Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

4 de septiembre de 2020

Padrenuestro que estás en los cielos

El Padrenuestro: Padre nuestro que estás en los cielos

Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela:
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar por la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido.

Te digo, que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
porque no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, ¿ que han hecho
de tu criatura, Padre ?
¿ Un animal furioso
que mastica la piedra de la calle ?

( Oración de un desocupado de Juan Gelma, poeta contemporáneo argentino )

¿ Cómo rezar hoy el padrenuestro ?
Con el mismo espíritu con que Jesús se dirigía al Padre y con la misma valentía con que lo rezaban los primeros mártires cristianos. En medio de las torturas invocaban a Dios omnipotente a la vez que Padre misericordioso. Jesús no tuvo una vida idílica, sino al contrario, bien comprometida y cargada de conflictos que culminaron en su crucifixión, Y en medio de los desgarros rezaba a su Padre bienamado, no para pedirle que le librase de las pruebas o del cáliz de amargura, sino suplicándole la fidelidad a su voluntad. También para Jesús, Dios era simultáneamente un Padre cercano y distante. El grito lacerante de la cruz revela 

la experiencia dolorosa de Jesús ante la ausencia del Padre; aunque al final, le sentía acogedor: << A tus manos encomiendo mi espíritu >> ( Lc 23,46).
Al rezar el Padrenuestro, los ojos del cristiano no miran hacia atrás en busca de un pasado ancestral, sino adelante, en la dirección desde la que nos llega el reinado prometido por el Padre que está arriba, en los cielos. El hacia adelante y hacia arriba configuran la actitud de esperanza y de fe en un amor que se alegra con el Dios-Padre cercano, pero que ama también al Dios- Padre distante. Semejante actitud ni alinea ni deshumaniza; al contrario, sitúa al hombre en su grandeza de hijo ante el Padre querido.

Leonardo Boff