Palabras a voleo
La opción por los pobres fue uno de los pilares de las primeras comunidades de base. Luego, con el paso del tiempo ha ido decayendo y se ha ligado a esta palabra que puede que nos asuste un poco y es
Subversión
José María García-Mauriño
nos lo presenta en su artículo: “Por una ética de la subversión. ¿Qué queda de la opción por los pobres?
Ahora vamos a nuestra
palabra Subversión
1- Qué entendemos por
Subversión:
Subvertir significa mover
el ánimo de la gente para inducirle a adoptar una actitud rebelde u hostil en
orden a cambiar el orden público y moral, dice el Diccionario de Lengua.
Se trata de tener una versión distinta, una interpretación del mundo desde la cultura de la pobreza, ver la Vida desde los de abajo, desde el mundo de las personas empobrecidas, no desde el “orden establecido” por esta sociedad capitalista, no desde las instituciones, no desde cómo presenta la sociedad esta TV y la prensa. Subvertir es ver, analizar, el mundo desde los “sub”, desde el suburbio, desde los subalternos, desde los que están por debajo. Es decir, desde los pobres, de los que no tienen, no saben o no pueden. La subversión que propugnamos no es nada violenta.
A.- Los que no tienen… techo, comida, dinero, agua, tierras, trabajo,
escuelas, hospitales, “papeles”,… No tienen casi nada.
B.- Los que no saben… cuáles son sus derechos. Los que no están
informados de lo que pasa en el mundo, en su país, en su familia. Los que a
veces no tienen ni idea de qué se les acusa cuando les detienen. Muchos no
saben leer ni escribir, ni hacer cuentas, porque no han ido a la escuela.
C.- Los que no pueden… No tienen recursos para salir de su pobreza y
miseria. No tienen oportunidad de salir fuera de su país y conocer otros
mundos. No tienen medios para curarse de sus enfermedades.
D.- Los que viven… con enfermedades curables y sin medicinas porque son
muy caras. Viven con mucho miedo. Sin abrigo. Huyendo del hambre de su tierra
en pateras y cayucos. O de las guerras que promueven los poderosos. Esperando
encontrar otro país en el que puedan vivir. Arriesgando su vida y muriendo por
sus familias en una salida obligada de su país. A veces meses y meses en campos
de desplazados y de refugiados.
En campos enormes de
concentración, años y años, siempre en tiendas de campaña, sin conocer lo que
es una casa, ni el calor de un hogar. Sin defensa posible, sin protección
social ni jurídica. Olvidados y abandonados de las autoridades, de sus jefes de
gobierno.
Porque no es posible ver,
mirar, analizar, este mundo de los de abajo sin sentir vergüenza, indignación,
rabia e impotencia, y clamar por la justicia, y al mismo tiempo dejar de tomar
partido y comprometerse.
En esta reflexión sobre
las personas empobrecidas, víctimas del capitalismo imperialista, afirmamos una
radical subversión, es decir, que lo hacemos tomando partido. Lo hacemos desde
una postura de radical indignación ética y desde una insobornable solidaridad
con todas las víctimas de la injusticia, la agresión y el despojo.
Entendemos que las víctimas deben ser el criterio de verdad de cualquier visión del mundo y de cualquier análisis de las relaciones internacionales. Porque el sufrimiento humano, sean cuales fueren sus causas, es siempre una gran interpelación para todo ser humano, especialmente para los cristianos. Y ante él no caben justificaciones o indolencias y, mucho menos, discursos que propugnan la cómplice resignación. La resignación no es ética.
2.- Por qué es Ética la
subversión:
Porque no somos conformistas con este régimen de muerte y de mentira, no queremos ser cómplices de esta sociedad que margina a los más necesitados. Frente a esta decadencia ética y política que padecemos, ofrecemos una alternativa ética.
Para Aristóteles (siglo
IV a.c.), por ejemplo, política y pobreza van tan unidas que la segunda llega a
ser la razón de ser de la primera. Dice en su Política que en toda sociedad hay
dos partes, la de los pobres y la de los ricos. El noble arte de la política
consiste en hacerlos convivir, asunto nada fácil, señala, porque los ricos
quieren imponer sus reglas y los pobres, los únicos interesados en reglas
comunes, no tienen fuerza para hacerlas valer. El Filósofo, que no era un
revolucionario precisamente, entendió, sin embargo, que solo desde el margen,
es decir, desde la pobreza podrían pensarse reglas justas de convivencia porque
el secreto de los que viven al margen es saberse marginados y eso, la
marginación, no podía ser el precio de la convivencia. Aristóteles pensaba que
quien haya experimentado una vez la dureza de la marginación, no podía aceptar
que el precio de la vida en común fuera la exclusión de algunos.
El paso de la indignación
y la rabia, a la organización, sólida y persistente, es la clave de cualquier
proceso de cambios profundos y radicales. Rabia nos sobra en estos momentos,
falta organizarla.
3.- Una pequeña mirada a la subversión
Hay varios aspectos de la subversión, -ver, analizar el mundo desde abajo- y que conviene tenerlos en cuenta a la hora de analizar la realidad y comprometerse.
La subversión política: Se trata de ver el mundo de la política desde abajo. Es decir, ver cómo sus justas reivindicaciones se debaten en el parlamento, ver las distintas disputas entre los partidos. Y sentir rabia e indignación al comprobar que no atacan los verdaderos problemas de la mayoría sufriente. Y saber que las decisiones importantes las toman siempre los de arriba, la Troika, sin contar con la gente. Una democracia que al no ser de verdad representativa, tampoco es participativa.
La subversión económica: ver cómo sigue estancado el número de parados de larga duración. De que en muchos hogares no entra ningún ingreso, que los que tienen algo apenas pueden llegar a fin de mes, que muchos malviven con la pensión de los abuelos, que tienen que ir a comedores sociales para poder comer, o buscar cada día la comida en los contenedores.
La angustia de no poder pagar la hipoteca o el alquiler de la casa, de no poder pagar la factura del gas, de la electricidad, del teléfono, del colegio de los niños, etc. Y pasar mucha vergüenza con todo esto. Algunos datos: 12,5 % de los trabajadores de la Unión Europea son pobres, en España es el 15% y en EEUU es el 25% y no ha parado de subir en los últimos años (Europa Press). Hay 8 personas que son más ricas que 3.600 millones de pobres, más de la mitad de la humanidad. [Oxfam].
La subversión cultural: para muchos el no saber leer o escribir les supone una dificultad muy seria en la vida social, no conocer el significado de muchas leyes y ordenanzas, no haber podido ir a la escuela o a la universidad, pasan miedo, vergüenza, impotencia, ir casi siempre con la misma ropa, no conocer otros mundos…Y con frecuencia, casi sin esperanza de que esto cambie o haya alguna mejora.
Para todas estas personas reclamamos la vida y la dignidad que les niegan los poderes de este mundo. Esta es la subversión, una alternativa a la opresión política, económica y cultural que sufren estos colectivos empobrecidos:
Donde hay procesos de
muerte lenta, tratamos de poner vida.
Donde hay mentira u ocultación de la verdad, ofrecemos análisis de la realidad.
Donde hay acumulación de bienes, invitamos a compartir bienes y servicios.
Donde hay incultura, proponemos una educación pública y laica de todos y para todos.
Donde no hay derecho, insistimos en la denuncia de los DH que no se realizan en las clases populares y sí en las clases pudientes.
Al ver este panorama, nuestra indignación va dirigida contra esa violencia estructural del sistema, es decir, contra esa acumulación incesante de beneficios que no reparte ni comparte, contra esa democracia cuyas decisiones las toma la economía de mercado, la troika, y no el parlamento. Estamos en contra de la des-información constante que nos ofrecen la mayoría de los medios de in-comunicación que nos trasmiten una forma especial de entender la vida, lejos de una mirada humanizadora desde abajo.
Desde la experiencia acumulada de muchos años, los cristianos y cristianas de, podemos hacer un examen de nuestra experiencia y comprobar que no hemos sido suficientemente coherentes con nuestras opciones y nuestros compromisos, con nuestra práctica social y con la solidaridad económica y política en favor de las personas empobrecidas. Nos queda todavía un largo camino a recorrer. La opción por los pobres sigue golpeándonos, no se ha terminado.
Pero, a pesar de todo, mantenemos la esperanza utópica, porque la esperanza es una virtud de los pequeños. Los grandes, los satisfechos, no conocen la esperanza; no saben qué es. Son ellos, los pequeños, los que luchan, las personas empobrecidas, las que transforman el desierto en exilio. Se trata de tener y mantener un horizonte de esperanza, de que se vaya realizando ese ideal de vida digna para todos los Seres Humanos. La esperanza hace cambiar la soledad desesperada, el sufrimiento humano, en un camino llano sobre el cual caminar para ir al encuentro de la vida digna. Y llegamos a la conclusión: dejémonos que nos enseñen qué es la esperanza. ¡Dejémonos enseñar la esperanza!
Esperemos, comprometidos y confiados, la llegada de la Utopía, y cualquiera que sea el desierto de nuestras vidas (cada uno sabe en qué desierto camina, con qué silencio vive) se convertirá en un jardín florido y en una sinfonía armoniosa. ¡La esperanza no defrauda a nadie! Lo decimos otra vez: “¡La esperanza no defrauda!” Está en lo más hondo de la persona, forma parte de la metafísica de la naturaleza humana. El Ser Humano, siempre espera algo, ¡¡nunca deja de esperar!!
Nos gustaría establecer con todos vosotros y vosotras un diálogo sobre estos temas, siempre que sea posible. Estamos abiertos a mantener un debate horizontal y reflexionar juntos en grupo o personalmente, cuando sea oportuno. ¡¡¡Os esperamos!!!
José María García-Mauriño
07 de marzo 2017
José María es jubilado en su trabajo, sigue muy activo en las CCBM-Comunidades Cristianas de Base de Madrid. AD.