuerpo. Necesita mucho más.


Precisamente para liberar de la miseria, del hambre y de la muerte a quienes no tienen pan, hemos de despertar el hambre de justicia y de amor en el mundo deshumanizado de los satisfechos.

En la segunda tentación, el diablo le sugiere desde lo alto del templo, buscar en Dios seguridad. Podrá vivir tranquilo, << sostenido por sus manos >>

Es diabólico organizar la religión como un sistema de creencias y prácticas que dan seguridad. No se construye un mundo más humano refugiándose cada uno en su propia religión. Es necesario asumir a veces compromisos arriesgados, confiando en Dios como Jesús.

La última escena es impresionante. Jesús está mirando el mundo desde una montaña alta. A sus pies se le presentan << todos los reinos >>, con sus conflictos, guerras e injusticias. Ahí quiere él introducir el reino de la paz y la justicia de Dios. El diablo, por el contrario, le ofrece poder y gloria si lo adora.

La reacción de Jesús es inmediata: << Al Señor, tu Dios, adorarás>>

El mundo no se humaniza con la fuerza del poder. No es posible imponer el poder sobre los demás sin servir al diablo. Quienes siguen a Jesús buscando poder y gloria viven << arrodillados>> ante el diablo. No adoran al verdadero Dios.

LAS TENTACIONES DE LA IGLESIA DE HOY

Siempre que la Iglesia busca su propio interés olvidando el propio proyecto del reino de Dios, se desvía de Jesús. Siempre que los cristianos anteponemos nuestro bienestar a las necesidades de los últimos, nos alejamos de Jesús.

La segunda tentación se produce en el << templo>>. El tentador propone a Jesús hacer su entrada triunfal en la ciudad santa, descendiendo de lo alto como Mesías glorioso.
Siempre que la Iglesia pone a Dios al servicio de su propia gloria y << desciende de lo alto >> para mostrar su propia dignidad, se desvía de Jesús.

Cuando los seguidores de Jesús buscamos << quedar bien >> más que << hacer el bien >>, nos alejamos de él.

La tercera tentación sucede en una << montaña altísima >>. Desde ella se divisan todos los reinos del mundo. Todos están controlados por el diablo, que hace a Jesús una oferta asombrosa. Le dará todo el poder del mundo con solo una condición. << Si te postras y me adoras >>. Jesús reacciona violentamente: << Vete, Satanás >>. << Solo al Señor, tu Dios adorarás>>

La Iglesia tiene que ahuyentar hoy todas las tentaciones de poder, gloria o dominación, gritando con Jesús: << Vete, Satanás >>. El poder mundano es una oferta diabólica. Cuando los cristianos lo buscamos, nos alejamos de Jesús.

NUESTROS ERRORES

El primer error consiste en hacer de la satisfacción de las necesidades materiales el objetivo absoluto de nuestra vida; pensar que la felicidad última del ser humano se encuentra en la posesión y el disfrute de los bienes. El hombre se va haciendo humano cuando aprende a escuchar la Palabra del Padre, que le llama a vivir como hermano. Entonces descubre que ser humano es compartir y no poseer, dar y no acaparar, crear vida y no explotar al hermano.

El segundo error consiste en buscar el poder, el éxito o el triunfo personal, por encima de todo y a cualquier precio. Según Jesús , la persona acierta cuando es capaz de vivir en el servicio generoso y desinteresado a los hermanos.

El tercer error consiste en tratar de resolver el problema último de la vida, sin riesgos, luchas ni esfuerzos, utilizando interesadamente a Dios de manera mágica y egoísta.

Según Jesús, entender así la religión es destruirla. La verdadera fe no conduce a la pasividad, la evasión y el absentismo ante los problemas. Al contrario, quien ha entendido un poco lo que es ser fiel a un Dios, Padre de todos, se arriesga cada día más en la lucha por lograr un mundo más digno y justo para todos.

PERDIDOS EN LA ABUNDANCIA

Uno de los rasgos de las sociedades avanzadas es el exceso, lo desmesurado, la profusión de ofertas, la multiplicación de posibilidades. Se nos ofrece de todo. Atraídos por mil reclamos, podemos terminar aturdidos y sin capacidad para cuidar y alimentar lo esencial.

Son bastantes los que sienten decepción y desencanto al experimentar que este estilo de vida despersonaliza, vacía interiormente e incapacita para crecer de forma sana.

En esa insatisfacción puede estar el comienzo de la salvación, pues nos puede ayudar a escuchar las palabras de Jesús. << No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios>>. Son una llamada a reaccionar. ¿Sabremos escucharla ?.

¿QUEREMOS SEGUIR ASÍ?

Tal vez, lo primero es tomar conciencia de lo que estamos haciendo. Es un primer paso pero importante. ¿Porqué compro tantas cosas?, ¿es para estar a la altura de los amigos y conocidos?,¿para demostrarme a mí mismo y a los demás que soy <<alguien>>?, ¿para que se vea que he triunfado?

Nos hemos de preguntar, sobre todo, si este consumismo tan irresponsable nos parece justo.Ya nada es bastante para vivir bien.

Seguimos creando necesidades siempre nuevas, y nunca nos sentimos satisfechos. Mientras tanto, millones de seres humanos no tienen lo necesario para sobrevivir. ¿Qué pensar de todo esto? ¿No es injusto y estúpido? ¿No es cruel?.

<< No solo de pan vive el hombre>>. Estas palabras de Jesús no son una exhortación piadosa para creyentes. Encierran una verdad que necesitamos escuchar todos.

José Antonio Pagola