WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPITULO 17
TAMBIÉN LA CLASE CAMBIA
En el instituto, mejor en la clase de nuestros amigos, estaban cambiando las cosas, Gracias a patojos como Willy y otros y a profesores como D. Felipe y seño Elvira. Aunque no todos eran así, por ejemplo la profesora de literatura de la que ya tendremos ocasión de hablar.
Siguiendo con los sucesos del anterior capítulo, se vio al día siguiente que se estaba removiendo el ambiente de los alumnos. Unos, como Willy y sus amigos marcaban el ritmo de la clase, otros se iban convenciendo de que estaban allí no sólo para “aprender” las lecciones y sacar buenas notas sino para ir aumentando su reflexión y conciencia: dándose cuenta de lo que sucedía en su país, en América Latina y el mundo entero, intentar que hubiera más justicia y paz. Había otros alumnos que seguían con la cabeza cerrada. Eran muchachos y señoritas que seguían con los pensamientos de siempre aunque, viendo los aires que corrían, se hacían los avanzados, sobre todo en las clases de ciencias e historia. Finalmente existía un grupo de jóvenes, sobre todo hombres, gente por lo general de clase social elevada y mentalidad clasista. Esto se reflejó cuando dos semanas más tarde corrió por la ciudad la convocatoria de una marcha de campesinos que venían de las aldeas a exigir del gobierno una serie de mejoras: escuelas, salarios, hospitales…
La
marcha llegaría al parque central un
sábado a media mañana. El
viernes, cuando terminaba la clase, Telma
levantó la mano y
lo dijo. Se vieron las distintas
reacciones. Un tal Jimmy Carlos, reaccionó
rápido: “Eso
es una cuestión política y no hay que tratarla aquí en el
instituto” .
-“¿Tú comes todos los días Jimmy??”
-“Claro ¿Y eso
qué tiene que ver?”
Saltó Telma: “Pues que el que tú puedas comer y mucha gente en Guatemala no, también es una cuestión política.”
No
les dije
que esa tarde estaban en clase
de literatura. La profesora Doña Edith, en ese momento se levantó- “Les dejo aquí que
dialoguen. Este es un tema aparte
del estudio. Buena tarde”. Agarró su maletín
y salió.
Volvió a tomar la
palabra Jimmy Carlos: “Esos
campesinos que trabajen y así tendrán comida.
“Claro
– respondió Telma - porque
trabajan, te llegan a la mesa los frijoles y el maíz a ti,
pero a ellos no
les pagarán para tener bastante alimento, ni medicinas, ni…
Jimmy Carlos:”Eso es la campaña que hacen algunos políticos de izquierdas”
Allí se escuchó una voz inesperada , la de Vilma, la hija del diputado:
- “Pues a mi me
gustaría que me llevasen
a una aldea donde suceden cosas
de esas. Hablar sin haber visto no es justo.”
-“Ah pues
si quieren algunos,- propuso Vilma - mañana
hablamos con algunos compañeros
de los que vienen en la marcha desde Verapaz…y quedamos
en visitar alguna aldea de por allá.”
Willy respondió entusiasmado: “¡Estupendo! Telma yo voy mañana contigo y
con los que
quieran a la llegada de los
manifestantes… el personal de la clase se removío. Un grupo se juntó con Vilma, Willy y otros compañeros, para
hacer planes. Jimmy Carlos y
un grupo mayor de alumnos se encogieron de hombros, agarraron sus mochilas y salieron.
Otros se quedaron sentados.
Unos se fueron acercando poco a poco
a los de la marcha,
y otros, poco a poco
también, intentando no llamar la atención, se fueron escabullendo a sus casas. Ya había terminado la clase.
Aquí, en esta historia de Willy y sus compañeros, les iremos
contando lo que pasó cuando la
llegada de la marcha y los días sucesivos.
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