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6 de marzo de 2020

Palabras de a voleo salir, volver..


PALABRAS A VOLEO

Quienes están muy en contacto con las palabras del papa Francisco conocerán su afición por empujar a los cristianos a…

 SALIR.  Que no se queden en casa ni en el templo, ni en ningún refugio donde estén protegidos y cómodos.  Que salgan, que no se queden en ningún “dentro”, alejados de incomodidades y de peligros…

Pues que nos perdone papá Francisco si le enmendamos la plana    un poco, modo que no sea enmendársela sino fortalecérsela, porque pensamos que ese salir también podemos llamarlo VOLVER

¿Cómo qué?; ¿salir   lo llamamos volver? ¡No me diga!  Si cualquier prójimo va a salir de su casa y cuando abre la puerta y está saliendo, se    recuerda que tiene un trabajo pendiente…, se vuelve y cierra por dentro, ¿dónde está la salida?

La salida está en el lugar a donde ese prójimo vuelve, a donde les está pidiendo Francisco que vuelvan.

¿Y a dónde quiere que vuelvan?

¿No se da usted cuenta hombre? El Papa quiere   que vuelvan al lugar   de donde nunca deberían haber salido.


¿A dónde? o… ¿de dónde?

  ¡de Jesús!,     Ese es el gran fallo de la Iglesia. 

Aquella   ecclessia = asamblea, que se empezó a juntar en nombre de Jesús, poco a poco se fue deslumbrando con otras   actividades que la distrajeron, o como dice José María Castillo la hicieron marginar el evangelio de Jesús. En vez de seguirle a él, de salir a buscar lo que él buscaba se
metieron en basílicas que reemplazaron al templo destruido por los romanos en Jerusalén.  Se engancharon en títulos, categorías, jerarquías   distintas del servicio a los pobres, a los enfermos, a los pescadores del lago o a las comidas con gente de mala fama. En vez de   SALIR por los caminos o pueblitos de la Galilea de los gentiles, se fueron dejando   envolver (no volver) en las jerarquías, los títulos, los palacios episcopales, los vestidos solemnes las ceremonias, …

Total, que en vez de salir se metieron, se volvieron atrás.

Muchas organizaciones   que se llaman religiosas han convertido su salida en vueltas atrás alejadas de los caminos por los que el campesino galileo recorría en   su búsqueda. 

Por eso cuando   Francisco está hablando de salir está hablando también de volver a Jesús.

Por eso también, muchos en vez de llamarlo Jesús prefieren llamarlo Jesucristo o Cristo, el ungido, el mesías.   Ese nombre les gusta más que Jeshúa = Jesús, Dios salva. La palabra Cristo les parece más sagrada, más elevada, menos terrestre.

Eso explica que muchas jerarquías de la Iglesia y muchos cristianos de a pie usan más la palabra Cristo y no     como la virgen María llamaba a su hijo:” ¡Jeshua, Jesús, ven a comer!  “. No le diría como las mamás cristianas dicen a sus hijos cuando vuelven de jugar sucios y con una rodilla    ensangrentada: “¡pero Pablito si vienes hecho un   Cristo!

Pues sí, el salir de los cristianos   es de los que salen siguiendo a Jesús y no se quedan encerrados en ceremonias ni templos.  Salen no buscando templos sino buscando al prójimo, a   los pobres.  Vuelven a aquel Jesús que también los buscaba.   Porque no se quedaba encerrado    sino salía por los caminos, por eso lo condenaron los sacerdotes y los doctores de la ley.

Su llamada a la gente era para que le buscasen, salieran de su comodidad, volvieran a él, no a las imágenes de los templos, sino a las personas vivas que sufrían hambre, sed, pobreza, persecución…

El verdadero Jesús que nos pide SALIR para VOLVER a ÉL. Esa es nuestra fe.