PALABRAS A VOLEO
Contra
Pues ahora, vamos a jugar a la contra.
Cuando muchos están juntos, con, encuentran fácilmente “contrincantes” que al menos, a nivel de pensamiento están en contra: En política, en economía, en religión, en vida familiar… y sin tanta irritación, en aspectos deportivos, gustos culinarios, artísticos, literarios...
Pero ahora no querría reflexionar sobre casos extremos. Querría limitarme a los contras sociales. A los que nacen por diferencias de edad, de situación económico-social, o por cultura. Es decir, simplificando, en tres:
Por edad: jóvenes contra viejos
Por nivel social-económico: ricos contra pobres
Por ideas culturales, religiosas…: lo que me enseñaron en mi infancia contra lo que descubrí o me descubrieron cuando crecí.
Los tres puntos de este triángulo se mezclan cada uno con y contra los demás y se forman infinitas combinaciones.
¿Ponemos ejemplos?
1.-El hijo de familia de clase media educado religiosamente que , al crecer, siente que le han oprimido y rompe con su vida obediente y su religión, aunque no deja su vida burguesa, acomodada, de toda su vida.
2.-El muchacho de familia atea y vividor que tiene al crecer encuentros con movimientos sociales de izquierda que le van convenciendo y cambiando su estilo de pensar y comprometerse por un mundo nuevo.
3.-La chica de acción católica que se hace novia de un evangélico carismático y se pasa a su iglesia, pero luego riñen, se separan, y ella se hace agnóstica.
4.-El estudiante formado en mentalidad creyente conservadora que lee el libro Jesús de Pagola y descubre otro tipo de fe; pero socialmente no acaba de comprender el evangelio de Jesús ni su entrega a los pobres. Poquito a poco le influyen las palabras del papa Francisco, pero no acaba de dar el paso que dio aquel joven rico llamado Francisco de Asís.
En todos estos seres humanos falta una palabra: conciencia.
Cuando nos damos cuenta que desde hace 2 millones y medio de años los mamíferos que se fueron convirtiendo en el homo sapiens y aprendiendo a pensar, han seguido año tras año evolucionando, y en momentos revolucionando. Cambiaron en seres distintos. Pero ¿seguimos hoy cambiando?, porque en ese homo sapiens la conciencia no termina de crecer y sigue creando nuevos modos de pensar… ¡contra!... contra lo que antes se creía. Un contra que no debe ser reacción fanática contra todo pasado sino reflexión: darse cuenta de que el hombre y la mujer seguimos aumentando nuestra conciencia; de que vamos cambiando. El darnos cuenta, el sorprendernos, el decir ¡ah!, entonces ¿no era así?
Entonces nuestro contra no es para triunfar sobre el otro, sino contra la falta de conciencia, contra la inconsciencia en que nos mantuvo el “siempre(?) se ha hechos así” de muchos atados por sus tradiciones por su clase social, por su cultura deforme.
De la sorpresa, dela conciencia nace ese CONTRA