PALABRAS A VOLEO
Hoy la cosa va de
actualidad, de triste actualidad.
Aunque no tenía por qué ser triste
y no debería ser actual, peo todavía lo es.
Forma parte de esas cosas antiguas que no acaban de desaparecer, y son muchas: una de ellas es esta la
Forma parte de esas cosas antiguas que no acaban de desaparecer, y son muchas: una de ellas es esta la
CORONA
No me han dejado
ustedes tiempo, ni de buscar la
etimología. Desde que he escrito la
palabra he empezado a escuchar en mi
imaginación voces que decían: ¡¡claro,
el coronavirus!! Pero yo no he escrito eso, solo he puesto CORONA
ese adorno de la cabeza que llevan no sólo los reyes y las reinas, sino también las mises, pero no los mismos, que no hay, solo mises, lo cual no sé si es un honor o es que juegan con la mujer, con su belleza, pero nada más. Sin pensar en su inteligencia y responsabilidad.
Y encima los reyes parece ser que ya no llevan corona, o yo no los he visto con ella
ese adorno de la cabeza que llevan no sólo los reyes y las reinas, sino también las mises, pero no los mismos, que no hay, solo mises, lo cual no sé si es un honor o es que juegan con la mujer, con su belleza, pero nada más. Sin pensar en su inteligencia y responsabilidad.
Y encima los reyes parece ser que ya no llevan corona, o yo no los he visto con ella
Tal vez sólo se la ponen en la ducha para lavarla de paso. O es que las coronas
las han acaparado los reyes de la baraja.
Pero los
científicos dicen que ese virus se parece a la corona del sol
Yo cuando miro al
sol, me ciego, pero no le veo ninguna corona. Parece que se le ve con los cacharritos que usan los
astrónomos.
Sí que hay una
corona que a mí me gusta mucho. Como las mamás llaman a su nene
mi rey, mi reina, cuando son pequeños, en la escuela, cuando hacen
fiesta les ponen unas coronitas de cartón
dorado. Ahí salen los pequeñines con su coronita como si
fueran los reyes del mundo.
Hoy quedan muy
pocos reyes en los países democráticos, y sin trabajo casi: “El rey reina, pero no gobierna” dicen
los políticos y solo les dejan firmar y dar la mano de vez en cuando a ilustres
visitantes.
En la iglesia
católica como está un poco anticuada todavía queda algo de reyes y de
coronas, pero de las de época más Antiguas.
Hubo una corona de tres niveles La “tiara” Al finalizar la segunda
sesión del Concilio Vaticano II en 1963, Pablo VI colocó la tiara sobre el
altar como gesto de humildad y signo de la renuncia a la gloria y el poder
humano, en armonía con el espíritu renovado del Concilio.
La cabeza humana es soporte de debilidades: el
sombrero campesino, la clásica gorrita que protege del sol o la lluvia… y el sombrero de jerarquía bien visible y aparente,
la chistera, o actualmente la mitra que parece
estar sufriendo los últimos estertores
de su vanidad.