LV COMUNICADO CIRCULO DE SILENCIO DE CADIZ
14 de octubre de 2020
Hoy queremos traer a
nuestro Círculo de Silencio tres realidades diferentes para la reflexión y la
denuncia.
El 11 de octubre tuvo
lugar otro naufragio a 120 km de Lampedusa. Se trataba de una embarcación que
transportaba a migrantes palestinos y sirios. Se confirmaron 34 muertos.
El Papa Francisco se refirió a este suceso diciendo: “Sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza”.
Por desgracia, esa
“vergüenza” que conmocionó a Europa no acaba. La lista de muertos en el mar
sigue aumentando mientras las políticas migratorias siguen centradas en la
defensa de las fronteras, sin importar las vidas humanas que se pierden en el
camino. Porque parece que hay vidas que importan menos que otras…
El pasado 19 de agosto,
un avión de Salvamento Marítimo localizó a 150 kilómetros de Gran Canaria un
cayuco a la deriva mientras buscaba otra patera. En él encontraron los
cadáveres de 15 jóvenes africanos reducidos a poco más que piel y huesos tras
varias semanas a la deriva en el mar. Las autopsias revelaron que murieron de
hambre y sed de 8 a 10 días antes de que los encontraran. Parece increíble que
no nos revelemos contra estos sucesos crueles…
La segunda realidad que
queremos hacer presente hoy es la del Campo de Refugiados de Moria. Otra
vergüenza europea más. El campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, se
concibió con la idea de albergar a unas 2.800 personas. El pasado 9 de
septiembre cuando un incendio, al parecer provocado, arrasó el campamento de
refugiados, éste albergaba a más de 12.000 personas de las cuales 1.100 eran
menores que se encontraban solos.
La historia del campo
de refugiados de Moria y sus condiciones infrahumanas es la “bienvenida cruel
que Europa da a los refugiados” y simboliza la ineficaz respuesta de la Unión
Europea al desafío migratorio, una Unión que fue fundada sobre los Derechos
Humanos y la Solidaridad.
Hoy tenemos presente a
las miles de personas refugiadas que se encuentran viviendo en condiciones
indignas en todos los campos de refugiados del mundo a la espera de que se dé
una respuesta a su situación.
Por último, queremos manifestar nuestra oposición ante la
reapertura progresiva que se está produciendo de los CIEs existentes, en un
contexto de pandemia y de cierre de fronteras, así como nos oponemos también al
avance en la construcción del nuevo de CIE de Algeciras.
Consideramos que urge
concienciar a la ciudadanía sobre la realidad de estos centros, para muchos
desconocidos, que son cárceles para inmigrantes y que supone, en la práctica,
la privación de libertad de muchas personas por el simple hecho de migrar en
busca del legítimo derecho a una vida mejor o huyendo de situaciones de
persecución o peligro real y que conlleva, de hecho, el encarcelamiento en unas
instalaciones absolutamente inadecuadas y que atentan contra la dignidad del
ser humano.
Particularmente grave es la situación del actual CIE de Algeciras, con resoluciones judiciales demoledoras sobre sus carencias y donde entidades como el Defensor del Pueblo o la Fiscalía General del Estado han solicitado expresamente, en numerosas ocasiones, su cierre definitivo debido al estado lamentable e irrecuperable de sus instalaciones. Por ello, es inadmisible al anuncio de construcción del nuevo CIE de Algeciras, proclamado como uno de los mayores centros de detención de la Unión Europea, y con un presupuesto inicial que supera los 20 millones de euros, que situarían a nuestra provincia en un punto negro de referencia en la vulneración de derechos humanos, constituyendo una inversión económica que nos denigra como sociedad.
Con estas tres dolorosas y vergonzosas realidades en el
pensamiento y en el corazón, hacemos de nuestro silencio un gesto de solidaridad
con los que sufren estas injusticias y un grito de repulsa contra las leyes
migratorias que minusvaloran las vidas humanas.
Amigos, comienza
nuestro tiempo de silencio.
MESA DIOCESANA DE
ATENCIÓN Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS
CÁDIZ Y CEUTA