El coronavirus: un
ataque de la Tierra contra nosotros
Hasta el día de hoy la preocupación sobre la Covid-19 se centra en la medicina, la técnica y todos los insumos que eviten la contaminación de los trabajadores de la salud. Se busca urgentemente una vacuna eficaz. En la sociedad, el aislamiento social y evitar la aglomeración de personas. Todo esto es fundamental. Sin embargo, no podemos considerar el coronavirus como un dato aislado. Debe ser visto dentro del contexto que permitió su irrupción.
El
virus vino de la naturaleza. Pues bien, como dice el Papa Francisco en su
encíclica “sobre el cuidado de la Casa Común”: «Nunca hemos maltratado y herido
a nuestra Casa Común como en los dos últimos siglos» (n. 53). Quien la hirió
fue el proceso industrial: el socialismo real (mientras existió) y sobre todo
el sistema capitalista hoy globalizado. Este es el Satán de la Tierra que la
está devastando y la está llevando a todo tipo de desequilibrios.
Es
el principal (no el único) responsable de las diversas amenazas que se ciernen
sobre el sistema-vida y el sistema-Tierra: desde el posible holocausto nuclear,
el calentamiento global, la escasez de agua potable hasta la erosión de la
biodiversidad. Me hago eco de las palabras del conocido geógrafo estadounidense
David Harley: «COVID-19 es la venganza de la naturaleza por más de cuarenta
años de maltrato y abuso a manos de un extractivismo neoliberal violento y no
regulado».
Isabelle
Stengers, química y filósofa de la ciencia que ha trabajado mucho en asociación
con el Premio Nobel Ilya Prigogine, sostiene la tesis que yo también subscribo:
«el coronavirus sería una intrusión de la Tierra-Gaia en nuestras sociedades,
una respuesta al antropoceno».
Sabíamos
de otras intrusiones: la peste negra (la peste bubónica) que venida de Eurasia
diezmó a un total estimado en 75-200 millones de personas. En Europa, entre
1346 y 1353, causó la muerte de gran parte de su población, que pasó de 475 a
350 millones de habitantes. Necesitó 200 años para recuperarse. Fue la más devastadora
que se haya conocido en la historia. También fue notable la gripe española.
Oriunda posiblemente de Estados Unidos, entre 1918-1920 infectó a 500 millones
de personas y causó 50 millones de muertes, incluyendo al presidente electo
Rodrigues Alves en 1919.
Ahora,
por primera vez, un virus ha atacado a todo el planeta, causando miles de
muertes sin poder detenerlo debido a su rápida propagación, ya que vivimos en
una cultura globalizada con un gran desplazamiento de personas que viajan a
través de todos los continentes y pueden ser portadores de la epidemia.
La
Tierra ya ha perdido su equilibrio y está buscando uno nuevo. Y este nuevo
podría significar la devastación de importantes porciones de la biósfera y de
una parte significativa de la especie humana.
Esto
sucederá, aunque no sabemos ni cuándo ni cómo, dicen biólogos notables. Si
llegase el temido NBO (The Next Big One), el próximo gran virus devastador,
podría, según el investigador de la USP Prof. Eduardo Massad, llevar a la
muerte a alrededor de 2.000 millones de personas, reduciendo la esperanza de
vida general de 72 a 58 años. Otros temen incluso el fin de la especie humana.
El
hecho es que ya estamos dentro de la sexta extinción en masa. Según algunos
científicos, hemos inaugurado una nueva era geológica, la del antropoceno y su
más dañina expresión, el necroceno. La actividad humana (antropoceno) es
responsable de la producción masiva de muerte (necroceno) de seres vivos.
Los
diferentes centros científicos que vigilan sistemáticamente el estado de la
Tierra confirman que, año tras año, los principales elementos que perpetúan la
vida (agua, suelos, aire limpio, semillas, fertilidad, climas y otros) se están
deteriorando cada día más. ¿Cuándo va a parar esto?
El
día de la Sobrecarga de la Tierra (The Earth Overshoot day) ocurrió el día 29
de julio de 2019. Esto significa que en esa fecha se habían consumido todos los
recursos naturales disponibles y renovables para ese año. La Tierra entró en
números rojos, tenía un cheque sin fondos.
¿Cómo
detener este agotamiento? Si insistimos en mantener el consumo actual,
especialmente el consumo suntuoso, tenemos que aplicar más violencia contra la
Tierra obligándola a darnos lo que ya no tiene o ya no puede reemplazar. Su
reacción se expresa por eventos extremos, como el vendaval bomba de Santa
Catarina a fines de junio y por los ataques de varios tipos de virus conocidos:
zika, chicungunya, ébola, Sars, el coronavirus actual y otros. Hay que incluir
el crecimiento de la violencia social, ya que la Tierra y la Humanidad
constituyen una sola entidad relacional.
O
cambiamos nuestra relación con la Tierra viva y con la naturaleza o tendremos
que contar con virus nuevos y más potentes que podrían aniquilar millones de
vidas humanas. Nuestro amor a la vida, la sabiduría humana de los pueblos y la
necesidad del cuidado nunca han sido tan urgentes.
*Leonardo
Boff es ecoteólogo y escritor. Acaba de escribir este libro “O Covid-19: A Mãe
Terra contra-ataca a Humanidade”, que saldrá publicado por la Editora Vozes
este año.
Traducción
de Mª José Gavito Milano