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1 de abril de 2021

Capítulo 21 del cuento de Willy

 El cuento de WILLY 

Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 21

SE APUNTA A TODO 

A  todos  les sorprendió    bastante  la decisión  de Willy  de  seguir  acompañando,  cuesta arriba y  por  un  camino  de bosque  cerrado  al  P. Eulogio.  Los  compañeros  de  aquella  excursión  se sentían  cansados y se quedaron desayunando el caldo con pata de pollo,  comida selecta allí.

 


Aquella  subida  era  ya pleno  bosque y  se echaron  hacia  arriba el P. Eulogio, Francisco  y  Carmen,  (dos catequistas  de  la aldea a donde iban)-..  y  el atrevido  Willy, al  principio este  iba un poco a remolque  de los demás,  pero se vio pronto  que  no le faltaban  fuerzas y entusiasmo. Con la ayuda de un palo como bastón  se abría  camino entre  los árboles, las rocas, y las las plantas de malanga  con  hojas grandes (orejas  de  elefante  las llamaban)  que  cerraban  el  camino.

Hora  y  media tardaron  en  llegar a la aldea  de San Vicente. Como  en  la anterior les esperaban los  vecinos formando una pequeña procesión, agitando incensarios  de barro y levantando candelas la cruz  de metal.  Así entraron todos en el pequeño  templo, como el anterior,  de madera sobre bloques de cemento, con  algunas imágenes y,  dominando  el interior  por  su tamaño,   la marimba, el violón,  la  batería,  orquesta  que acompañaba los  cantos en idioma  q´eqchí  cantados  con voces  agudas por  un  coro  de cinco jovencitas.

 


-“¿Y  estos  instrumentos están  aquí  todo el año?”.- Preguntó  Willy  a  Francisco.

Él  sonrió -  “No  te lo creerás  pero la traen  las tres  veces  al  año que hay aquí misa. La  traen  desde San  Pedro Carchá.

Se  imaginó  Willy  lo que  sería  subir trepando  entre  cuestas con milpas, cardamomo, bosques, esos voluminosos instrumentos.  Los  que tienen  ese entusiasmo por alabar a Dios  y  animar a los  cristianos, tienen fuerza  para  eso  y más. 

No  les he  dicho que  Willy y  su familia  no  eran  muy  religiosos  aunque eran  gente muy  honrada y servicial.

Willy  lo  comentó  con  el P. Eulogio.  Este le dijo. “Es que no es lo mismo ser religioso  que vivir la  fe  en  Jesús”

-        “No entiendo.  Yo  no  he  leído la  Biblia  y no  sé mucho  cómo  era  ese tal  Jesús.

El  cura  la mano  en  su  mochila  y  sacó  un librito  que  dio al  patojo: Toma  lo mismo te interesa leerlo. La buena  noticia  de Jesús. Mientras  hablan  el padre  se  iba  vistiendo las ropas para la misa,  la gente se acomodaba  y  los músicos  iban ensayando  los  cantos….

Willy  escuchaba  la  canción:  “vos  sos el  Dios  de los pobres,  el  Dios humano y  sencillo,  el Dios  que  suda  en la calle, el Dios  de rostro  curtido…”

 “Esa  es una canción  de Nicaragua  - le  dijo Carmen - que ojalá  se cantase más  en  vez  de  esas  cachurecas  que  se cantan  en  nuestras  parroquias”

Willy  se  quedó en  un  rincón  detrás de la marimba, durante  la misa , que le pareció distinta a  la  que iba , no  todos los  domingos,  con  sus papás.

La misa duró  bastante porque  hubo  dos  bodas,  primeras  comuniones… Se  ve  que aquella visita  del P. Eulogio. Después  de dos  meses  sin  aparecer un sacerdote por allí,  era  un  acontecimiento  más  que las misas de todos los domingos  y entre  semana  en  la  capital .

La impresión que le produjo  esa visita y esa celebración a Willy  fue  grande.  Se la contaremos en el próximo  capítulo.  Porque  aquello  estaba  haciendo pensar  bastante  a nuestro amigo.

 

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