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13 de febrero de 2021

Vicariato de Petén, ante asesinato de Sharon Figueroa (8 años)

 


COMUNICADO DEL VICARIATO APOSTÓLICO DE PETÉN

El que recibe a un niño en mi nombre, a me recibe.

Pero al que le hace do a un niño, más le vale que le cuelguen al cuello

una piedra de molino, y lo hundan en lo más profundo del mar”

(del Evangelio de San Mateo: 18,5-6)

 

A los Fieles Católicos del Vicariato Apostólico de Petén

A las Autoridades Nacionales y Departamentales

A los Hombres y Mujeres de buena voluntad

 

 

Con mucha tristeza y con mucho dolor, nuevamente -como Iglesia Católica de Petén- no podemos quedarnos ni indiferentes ni callados, ante la violencia que golpea y enluta a nuestro querido Petén.

La Declaración Universal de Derechos Humanos dice: Todo individuo tiene derecho a la vida y a la seguridad de su persona.

La otra cara o el 'revés' de esta afirmación y de este primer derecho humano es la violencia, que mata a la persona humana y mata todos sus derechos.

Por eso, el escritor español José Luís Martín Descalzo -con razón- ha escrito: Sí, no exagero al llamar hija del diablo” a la violencia. Es su hija primogénita, su predilecta, la más directamente salida de su corazón, el único  amargo  fruto de esa esterilidad que  le es congénita al diablo.

Lamentablemente la inseguridad, la violencia y la muerte -en Petén- se han vuelto como

'nuestro pan de cada día', como un problema permanente y preocupante; y -tal vez- como el primer problema de Petén.

¡Q triste contradicción: somos 'pobres' (entre los más pobres) en desarrollo humano integral; pero, 'ricos' en violencia y muerte!

 

Como el 'botón de muestra' más tierno y más trágico de esta grave situación de violencia, señalamos el secuestro y la horrible muerte de la niña Sharon Jasmine Figueroa Arriaza, de apenas 8 años de edad -entre el 9 y el 10 de febrero- en el barrio La Ceibita, de Melchor de Mencos.

Porque, como dice un refrán judío: Un niño es el mundo entero. Con la muerte de Sharon Jasmine se muere el mundo entero, se muere Guatemala, se muere Petén, nos morimos todos.

 

Frente a este hecho, criminal y tan doloroso:

1.—   Compartimos el sufrimiento y las lágrimas de la familia, a la cual acompañamos con nuestra participación y cercanía, y con nuestra oración fraterna.

2.—   Manifestamos nuestra indignación, nuestro profundo horror y rechazo por esta muerte inhumana  y  absurda,  de una  niña inocente y  feliz,  porque sobre  todo los  niños  tienen derecho a la vida y a una vida plena y bella.

3.—   Expresamos que esta muerte violenta -sobre todo por ser la muerte de una niña- es el síntoma de que el cáncer de la violencia es destruyendo nuestra sociedad guatemalteca, porque esdestruyendo hasta los valores más sagrados y más queridos, como es la niñez.

4.—   Pedimos que las autoridades investiguen y aclaren exhaustivamente los hechos para llegar a la aplicación correcta de la justicia.

5.—   Proponemos que ante esta violencia desatada, tan compleja y con tantos actores y causas,  no se  busquen  soluciones  inmediatistas  o  populistas  (por  ejemplo:  la  pena  de muerte, que va en contra de la enseñanza de la Iglesia Católica), sino que se toquen las raíces estructurales y profundas que tienen a Petén en esta situación tan dicil.

6.—   Reafirmamos nuestra elección decidida y absoluta a favor de la vida, sobre todo de los niños y de los más indefensos; a favor de la dignidad de cada persona (hecha a imagen y semejanza de Dios) y a favor del bien común del Pueblo Petenero.

7.—   Invitamos en especial a los fieles católicos a tener fe que -en Cristo Resucitado- el bien triunfará sobre el mal, a  orar en  familia,  y  a  llevar nuestra  vida  según los  valores  del evangelio, con honestidad y solidaridad, para construir juntos una nueva sociedad.

 


Fraternalmente:


 

Mario Fiandri, Obispo

Vicariato Apostólico de Petén


 

 

Flores, Petén, 11 de febrero de 2021.