COVID - 19:
RAZONES PARA LA ESPERANZA
RAZONES PARA LA ESPERANZA
Algo hermoso ha sucedido en las últimas semanas -- creo
que todos lo hemos visto.
En medio de una cruel pandemia, cuando habría sido tan
fácil que el miedo y el egoísmo nos dominaran, nos hemos reencontrado con
nuestra humanidad compartida.
Pero existe un peligro: que mientras vencemos a esta
pandemia, la ternura de este momento se vaya borrando también. Ya podemos verlo
en la divisiones que aparecen de nuevo por la obtención de réditos políticos y
en las teorías de la conspiración que se viralizan.
El espíritu de la compasión, la sabiduría y la unidad que
millones de nosotros hemos sentido en medio de esta horrible crisis es algo
frágil que debemos defender.
Es por eso que, con la ayuda de miembros de Avaaz de todo
el mundo, hemos escogido diez de las más hermosas historias que muestran esta
nueva y resplandeciente humanidad. Esto sirve para recordarnos quiénes somos
verdaderamente cuando más importa y que, juntos, somos realmente capaces de
estar a la altura de las amenazas más grandes a las que nos enfrentamos.
En Bangalore, India, un pequeño restaurante llamado Desi
Masala alimenta a más de 10 mil personas en situación vulnerable todos los días
-- ¡y no son los únicos! Miles de voluntarios, en todas partes, ayudan a
cocinar comida saludable y fresca para los trabajadores en primera línea y para
aquellos que lo necesitan.
Esta es Elena Pagliarini, una enfermera de Milán, que ha
caído rendida de sueño en su escritorio tras un extenuante turno nocturno --
días después dió positivo por Covid-19. La pasión de Elena representa a los
millones de trabajadores y trabajadoras hospitalarios que ponen su vida en
riesgo para salvar la de los demás. Todos. Los. Días.
Tras décadas de luchar entre ellos, pandillas rivales en
las inmediaciones de Ciudad del Cabo han acordado una tregua sin precedentes, y
ahora trabajan juntos para llevar alimentos a hogares con dificultades en sus
comunidades. “Lo que estamos viendo aquí es literalmente un milagro,” dijo el
pastor Andie Steele-Smith.
Cuando los masái de la zona de conservación Nashulai en
Kenia enviaron a Avaaz una petición de ayuda urgente tras el colapso del
turismo por la Covid-19, fuimos más de 100 mil los que respondimos en un abrir
y cerrar de ojos financiando alimentos y suministros sanitarios y pagando a los
guardas para que sigan protegiendo a la fauna salvaje. Miembros de Avaaz: ¡gracias,
son maravillosos!
Los científicos dicen que nunca antes habían visto un
nivel tan alto de colaboración por todo el mundo. Y la profesora Sarah Gilbert
es una de las mujeres en primer plano, liderando un equipo de investigadores
totalmente entregado a encontrar la vacuna contra la Covid-19. Ahora, líderes
mundiales han prometido más de 7 mil millones de euros para ayudarlos y
asegurarse de que cualquier vacuna se distribuya también en países más pobres.
A finales de abril, más de 200 valientes doctores de Cuba
se subieron a un avión rumbo a Sudáfrica para ayudar a combatir el coronavirus.
Son parte de un ejército mundial de profesionales médicos que están dejando a
sus familias atrás para ayudar en los países que lo necesitan.
Este es Hassan, un refugiado sirio que se unió a más de
750 mil ciudadanos del Reino Unido para ayudar en el Servicio Nacional de
Salud. Ahora mismo trabaja como limpiador en un hospital local y dice: “Londres
ha sido mi hogar desde que salí de Siria, y lo mínimo que puedo hacer es
asegurarme de que mis vecinos y de que el increíble personal del SNS estén
sanos y salvos.”
La gente de Nápoles (Italia) ha estado dejando “cestas de
solidaridad” para todos aquellos que lo estén pasando mal. La nota dice: “Quien
pueda, que meta. Quien no pueda, que saque”. Y no solo está pasando en Nápoles:
por todo el planeta, la gente está ayudando a sus vecinos y vecinas, desde a
hacer la compra hasta cocinar para los más necesitados. Es precioso, ¿no?
Dando ejemplo a países de todo el mundo, Portugal ha
otorgado la ciudadanía a todos los refugiados y migrantes con solicitudes
pendientes durante la crisis, dándoles así la oportunidad de acceder a
servicios sanitarios gratuitos, prestaciones sociales, servicios bancarios y
contratos de alquiler.
Este es el capitán Tom Moore, un hombre inglés de 100
años que se puso como meta recaudar dinero para el servicio de salud, caminando
múltiples veces alrededor de su jardín. Su caminata cautivó el corazón de miles
de personas, ¡y ha recaudado más de 32 millones de libras! Y, por su cumpleaños
número 100, ¡la gente le mandó más de 125 mil tarjetas de cumpleaños!
Y esas son solo diez historias; existen miles y miles de
personas corrientes haciendo cosas maravillosas y conmovedoras por todas
partes.
Son solo un recordatorio de la bondad inherente de la
humanidad, y una invitación para reimaginar nuestro mundo y lo que significa
ser humano en estos tiempos sin precedentes.
Esta pandemia está lejos de acabarse, y vendrán muchas
crisis más -- pero ver cómo nos estamos enfrentando juntos a esta me da
confianza para el camino que nos queda por delante.