Evangelio 1er. Domingo de Cuaresma (Mc. 1, 12-15)
Papa Francisco
En este primer
domingo de Cuaresma, el Evangelio menciona los temas de la tentación, la
conversión y la Buena Noticia.
También para nosotros la Cuaresma es un tiempo
de lucha espiritual: estamos llamados a afrontar al maligno mediante la oración
para ser capaces, con la ayuda de Dios, de vencerlo en nuestra vida cotidiana.
2 Inmediatamente después de las tentaciones
en el desierto, Jesús empieza a predicar el Evangelio, la Buena Noticia,
la segunda palabra. Y esa buena noticia exige del hombre conversión y fe. Él
anuncia: <<El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca
>>; después dirige la exhortación: <<Convertíos y creed en la Buena
Nueva>>, es decir creed en esta Buena Noticia: el Reino de Dios está
cerca.
3. En nuestra vida siempre necesitamos
conversión – ¡todos los días!, y la Iglesia nos hace rezar por esto. De
hecho no estamos nunca suficientemente orientados hacia Dios y debemos
continuamente dirigir nuestra mente y nuestro corazón a él. Para esto es
necesario tener la valentía de rechazar todo lo que nos lleva fuera del camino,
los falsos valores que nos engañan atrayendo nuestro egoísmo de forma sutil.
Sin embargo, debemos fiarnos del Señor, de su bondad y de su proyecto de amor
para cada uno de nosotros. La Cuaresma es un tiempo de penitencia, pero no es
un tiempo triste, de luto. Es un compromiso alegre y serio para despojarnos de
nuestro egoísmo, de nuestro hombre viejo, y renovarnos según la gracia de
nuestro bautismo.
Solamente Dios
puede darnos la verdadera felicidad: es inútil que perdamos nuestro tiempo
buscándola en otro lugar, en las riquezas, en los placeres, en el poder, en la
carrera…
El reino de Dios
es la realización de todas nuestras aspiraciones, porque es, al mismo tiempo,
salvación del hombre y gloria de Dios.
Papa Francisco