GUATEMALA:
EMBOSCADA AL CUARTEL, OFENSIVA DE LA MEMORIA 2020, FOTOREPORTAJE
COMUNICARTE
OFENSIVA DE LA MEMORIA
2020: LA COMUNIDAD ES EL CAMINO
En junio del año 2004, el gobierno de Óscar Berger,
decidió suspender temporalmente el desfile militar realizado todos los 30 de
junio en las calles del centro histórico de la ciudad de Guatemala, en
conmemoración de la creación del Ejército de Guatemala allá por 1821.
En su lugar anunció la realización de ceremonias de ascenso de oficiales en la Brigada más importante del país, sede de la inteligencia militar y de las unidades tácticas que durante la guerra fueron destacadas a los teatros de operaciones, donde cometieron actos genocidas contra población civil no combatiente entre 1980 y 1983.
Nuestra organización,
HIJOS Guatemala, llevaba ya cuatro años accionando en el mismo centro histórico
de Guatemala, para detener el desfile de forma definitiva, en exigencia del
esclarecimiento de la desaparición forzada de más de 45.000 personas y de
juicio y castigo a los responsables.
Las acciones para
llevar nuestras exigencias al lugar donde se llevarían a cabo los actos del 30
de junio del 2004, fueron discutidas en reunión unos días antes y un equipo
reducido de compañeros fue el responsable de hacer reconocimiento, indagar y
definir la mejor forma de ingresar a la Brigada Militar Mariscal Zabala.
Resulta que la Brigada hasta ese momento tenía un paso controlado de peatones entre la zona 17 y la zona 5 de la ciudad, lo que permitía atravesarla previa autorización militar sin mayor rigurosidad.
Así se hizo y el 30 de
junio, se contrató un flete para llevar a más o menos 25 personas, del centro
comercial Metro Norte en la zona 17 a la Zona 5.
Al llegar a la garita de ingreso uno de los compañeros indicó a la Policía Militar que nuestro grupo se dirigía a visitar un río que está en zona 5, y después de tomar los datos del conductor, nos fue permitido ingresar.
El carro fue detenido abruptamente cuando encontramos la ceremonia de ascenso indicada. Recuerdo que nos detuvimos entre una tanqueta militar y una plaza seguramente bautizada con el nombre de algún “héroe de guerra”, orgullo de un ejército que invadió su propio territorio masacrando niños y niñas.
Descargamos las mantas pintadas con rostros de nuestros familiares, banderas rojas, megáfono y unos cráneos gigantes que habíamos elaborado en el año 2000 para boicotear el desfile.
Estábamos en la emblemática Brigada Mariscal Zabala, una decena de oficiales debidamente formados para su ascenso quedó inmóvil, mientras nosotros colocamos las mantas, y gritábamos los nombres de nuestros familiares desaparecidos, los nombres de comunidades arrasadas y colocamos fotos de sus rostros y las calaveras gigantes a los pies de los militares.
El equipo de compañeros
que hoy rememora aquella acción nos seguía con sus cámaras, como lo hizo por
muchos años en las jornadas de lucha guatemalteca.
En el revuelo de la
acción oficiales superiores se dedicaron a filmarnos, a señalarnos y
amenazarnos con el dedo pasado por el cuello.
Seguramente quisieron
estar en aquellos años aciagos de la guerra, para amordazarnos, golpearnos,
torturarnos y desaparecernos.
Uno de esos oficiales sólo atinó a levantar los cráneos con sus propias manos y caminar lentamente frente a los presentes para tirarlos en algún lugar, una imagen que quedó para siempre en nuestra memoria.
Un Grupo de veteranos
militares inician de una forma amenazante a levantar y destruir las fotografías
y los claveles.
Pasaron como 15
minutos, tiempo que decidió la comisión de seguridad nuestra como suficiente y
decidimos salir de la Brigada.
Estando afuera, una
periodista nos informó que un grupo de veteranos militares haría una caravana
en otro sector de la ciudad, en el Hipódromo del Norte. Con la adrenalina en el
cuerpo decidimos llevar nuestra memoria y nuestras exigencias hasta ellos
también.
La Asociación de
Veteranos Militares de Guatemala (AVEMILGUA) aglutina a ex altos oficiales,
destacados durante la guerra al mando de Unidades Tácticas en las “áreas de
combate” ; fueron ellos los mandos directos de las tropas que cometieron miles
de violaciones sexuales, desapariciones, torturas, mutilamientos y masacres
arrasando aldeas completas. Por supuesto que habría mucho que gritarles ese
día.
Llegamos al punto de la
caravana, con mantas, banderas y tambores les esperamos, fueron desfilando uno
a uno en sus carros, algunos camuflados. Los nombres de nuestros padres,
madres, tíos y abuelos se fueron escuchando a una vez más, y una pintura roja
arrojada al paso, dejó huellas extensas del paso de los criminales.
La sorpresa solo les
trajo a la mente el insulto de la guerra: Comunistas!!!! Guerrilleros!!!
Después de veintitantos
años, podíamos enfrentar la amnesia, el silencio y la impunidad de los
militares genocidas! en dos pequeños actos se dijo lo acumulado en décadas, nos
sentimos eufóricos y volvimos en aquel momento a encontrarnos con la ternura de
nuestros viejos.
En nosotros,
atravesando nuestros cuerpos, estallando en la garganta, la memoria de nuestros
desaparecidos y desaparecidas.
Hijos e Hijas por la
Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.
Texto: HIJOS GUATEMALA