PALABRAS A VOLEO
Xavier Pikaza
EL DIOS DINERO
"Quiero evocar la
historia de pasión (apasionamiento, adoración y muerte) de un dinero que se
cree Dios (y ofrece así muchos beneficios) pero que, convertido en motor y fin
de la vida, se convierte en cáncer (mammona) que mata"
"Por Dios, por el
rey y el dinero… Éste fue el canto de la nueva humanidad. Dioses y reyes podían
cambiar… Lo único firme era el dinero"
"En ese contexto se alzó Jesús como un revolucionario campesino, sin violencia armada (no fue líder bandolero o militar), al servicio de la humanidad fraterna"
"Jesús lo conoció
y lo utilizó, pero invirtiendo su sentido: Vender el dinero para “comprar”
(crear) más corazón, más humanidad"
"Pero
yo resucitaré otro templo distinto, a los tres días: Es decir, el templo de su
cuerpo abierto a todos, el templo de la humanidad que vida en gracia y
comunión. Esto es lo que la Iglesia cristiana celebra (con gran emoción, con
esperanza) el día de Pascua"
05.04.2021
| Xabier Pikaza teólogo
La
palabra más enigmática y honda fue aquella que dijo después de haber “limpiado”
el templo: Destruid vosotros ese templo, destruid vuestro emporio de falsa
religión y de dinero al servicio de sí mismo; yo levantaré a los “tres días” un
templo (un mundo distinto) de humanidad (Jn 2, 18-22).
No fue Jesús quien destruyó aquel
templo de Jerusalén (arrasado y quemado el año 70 d.C.). Ni es Jesús el que
destruye hoy (año 2021) nuestro mundo, amenazado de muerte por un tipo de
dinero puesto al servicio de sí mismo; lo destruimos nosotros, esta ciega
humanidad de adoradores del becerro de oro, en medio de una tierra convertida
en desierto.
Desde
ese fondo quiero evocar la historia de pasión (apasionamiento, adoración y
muerte) de un dinero que se cree Dios (y ofrece así muchos beneficios) pero que,
convertido en motor y fin de la vida, se convierte en cáncer (mammona) que
mata. Sobre la amenaza de esa pasión-muerte del dinero, evocaré al final la
promesa de Jesús: “A los tres días construiré un templo distinto de humanidad”
como gracia y promesa de Vida. Buen
Jueves Santo. El domingo hablaré de la resurrección de la humanidad, por encima
del riesgo de muerte del dinero.
1. El único dios y rey el dinero
Situada en un lugar de cruce entre los
antiguos imperios del mundo (egipcios, mesopotamios e hititas), la tierra de
Canaán (Palestina, Israel), en el contexto de Fenicia y Siria, fue y sigue
siendo uno de los centros culturales, políticos y económicos más importantes
del mundo:
‒
Fenicios y cananeos/palestinos iniciaron una de las primeras redes comerciales
del mundo occidental, que se ocupaba no sólo de los productos agrícolas (trigo,
vino, aceite) que se extendieron desde allí a la tierra entera, sino de la
manufactura y difusión de tejidos de púrpura, de armas y esclavos.
‒
Fenicios y cananeos inventaron y extendieron el primer alfabeto sencillo, un
sistema fácil de escritura, de 23 letras, del que provienen los alfabetos
actuales (a excepción del chino y de sus derivados…).
‒
En ese contexto ha surgido también uno de los primeros (más antiguos e
influyentes) sistemas monetarios. El dinero en el sentido actual nació también
otros lugares (entre hititas y
mesopotamios, en Asia Menor, en la India y en China), pero se propagó de un
modo especial desde de Canaán-Fenicia, con fines comerciales (a partir del
siglo XII-XI a.C.)
En
un sentido extenso, había existido otro tipo dinero “metálico” (oro, plata y
bronce, con su valor fijado al peso), pero sólo entonces nació una cultura
monetaria y mercantil, definida por el dinero acuñado y el comercio
institucionalizado más que por los imperios agrícolas o militares (como en
Egipto y Mesopotamia).
Antes,
los bienes para el intercambio o los tributos de templos y reyes tenían una
función directa, sin convertirse en “signo” de valor universal. Sólo ahora, en
el contexto de las ciudades siro/fenicias y palestinas empezó a desarrollarse
de manera consecuente, un tipo de dinero
con valor en sí mismo, con un fin y sentido mercantil, religioso, político y
humano, hasta convertirse en signo de todos los bienes posibles, vendidos y
comprados, viniendo a ser el único “dios real” de este mundo.
1. En un sentido, la moneda del entorno
bíblico nació y recibe su valor en el mercado, a través de comerciantes
fenicio/cananeos, que actuaban como intermediarios de pueblos e imperios, por
caravanas de tierra firme o de naves del Mar Mediterráneo. Surgieron así unas
personas que no eran productoras de comida o bienes de consumo, sino
funcionarias del dinero contado, calculado, escrito en registros alfabéticos.
Escritura y moneda vinieron a convertirse así en los dos medios muy
significativos de intercambio “cultural” de la humanidad moderna. El dinero se hizo “dios” de la nueva
humanidad.
Tomado
de Religión Digital