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3 de octubre de 2020

¿Medicina como ciencia o medicina como negocio?

 

El tiempo siempre vuelve diciendo: te lo dije. Hace siete años escribí esta editorial  “¿Medicina como ciencia o medicina como negocio?”   Viendo venir las políticas neoliberales que iban a arrasar con el sistema público, y cómo se iban a prostituir las palabras para mejor engañarnos; porque no lo pueden todos, nos tienen que engañar. El virus ha demostrado la fragilidad de las  costuras que sostenían nuestra moralidad ante el sufrimiento humano y ha demostrado la fragilidad  del sistema. Estamos viendo cómo  políticos y organizaciones y gente que buscan la permanencia en los conflictos y en las crisis para cultivar sus ganancias, todo ello con palabras alto prostituidas. Lo vi venir y lo conté en esa editorial, y las políticas neoliberales están aquí de forma inmisericorde delante de nuestros ojos, en la residencias de ancianos, en los hospitales, en los colegios, en las familias, en la inestabilidad laboral, y en cada uno de nosotros que se apunta al que cada uno se  arregle como pueda .El tiempo ha vuelto diciéndome ¡Te lo dije!

 


La pandemia ha puesto en evidencia  otro mal que se ha ido incubando, esto sí que no lo vi venir: iban, y van más lejos.  Vi muchas cosas  como pueden comprobar cuando lean la editorial, pero cuando he visto el confinamiento en los barrios populares de Madrid y echar la culpa de la enfermedad a los pobres, las cargas policiales y el desmantelamiento de la atención primaria, y una Sanidad Paupérrima, de golpe me he encontrado con algo que puede ser una realidad en poco tiempo y que no vi venir: la Sanidad Pública sólo para los pobres. Volvemos  a la beneficencia. Una ideología que se sustenta en que los pobres no necesitan derechos, sólo beneficencia, y así lo  entienden organizaciones  que aspiran a lucrarse de ellos con el expolio de lo público. Sólo les interesa el dinero. No luchan contra la pobreza y la enfermedad sino contra los pobres y los distintos a ellos, que somos casi todos (ahí están en video las cargas policiales). La degradación de la Sanidad Pública que se están llevando a cabo visibilizado en el déficit de médicos, enfermeros y enfermeras, y personal sanitario en general y la baja  posibilidad de atender dignamente a las personas enfermas ha convertido en un  esperpento la dignidad de la atención pública, que nos levó a las cotas más altas  en el mundo en esperanza de  vida.  En nosotros está si nos dejamos  engañar y atrapar entre el fuego cruzado de las palabras, para que el tiempo no vuelva diciendo: Te lo dije! Con gusto comparto  la editorial  “¿Medicina como ciencia o medicina como negocio?”

 


Marivel Serrano