LIV COMUNICADO CIRCULO DE SILENCIO DE CADIZ
9 de septiembre de 2020
El próximo domingo 27 de septiembre la Iglesia celebrará la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. El papa Francisco nos propone varias acciones que poner en práctica para acercarnos a la realidad de las migraciones:
- Conocer para comprender
- Acercarse para servir
- Escuchar para reconciliarse
- Compartir para crecer
- Involucrar para promover
- Colaborar para construir
Siguiendo estas premisas hoy vamos a “acercarnos” a través de este círculo de silencio a dos realidades que nos tocan muy de cerca en nuestra provincia:
- Este mismo martes cinco pateras arribaron a las costas de Cádiz, tres de ellas a las playas de la capital. En total llegaron 105 migrantes y tenemos seguridad de que entre ellos había varios menores.
En lo que va de año un total de 1.426 migrantes han muerto en diferentes rutas migratorias de todo el mundo, siendo la del Mediterráneo la más letal, según un estudio publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través del Proyecto Migrantes Desaparecidos.
Por rutas, la del Mediterráneo resulta la más mortal, con 443 fallecidos (en su mayoría, por ahogamientos).
Analizando los datos de la ruta Mediterránea, junio de 2020 ha sido el más mortal del período analizado, con 111 fallecidos.
En cuanto a las llegadas registradas en esta ruta en el periodo analizado, este pasado mes de julio fue el de mayor movimiento, con 8.959. Una cifra baja en comparación con otros años, octubre de 2015 registró el mayor número, con 220.579 llegadas.
En líneas generales se puede decir que las llegadas a España en este período de tiempo han descendido en comparación al mismo intervalo en años anteriores.
Sin embargo, respecto a la llegada de migrantes a Canarias por vía marítima, las cifras indican que hasta el 2 de agosto llegaron 3.269 personas en 108 embarcaciones, lo que supone 2.679 personas más que en el mismo periodo del año anterior y un 454,1% de incremento. En esta ruta a las Islas Canarias han perdido la vida 182 personas.
Nosotros somos testigos cercanos del sufrimiento del paso del Estrecho y de las centenares de muertes en este trozo de mar, también somos testigos diarios del sufrimiento causado por las condiciones de explotación y de exclusión social a las que se enfrentan los migrantes que consiguen llegar.
No podemos permitir que, ante este drama humanitario, las políticas de inmigración sigan poniendo el acento en la defensa de nuestras fronteras y no en la defensa de la vida.
Por ello, es necesario que despertemos del letargo de nuestra comodidad y exijamos a los gobiernos rutas seguras y legales para las personas que quieren buscar una vida mejor.
Demandamos soluciones y no nos van a convencer de que la respuesta pasa por un mayor control de las fronteras, ni por firmas de acuerdos con terceros países para cerrar rutas migratorias, ni por impedir a los que se dedican a salvar vidas que sigan haciendo su trabajo.
Por otro lado manifestamos nuestra repulsa a las políticas del miedo que promulgan el odio y el rechazo al migrante, al diferente.
- Otra realidad sangrante que nos preocupa, nos conmueve y no debe dejarnos indiferentes es la de los niños, adolescentes y jóvenes migrantes que se encuentran en situación de calle en nuestra ciudad.
Creemos que es una realidad compleja y delicada que requiere un tratamiento serio que ponga siempre en el horizonte un principio irrenunciable: el respeto riguroso al bien y al interés supremo de la persona.
Denunciamos los mensajes racistas y xenófobos contra estos menores y adolescentes que los criminalizan basándose en falacias.
Tachamos de intolerable el discurso del miedo promulgado por algunos partidos políticos y medios de comunicación, que está calando en la sociedad y dificulta el encuentro cercano y respetuoso con el otro.
Estamos convencidos de que las migraciones lejos de ser un problema que “gestionar”, son una oportunidad para el desarrollo de todos los pueblos. Desde nuestra diócesis estamos comprometidos con la sensibilización para descubrir los aspectos positivos de las migraciones.
Creemos que es responsabilidad ética y moral trabajar por la acogida humana de los migrantes que llegan a nuestros barrios, por la integración y la convivencia pacífica y fraterna. Que juntos debemos construir una sociedad más justa en la que la igualdad de oportunidades sea una realidad para todas las personas.
Hoy traemos a nuestro Círculo de Silencio el recuerdo de las 443 personas que han perdido la vida en lo que va de año cuando intentaban llegar a Europa y la realidad dolorosa de los menores y jóvenes migrantes que se encuentran desprotegidos en la calle. Es un silencio de compromiso y solidaridad.
Amigos, comienza nuestro TIEMPO DE SILENCIO.
MESA DIOCESANA DE ATENCION Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS DE CÁDIZ Y CEUTA