Trampas a la espiritualidad
La espiritualidad es algo humano. No es pura acción del
Espíritu. Está por ello arriesgada de manipulación, de malentendidos y
tergiversaciones. No hay una sola espiritualidad correcta, pero no todo vale
igual. Hay que detectar posibles “trampas” que nos hacemos, hacemos o nos
hacen.
Trampas “a” la espiritualidad
El Espíritu sopla donde quiere. Así es de diversa la
espiritualidad en formas, estilos, contenidos… La espiritualidad la solemos
entender como la vida animada por el Espíritu. Y la vida también es muy
diversa. La diversidad es una riqueza.
Oración y espiritualidad
Hace poco los obispos de la Conferencia Episcopal Española
publicaron unas “Observaciones doctrinales sobre la oración cristiana”.
Delimitan la oración cristiana a la dirigida por la doctrina correcta como única
verdadera. Y advierten de los graves errores que acechan a los cristianos que
practican la meditación zen o el mindfulness (ejercicio de plena atención). La
espiritualidad no se reduce a la oración. Y ésta no se reduce a las fórmulas
litúrgicas establecidas por la Iglesia… Que “la unión con Dios se realiza
objetivamente en el organismo sacramental de la Iglesia” es un reduccionismo
dogmático. Para combatir el relativismo se cae en el dogmatismo.
Espiritualidad y religión
Es posible, por tanto, una “espiritualidad laica” en un
mundo progresivamente secularizado (y en nuestro contexto, descristianizado).
Una espiritualidad que supera el dualismo sagrado-profano, divino-humano,
natural-sobrenatural… La dignidad humana es sagrada por sí, sin precisar “agua
bendita”. Los Derechos Humanos son sagrados sin invocar palabra divina. El
mundo es sagrado sin necesidad de Creador que lo bendiga.
La prueba del algodón
Y, por contra, donde
los frutos son los contrarios ¿qué espíritu alienta?
-El capitalismo como “economía que mata” (Francisco), como
sistema ecocida, genocida, “aporocida”…
-el patriarcado que discrimina y mata…
-el clericalismo en la Iglesia, el abuso de poder, los
privilegios…
¿Qué espiritualidad cabe dentro de esos sistemas?
Espiritualidad cristiana
Hay también muchas “espiritualidades” cristianas. Si
responden a la diversidad de dones y carismas del Espíritu, forman parte de la
riqueza de la herencia cristiana. Pero también son revisables y capaces de
autocrítica. Hay índices que pueden ser sospechosos. Y hay notas que pueden ser
identificativas. Por ejemplo:
-una espiritualidad profética: de denuncia y anuncio, como
Jesús. Espiritualidad sin profetismo es sospechosa.
-una espiritualidad “jesuánica”, con más referencia a Jesús
que a la Iglesia, la religión o la doctrina. Si se olvida de Jesús ¿es
cristiana?
-una espiritualidad comunitaria, compartida, fraternal y
sororal. Que no caiga en el narcisismo o el individualismo egocéntrico.
-una espiritualidad liberadora: para sí: con los frutos de
paz, alegría, sencillez…; y para los demás: comprometida, activa,
transformadora. Una espiritualidad descomprometida es sospechosa.
una espiritualidad “jesuánica”, con más referencia a Jesús que a la Iglesia, la religión o la doctrina. Si se olvida de Jesús ¿es cristiana?
-una espiritualidad comunitaria, compartida, fraternal y sororal. Que no caiga en el narcisismo o el individualismo egocéntrico.
-una espiritualidad liberadora: para sí: con los frutos de paz, alegría, sencillez…; y para los demás: comprometida, activa, transformadora. Una espiritualidad descomprometida es sospechosa.
-una espiritualidad feminista, sin ignorar ni silenciar a las mujeres y lo femenino.
-una espiritualidad ecológica, de comunión con el cosmos, de cuidado de la casa común, de admiración, contemplación, respeto y defensa…
-una espiritualidad con la opción por los pobres, teniéndolos como prioridad bien presente. Si se silencian tal vez es que no están…
Cada persona y cada comunidad y la Iglesia han de mirarse al espejo y reconocerse con sus luces y sus sombras. El Espíritu está ahí y sopla. “No tengamos miedo de abrir nuestros corazones a su amor”.
Tomado de:
Utopía
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Utopía