WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
MARTIN VALMASEDA
CAPÍTULO 1
TIEMPOS DIFÍCILES
Guatemala, finales del siglo XX . En el barrio donde estamos, ni muy rico ni muy pobre, poca gente por la calle, caminando deprisa. Los que van juntos sin hablar o platicando en voz baja y mirando a todas partes.
Es que de todas partes, por las esquinas, salen Jeeps militares cargados de metralletas.
Doña Paula, madre de familia, con la bolsa de la compra y de la mano un pequeñín, va a cruzar la calle y se detiene para dejar pasar a uno de los vehículos, pero el chiquitín de unos 5 años se suelta de la mano y sale corriendo a la calzada. El piloto frena brusco y el chirrido se funde con el grito de Doña Paula, ¡Willy!. Un soldado salta del carro y agarra al pequeño. El pequeño emocionado echa mano al fusil del militar. Este sorprendido no sabe qué hacer. La mamá nerviosa sale a resolver la situación, pero también el niño defiende sus “derechos”: “¡mamá déjame jugar!”. “Cuando seas grande y te hagas soldado” -le dice el militar- “¡Ni grande ni, pequeño!” corta furiosa Paula, arrastrando al juguetón hacia la acera.
Estamos en tiempos de golpe de estado, otro de los muchos que paralizan el país, que no encuentra la paz firme y duradera, como mienten uniformados y políticos.
Doña Paula sigue con prisa a casa arrastrando a Willy que camina mirando hacia el fusil perdido…
Ramón se queda mirando al niño…. “Lo que nos faltaba. Desde que quitaron de en medio a Arbenz y no ha habido presidente normal, todo ha sido violencia en el país. El hijo de la vecina se ha ido con la guerrilla de la ORPA.
La mamá se asomó a la ventana del patio y comentó:
“A este bicho, déjale crecer - Al bicho se le escuchaba patear la pelota en el pequeño patio de la casita- ya veremos lo que será de él. El mes que viene empieza la escuela…
Paula y
Ramón vivían en un barrio al
norte de la capital.
Ramón tenía una pequeña papelería y Paula maestra sin trabajo, cuando en la capital y
sobre todo en los pueblos había
tanta falta de maestros. Bromeando tristemente hablaban
de poner un anuncio en las calles:<MAESTRA SIN ALUMNOS
BUSCA ALUMNOS SIN MAESTRA > Sabían que no
tendría éxito porque también faltaba dinero en el gobierno e interés en
bastantes familias. La falta de medios
de vida les obsesionaba, no miraban
al futuro ni se enfrentaban al
presente.