"Un
corazón de pobre, fraterno y solidario"
Esteban
Gumucio Vives, un santo del pueblo
Fueron
años de crisis económica, social y política en los que las víctimas eran sobre
todo los trabajadores que quedaban sin empleo, las recias mujeres que mantenían
en pie los hogares a punta de sacrificio, los jóvenes sin horizontes, los
detenidos, los torturados, los asesinados… y las comunidades cristianas
solidarias y los sindicatos y los partidos clandestinos… y la fe para caminar
de día y, sobre todo, de noche…
Esa
fue una escuela de vida para Esteban donde practicó el acompañamiento
espiritual en medio de la precariedad material.
”Me
gustaría que el servicio a los pobres y nuestra pobreza por Jesús nunca nos
dejara satisfechos, como aquellos que obtienen buenas notas en la escuela. La
pobreza no es para record sino para centrarnos en nosotros mismos. Que siempre
nos duelan los pobres y que nos dejemos enseñar por ellos”.