Durante estas semanas el mensaje es muy claro: quédate en casa.
Y así lo estamos haciendo para ayudar a frenar la curva y facilitar el trabajo al personal sanitario.
Pero no puedo evitar pensar en todas las personas que tuvieron que huir hace tiempo de sus hogares y cuyas “casas” ahora son carpas o contenedores sin calefacción en campamentos para personas refugiadas en las islas griegas.
En estos campamentos se hacinan miles de personas mayores, con enfermedades crónicas, niños y niñas, bebés y mujeres embarazadas, en Lesbos, Chios, Samos, Kos y Leros. Están en instalaciones que se construyeron para dar refugio a 6.000 personas, pero allí hay 37.000.
Además, el acceso al agua, retretes o duchas es muy limitado. También la comida escasea, la atención médica es insuficiente y muchos están durmiendo en contenedores que ni siquiera tienen calefacción
Por si no fuera suficiente, ahora se enfrentan a una nueva amenaza: el coronavirus. Si se extiende el virus en estos campamentos las consecuencias serán terribles.
Sección Española