El motivo por el que este sacerdote se fue a rescatar niños de los basureros y que le cambió su vida.
2 oct. 2020
El padre Mathieu
Dauchez es francés, pero trabaja en Manila, Filipinas, como director de la
fundación ANAK-TNK, que se dedica a los niños necesitados en una de las zonas
más pobres de la capital del país.
La fundación acoge a niños que viven abandonados en la calle y niñas obligadas a prostituirse. El cura y los voluntarios llegan a buscarlos en los vertederos, donde intentan encontrar algo para comer. Es común que estos niños sean víctimas de las drogas y el crimen si no se les ayuda.
“Recorremos las calles
para conocer a estos pequeños, sus historias…Algunos tienen familia, pero no
pueden o no quieren atenderlos; otros han huido de casa o los han echado. A
veces viven en grupo para protegerse unos a otros, pero la mayoría están
expuestos a la violencia, las mafias, la miseria y la explotación”, señala. “Y
a los que no quieren venir a la fundación, les educamos en la calle, tratamos
de alimentarlos y, sobre todo, les llevamos a Dios. Porque todo esto no va solo
de ocuparme de los niños y sacarlos de la calle, sino de meter a Dios en su
corazón destrozado”, explica.
El verdadero motivo de
su llegada a Manila
Llegó a Manila en 1995, cuando todavía era seminarista. “Nací y crecí en Versalles, y estaba acostumbrado a un entorno de mucho confort. Un día, un compañero me dijo que no aguantaría si me mandaban a una parroquia pobre. Me picó tanto que cuando surgió la ocasión de ayudar unos meses en Filipinas, no me lo pensé”, recuerda el joven cura a la revista Misión.
Aquellos meses se han
convertido ya en dos décadas, en las que el padre Dauchez ha sido ordenado
sacerdote de la archidiócesis de Manila. Hoy dirige la fundación Tulay ng
Kabataan (Puente para los niños), una red de casi treinta casas de acogida para
más de 2.000 niños y enfermos mentales a los que recoge cuando vagan por los
barrios de Manila y sus arrabales.
El trabajo de la
asociación ANAK-TNK
El trabajo del padre Mathieu se destacó, además de por la visita del papa Francisco a una de sus casas en Manila, por un tuit que el padre Patxi Bronchalo, de la diócesis española de Getafe, viralizó en 2008.
La asociación ANAK-TNK les ayuda a tomar conciencia de su dignidad como personas, como hijos de Dios, y a obtener nuevas y mejores perspectivas de vida. La vida de oración es fundamental en el proyecto. El nombre de la fundación significa «hijo» (anak) y «puente para la infancia» (tnk es la abreviatura de «tulay ng kabataa» en el idioma tagalo, el más hablado en Filipinas).
El padre Dauchez ha
conseguido que cientos de mendigos puedan adorar semanalmente a Jesús
Eucaristía en mitad de las descomunales montañas de basura al aire libre donde
viven cientos de familias en busca de chatarra y despojos. “¿Que por qué
expongo ahí al Señor? – dice el joven cura –. Dime tú: si hoy Cristo vuelve en
su gloria a Manila, ¿dónde crees que iría? Yo
no tengo duda: iría al basurero. Ahí están sus preferidos. Y ahí es donde yo
quiero que lo encuentren”.