"El hombre: un lobo para el hombre" (Y las farmacéuticas una jauría para la humanidad)
En el 2006 el Centro de estudios “Cristianismo yJusticia” publicó uno de sus Cuadernos (141), titulado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas, obra de Teresa Forcades, médico y religiosa benedictina. Los problemas entonces eran otros (el SIDA por ejemplo) y la autora se atrevía a manifestar un cierto optimismo al final (“Una oportunidad para desmantelar el sistema”).
Quince años después, la edición castellana de Le Monde
Diplomatique (marzo 2021, pgs. 1.24-25), parece volver sobre el tema en un
artículo titulado Las patentes, un obstáculo para la vacunación universal, obra
conjunta de tres autores (dos de ellos médicos y el otro sociólogo, coordinador
de Santé: urgence).
Como estas informaciones es difícil encontrarlas en
los medios de comunicación habituales (que pese a su buena voluntad -cuando la
tengan- están más al servicio del Capital que de la verdad), quizá valga la
pena reproducir aquí algunos extractos de ese artículo que ojalá pudiera ser
conocido completo por mucha más gente. Todo lo que sigue en cursivas, es cita
de LMD. Algunas mínimas aclaraciones mías recobran la letra redonda. También es
mía la disposición en forma de capítulos numerados.
1.- Todos
recordamos el aluvión de buenas intenciones formuladas durante el confinamiento
en la primavera de 2020… Pero las promesas se han quedado en meros deseos: más
de 39 millones de dosis de vacuna se han administrado a día de hoy en al menos
49 países de renta alta. Solo 25 en uno de los países de los más débiles [¡25!
sin ningún cero]…
2.-Los
laboratorios han recibido miles de millones de euros en subvenciones de los
Estados y de la Comisión Europea (que pagó más de 2000 millones durante la
preparación de las vacunas) para la investigación y el desarrollo y la
posterior producción en masa de las vacunas, limitando de facto los riesgos de
las farmacéuticas. No obstante, estas últimas conservan la propiedad de las
patentes, negocian al alza los precios con los Estados y restringen las
posibles donaciones o reventas de las vacunas a los países en vías de
desarrollo… Además, la responsabilidad jurídica de las empresas se limita al
máximo en caso de efectos secundarios graves, siendo esta asumida por los
Estados firmantes…
3.-El 13’5 de la población mundial, que habita en los
países ricos, ha incorporado anticipadamente el 51% de las dosis, según Oxfam.
En el mismo seno de la Unión Europea, las primeras entregas desvelaron
desigualdades flagrantes… Alemania está negociando de mutuo acuerdo para
hacerse con dosis suplementarias, pese a su adhesión al mecanismo conjunto de
adquisición de vacunas firmado por la Comisión Europea.
4.- Pese a esta cada vez mayor imbricación entre
investigación básica, fondos públicos y sector privado, los derechos sobre la
propiedad intelectual no cesan de reforzarse…, las multinacionales hacen
competir entre sí a los países para lograr el precio deseado, aun cuando haya
que conceder bajo mano descuentos según volumen de ventas.
5.- El artículo 31 de los acuerdos sobre los derechos
de la propiedad intelectual (que normalmente duran 30 años), permite su
“derogación en situaciones de emergencia
nacional u otras circunstancias de extrema urgencia o en caso de utilización
pública sin fines comerciales” [N.B.- A esto se llama “licencia obligatoria”].
Este es claramente el caso actual: ¿por qué no recurrir a ella como piden…?
[Sigue una serie de países]. [Pues, porque] activar esa
licencia obligatoria equivale a iniciar un pulso con otras potencias soberanas, en particular con Estados Unidos,
sede de las dos farmacéuticas que ofrecen las vacunas más efectivas
actualmente.
6-- Estados Unidos, a su vez, nunca
ha tenido tales escrúpulos. A raíz de las amenazas de bioterrorismo que
siguieron al 11S… el país no dudó en utilizar la licencia obligatoria como
chantaje para producir el medicamento contra la enfermedad del carbunco (la
ciprofilaxina), patentada por Bayer. Los laboratorios finalmente cedieron y
bajaron el precio…
7.- Esta crisis ha demostrado otra
vez que la Unión Europea no existe en el plano geopolítico e industrial…
8.- Convendría aprovechar las
iniciativas ciudadanas a favor de que la vacuna sea considerada bien público
mundial y, sobre todo, ponerse de acuerdo con otras potencias, especialmente
China, Rusia y la India, para contrarrestar el dominio de las empresas
farmacéuticas estadounidenses cuyos intereses defiende su gobierno… Toda la
información (patentes, procesos) debería entregarse a empresas de los Estados
pobres o emergentes, capaces de montar líneas de producción y venderlas a bajo
precio a los países en desarrollo.
9.- En la economía del “libre mercado
organizado”, lo único “libre” es el poder exorbitante que los Estados han
concedido a la industria farmacéutica.
Hasta aquí la cita
de LMD. Permítaseme un comentario algo jocoso y otro más serio.
A.- El artículo
cita también unas palabras del presidente Macron, extrañado de cómo era posible
que en Francia no hubiera mascarillas (como tampoco en Italia, en Alemania, en
España…). Macron, como cualquiera de nosotros, debe estar acostumbrado a que,
en cualquier edificio público de cierto tamaño, encuentras estratégicamente
colocados, una serie de “extintores” de incendios, cuya finalidad mayor es no
ser utilizados nunca. Pese a lo cual esos aparatos (mucho más caros que las
mascarillas, por supuesto) deben estar ahí por si acaso (o “por si las flies”
que diría Paco Umbral).
Me parece ver en
ese contraste un buen reflejo de la mentalidad moderna: nos guiamos por el
miedo mucho más que por la razón. Y nuestra pedantería presuntuosa nos impide
temer a esos enemigos que consideramos pequeños y despreciables.
B.- Y mucho más
serio. Aprovechar las necesidades humanas para el propio enriquecimiento es una
de las tentaciones más frecuentes y más viles de nuestra pasta humana. Hace ya
unos 25 siglos que un orante rezaba: “los malhechores discursean profiriendo
insolencias; trituran y oprimen a tu pueblo, Señor. Asesinan a los indefensos
(viudas y forasteros), degüellan a los huérfanos y comentan: ‘Dios no lo ve’…”
(salmo 94).
Por eso es
inevitable recordar la clara frase de Jesús de Nazaret: “no podéis servir a
Dios y a Dinero”. Hoy nos sentimos liberados de esa advertencia, profesando que
“Dios ha muerto”. Pero resulta que como, según Jesús, la única manera válida de
servir a Dios es servir al ser humano, la frase citada se convierte en esta
otra: “no podéis servir al hombre y al dinero”.
Y en esas estamos.
Aunque toda la publicidad parezca montada para decirnos exactamente lo
contrario.