Santa Isabel de
Portugal
Reina (1271-1336)
“No se olviden de que cuando los soberanos están
en guerra ya no pueden ocuparse de administrar, no se imparte justicia, no se
ocupan de la gente, y ésta es la única tarea de
los soberanos, esta es la principal meta de sus deberes como reyes.”
Al igual que su tía abuela, santa Isabel de
Hungría, santa Isabel de Portugal fue hija de reyes y estuvo comprometida desde
niña con un príncipe extranjero por razones de estado. Era hija del rey Denis
de Portugal, un libertino que toleraba la piedad de su esposa, al tiempo que no
hacia ningún secreto de sus propias infidelidades. Isabel tuvo dos hijos, un
varón y una mujer. Su hijo, Alonso, estaría, más tarde,
cercano a una abierta rebelión contra su negligente padre. Debido a su papel
conciliador entre padre e hijo, Isabel fue conocida, popularmente, como la
“pacificadora”. Pero sus talentos como pacificadora fueron ejercidos a un nivel más alto, cuando evitó, personalmente, una
guerra entre Portugal y Castilla.
Isabel estuvo a la altura de sus
responsabilidades públicas en su oficio de reina. Empero la mayor parte de su
tiempo lo pasó en oración y en un sinnúmero de proyectos caritativos. Fundó
hospitales, orfelinatos y casas religiosas a lo largo de todo su reino, y también
posadas en la mitad del camino para “mujeres caídas”.
Cuando su esposo enfermo gravemente en 1324, lo
cuidó con devoción hasta su muerte, el siguiente año. Luego de hacer un peregrinaje a Compostela,
vistió el hábito de terciaria franciscana y vivió en el
monasterio de Coimbra, que había ayudado a fundar. Residió allí durante once
años, en la pobreza y en la oración saliendo de manera ocasional para interceder
entre monarcas rivales, la mayoría de los cuales eran sus parientes, por sangre
o por matrimonio. Aún en vida se le acreditaron
numerosos milagros y fue popularmente reverenciada por el pueblo de Portugal.
Murió en 1336 y fue
canonizada tres siglos más tarde por el papa Urbano VIII, quien la nombró “patrona de la paz”.
Extraído del Libro de Todos los Santos, Ellberg Robert